Soñar, imaginar, creatividad, placer
Imagen: Rodrigo Avilés

Técnicas para estimular la imaginación y disfrutar con los resultados

Soñar es gratis y enormemente placentero, nos dice Miguel Ortiz en esta columna en la que nos invita a llevar nuestros cerebros a un mundo paralelo donde todo es posible. "Don Quijote imaginaba sus caballerescas aventuras, y las vivía a concho"; ¿por qué no hacemos lo mismo?.

Por Miguel Ortiz A. @ortizmiguel | 2015-09-16 | 15:00
Tags | Soñar, imaginar, creatividad, placer

Escribo esta columna en mi iPad mini, acostado en una hamaca, guata al sol. Por entre las ramas de una palmera se cuelan tibios rayos de luz. A mi lado tengo una mesita, con una jarra llena de piña colada. Debo escribir rápido, porque dentro de media hora tengo agendado un masaje a cuatro manos. Aquí, en el hotel Esplendid Paradise, me hacen sentir como una estrella. Estoy en Hawai, ¿no les había dicho? Lo que pasa –y no es mi intención sacarles pica- es que me gané el Loto… no, no el pozo mayor, pero sí los millones suficientes como para escaparme de Santiago y venirme a descansar con 5 amigos. Serán sólo 3 días. No más. El viernes tengo que tomar el avión, rumbo a Nueva York. Lo que pasa es que Obama me envió un mensaje vía Twitter para invitarme a una celebración privada de su cumpleaños, en un restaurant del Upper East Side. Marron 5 va a tocar en vivo… y me pusieron en la mesa junto a Woody Allen y Lady Gaga. No pude negarme. Al día siguiente, y de manera oficial, comienzan mis dos años sabáticos: recorreré el mundo, hospedándome sólo en hoteles boutique. Pero no se preocupen, seguiré escribiendo mis columnas semanales en El Definido… en ellas les iré contando de mi aventuras. Y les mandaré fotos, muchas fotos.

Ahora, la verdad sea dicha: estoy en Santiago, frente a mi computador. Está nublado y tengo que ir al supermercado a hacer las compras. Mi nevera está vacía. Con suerte tengo planificado mi fin de semana dieciochero. ¿El Loto? Ni siquiera lo he jugado. El Esplendid Paradise no existe y el cumpleaños de Obama ya pasó.

Mi intención con estas líneas es abrirles lo ojos respecto del poder que tiene la IMAGINACIÓN, a mi juicio el más poderosos de los sentidos, y lo subutilizada que la tenemos.

La Real Academia de la Lengua Española define la imaginación como aquella “facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales”. Y añade: “Imagen formada por la fantasía. Facilidad para formar nuevas ideas, nuevos proyectos, etc.”. En efecto, mis días en Hawai, la cena con Obama y el viaje por el mundo fueron producto de mi imaginación… y sin importar que eso, finalmente, nunca vaya a suceder (aunque no pierdo la esperanza), lo cierto es que haberlo imaginado me significó un placer real y concreto. Y gratis.

¿No les pasa que, al planificar sus vacaciones, ya las comienzan a disfrutar? Y cuando compran Kino, ¿no sueñan con lo que harían si se ganaran el gordo?, ¿nunca han fantaseado con la idea de que son famosos? De eso se trata la imaginación: de hacer posible, en nuestra mente, situaciones futuras o imposibles. Los invito a hacer el ejercicio de sentarse a imaginar, o quedarse dormidos en la noche pensando en cómo quedaría su pieza si tuvieran la posibilidad de redecorarla. La comida, de hecho también se puede imaginar… y disfrutar. Imagínense el helado que más les gusta: ¿no se les hace agua la boca?

Algunos podrían decir que mi propuesta es cruel, casi masoquista. ¿Imaginarse un viaje a Berlín cuando apenas tengo lucas para llegar a la Ligua? Yo les respondo, aunque suene cliché, que prefiero viajar a Europa con la imaginación que quedarme aburrido en Santiago, viendo tele. La gracias, además, es que la imaginación es infinita, no tiene límites, por lo que el placer asociado puede ser mayúsculo. Es, asimismo, un sentido que se entrena y que, al igual que los músculos, crece y se hace más poderoso.

Buceando en internet encontré algunos consejos de expertos para mejorar nuestra capacidad de imaginar, y así sacarle el jugo: antes de levantarse en la mañana intenta recordar lo que soñaste; asocia colores y olores a tus recuerdos más queridos; toma un objeto en tus manos y analízalo a fondo (olor, color, textura, peso, etc.); atrévete a pequeños cambios (el trayecto diario en auto, el diario que lees, comidas nuevas); lee información sobre temas que no te interesen; planifica desafíos imposibles (cómo convertirte millonario en una semana); diseña estrategias para problemas de tu barrio (asume mentalmente responsabilidades que no te corresponden, imagina que eres el alcalde de tu comuna); dale variedad a tu entorno, reúnete con personas creativas, diferentes a ti, cultiva amistades diversas.

Don Quijote imaginaba sus caballerescas aventuras… y las vivía a concho. Alfred Hitchcock solía decir que “hay algo más importante que la lógica: la imaginación”. El mismísimo Albert Einstein aseguró que “en los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.

Ojala los haya logrado motivar con la idea de imaginar más y disfrutar de sus fantasías, pero ahora debo terminar con esta columna… es que llegó la limusina: vienen a buscarme para llegar puntual al masaje que les conté.

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Comentarios
Antonia Laborde | Periodista | 2015-09-16 | 15:44
1
¡Gracias por invitarme a Hawai, mejor acompañante!
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Miguel Ortiz A. | Periodista | 2015-09-16 | 16:04
1
A Hawai no, pero eres mi +1 en la cena de Obama.
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Camila Riquelme | 2015-09-16 | 22:36
0
Jugar Rol, lejos la mejor forma de incentivar la imaginación !!! ( a mi juicio )
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