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Imagen: César Mejías

¿El fin del rock? Las guitarras Gibson se declaran en bancarrota y este es el panorama

Tras pasar los últimos 116 años fabricando modelos emblemáticos en la historia de la música, la marca de guitarras Gibson se declaró en bancarrota. Para muchos este hecho marca el fin de la era de la guitarra eléctrica, pero Martín Poblete no está de acuerdo.

Por Martín Poblete @martin_poblete | 2018-05-14 | 15:10
Tags | rock, guitarra electrica, guitarras gibson
En lugar de tener un gran guitarrista por generación, tenemos muchos cada año. El talento está proliferando como nunca antes, en todos los géneros musicales.
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“Hey hey, my my, el rock and roll no morirá jamás”, cantaba Neil Young en 1979. Aunque durante varias décadas su discurso fue aceptado como una verdad, hoy, 40 años después, puede que hasta él mismo se lo esté cuestionando.

El hecho de que la marca de guitarras Gibson se haya declarado en bancarrota, ha remecido al mundo de la música. Un gigante en la industria de los instrumentos musicales, pionero en el desarrollo de la guitarra eléctrica y agente clave en la historia de la música moderna, hoy pasa por la peor crisis de su historia. Bajas cifras en sus ventas, sumadas a malas decisiones directivas, provocaron un déficit que creció por años hasta alcanzar los varios cientos de millones de dólares en deudas, forzando a la compañía a declararse en bancarrota el pasado martes 1 de mayo.

Los análisis más fatalistas (que incluyen a The Washington Post y a medios nacionales como La Tercera) marcan este hito como el certificado de muerte del rock y de la guitarra eléctrica. Pero, ¿es realmente ese el caso?

Nosotros no estamos tan seguros. Pero como dijo mi tía en medio de una demanda por pensión alimenticia, los hechos dicen más que las palabras. Así que vamos a los datos.

Cambia, todo cambia

Desde los primeros modelos de mandolinas desarrollados por Orville Gibson a fines de 1800, y en especial desde el lanzamiento de la Gibson ES-150, su primera guitarra electrificada, la marca fue en constante ascenso. Durante décadas, Gibson fue una de las puntas de lanza en la innovación en instrumentos musicales.

Con la salida al mercado de la Gibson Les Paul, su guitarra más famosa de todos los tiempos, Gibson se posicionó como el estandarte de un diseño y un sonido característico: guitarras pesadas de mástiles gruesos que, combinadas con una versátil configuración electrónica, sonaban con más “cuerpo” y presencia que ninguna otra guitarra del mercado.

Desde entonces, sus modelos han sonado en manos de los guitarristas más famosos de la historia: Slash (Guns n’ Roses), Wes Montgomery, Eric Clapton, Tony Iommi (Black Sabbath), BB King, Angus Young (AC/DC), Jimmy Page (Led Zeppelin), Peter Frampton, Joe Perry (Aerosmith), Tom Delonge (Blink 182), Ace Frehley (Kiss), Billie Joe Armstrong (Green Day), los cuatro Beatles, Eduardo “Gato” Alquinta (Los Jaivas) y muchos, muchos otros.

La hegemonía de Gibson y su eterno competidor Fender en la cima del mercado de los instrumentos musicales, avanzó a la par durante varias décadas. A medida que la música evolucionaba, sus diseños se modernizaban en perfecta sincronía.

No culpes a la playa

Con el cambio de milenio vinieron transformaciones en la industria, y la compañía Gibson fue tomando malas decisiones que no hicieron más que dañar sus décadas de prestigio. Por eso, si hemos de analizar los factores que gatillaron la quiebra de Gibson, el primero que hay que mencionar proviene de sus propias oficinas. Es cierto que Gibson sacó aplausos en 2007 con el lanzamiento de su modelo Les Paul Robot, una moderna guitarra computarizada capaz de afinarse sola, pero había asuntos más graves que estaban levantando duras críticas entre sus propios usuarios.

El primero de ellos tiene relación con los precios de las guitarras: la inconsistencia en la calidad de los instrumentos entre un año y otro, hizo que los clientes estuvieran cada vez menos dispuestos a pagar altos precios por guitarras poco confiables que, en muchos casos, solo se justificaban por la marca impresa en el clavijero.

El segundo factor interno que influyó negativamente en la marca, fue la nueva “camada” de modelos y diseños que vinieron a sumarse a los clásicos de todos los tiempos. Cuando tienes una marca tan prestigiosa y reconocida, debes proponer ideas que estén a la altura. Pero este no fue el caso: los nuevos modelos de Gibson fracasaron porque eran horribles. Las versiones “alternativas” de modelos clásicos y los nuevos diseños que introdujeron, no lograron atraer al público.

A la izquierda: Joe Bonamassa con una Gibson Flying V (lanzada en 1958). A la derecha: Billy Gibbons (ZZ Top) con una Gibson Reverse V (lanzada en 2007).

Lo que le ocurre a Gibson, sin embargo, no es un hecho aislado: desde el año 2008, las ventas de guitarras eléctricas han ido en constante descenso, llegando a caer por sobre el 20% sus ventas globales. Marcas como Fender y la tienda estadounidense Guitar Center, tampoco la han pasado bien. ¿Es esto una señal que la guitarra está muriendo? ¿Quiénes son los responsables?

En internet se leen comentarios que culpan a la música actual y a las nuevas generaciones por ser demasiado complacientes como para hacer música con instrumentos reales. La tendencia del pop contemporáneo, producido mayormente de forma electrónica y con poca intervención de instrumentos reales, según dicen, contribuye a levantar a artistas sin talento que hacen música con solo apretar botones.

Otros culpan a las nuevas modas, sobre todo al reggaetón y al trap en Latinoamérica, por promover música pobre, vacía y hedonista.

El último argumento se desmorona solo: el hedonismo es un motor creativo presente en prácticamente todos los géneros de música popular, pero es en el rock donde más fuerza tuvo. No olvidemos de dónde viene el lema “sexo, drogas y rock n’ roll” (bitch please).

Contra todo fatalismo

El rock no ha muerto, amigos míos. Es la industria la que ha cambiado.

A fines de los ’90, era normal que los espacios de mainstream musical lo compartieran artistas de diversos géneros musicales. Artistas pop como Backstreet Boys y Britney Spears compartían los rankings con bandas del calibre de Red Hot Chili Peppers, Audioslave, Rage Against The Machine y hasta Metallica. Recuerda cómo era MTV hace 15 años.

Hoy, en cambio, el espectro de la “música de industria” se ha estrechado a un número reducido de géneros de pop y música urbana, representado por artistas anglo como Rihanna, Bruno Mars y Drake, y por rostros como Ozuna, J Balvin y Bad Bunny, en el mercado latinoamericano.

Esta reducción del mainstream podría interpretarse como una mala noticia para la música, pero no lo es. Con la llegada de la era digital, y el consiguiente debilitamiento de los grandes sellos multinacionales, la música independiente ha comenzado a ganar fuerza de forma sostenida en los últimos años.

Según el último reporte anual de Worldwide Independent Network, la asociación internacional de música independiente (representada en nuestro país por IMI Chile), la producción de discos y singles por sellos independientes ha llegado a cubrir hoy en día casi el 40% de la producción musical global. En casos extremos, como el de Finlandia, esta llega a un 88%, y en el caso de nuestro país, representa un sorprendente 98% del total de la música producida cada año.

Esto se traduce en una mayor diversificación de la oferta musical, ya no concentrada en un solo gran mercado, sino en muchos pequeños nichos. Es un cambio de estrategia, pero también es un cambio cultural. Ahora, en lugar de grandes conciertos en solitario, los artistas se dan a conocer a través de festivales como Lollapalooza, con una amplia cartelera orientada a satisfacer simultáneamente a distintos nichos de público.

Los nuevos tiempos

Esto ha transformado la forma en que los nuevos artistas se aproximan a la música. La diversificación de plataformas de distribución y la entrada de nuevos actores en escena, han cambiado el juego para siempre.

La irrupción de las mujeres en igualdad de condiciones al mundo de la guitarra, ha hecho mucho por gestar estos cambios. Durante la última década hemos visto cómo Lzzy Hale, Deap Vally, Dorothy y las chilenas Frank White’s Canvas, entre muchas otras, han dejado obsoleta la imagen masculina e hipersexualizada del guitarrista rockero.

Aunque el cambio es todavía paulatino, es correcto afirmar que el rock es cada vez menos un club de hombres. Según datos entregados por Fender y She Shreds Magazine, la participación femenina en el mercado de la guitarra alcanza en la actualidad un 50%.

El fortalecimiento de otros géneros musicales como el indie folk y el pop acústico, también han hecho lo suyo. Mientras que las guitarras eléctricas han visto reducidas sus ventas de forma sistemática en los últimos años, las guitarras acústicas y los pedales de efectos han experimentado un fuerte aumento en su demanda durante el mismo período. La generación “Do It Yourself” hoy apuesta por la portabilidad, la facilidad de grabar y la posibilidad de hacer música en solitario. Por eso es que los ukeleles y las guitarras “de palo” han vuelto a cobrar fuerza.

Para muchos, la sensación predominante es que nos hemos quedado sin héroes de la guitarra en la música. Que ya no nacen nuevos Jimi Hendrix, que los solos de guitarra son cosa del pasado.

Por fortuna, esto no es cierto. Como dijo el músico, youtuber y fabricante de instrumentos Rob Chapman (dueño de la marca de instrumentos Chapman Guitars): en la actualidad hay más héroes de la guitarra que nunca antes. Comprar una guitarra eléctrica en los ’60 y los ’70 (la supuesta “era dorada” de la guitarra) era imposible para la mayoría de las familias, y por eso las ventas eran de una escala bajísima en comparación a la actualidad.

Hoy en día la torta es más grande, pero también es mucho mayor la cantidad de comensales sentados en la mesa. En lugar de tener un gran guitarrista por generación, tenemos muchos cada año. El talento está proliferando como nunca antes, en todos los géneros musicales.

Lo mismo ocurre a nivel de mercado: en lugar de tener pocas marcas grandes dominando el negocio, hoy tenemos muchos fabricantes haciéndole la competencia a los gigantes con productos de excelente calidad a muy buenos precios. Internacionalmente tenemos a marcas como G&L, Music Man, Strandberg y Schecter, o las marcas chilenas Perinetti Guitars y Organic Pickups. Los colosos de la industria, que alguna vez dominaron el mercado, hoy son solo un competidor más en el juego. Y está bien que así ocurra.

No es el fin del rock, ni de la guitarra, ni de la música. Es la evolución de una industria que está en constante cambio.

¿Qué consecuencias crees que tendrá la bancarrota de Gibson para la música?

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Comentarios
Gabriel Oyarzun | 2018-05-15 | 16:01
0
Recuerdo con nostalgia cuando MTV (canal de música) transmitía música... :'(
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