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Imagen: César Mejías

¿Pescadores artesanales desfavorecidos? ¡Así el mercado podría ser más justo y responsable!

La pesca ilegal sobrepasa a la legal por más de diez veces. Los pescadores artesanales se ven obligados a hacerlo, pues sus cuotas asignadas no les alcanzan para subsistir. ¿Cómo arreglar este embrollo? Aquí una atractiva propuesta.

Por María Jesús Martínez-Conde | 2019-06-05 | 11:00
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“Mientras Sernapesca cree que la pesca ilegal dobla las cuotas asignadas, María José y su equipo han comprobado en terreno que las sobrepasan por más de diez veces”.
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¿Te lo perdiste? Regularmente republicamos contenidos vigentes que pueden resultarte interesantes. Esta nota fue originalmente publicada el 1 de diciembre de 2017. Hoy la destacamos por ser el Día Internacional de la Lucha contra la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada.

María José de la Fuente quiere "hackear" el sistema para lograr que por fin la pesca artesanal salga airosa, lo que no es poco en el escenario actual. Es bióloga marina y actualmente está haciendo un doctorado en Ciencias de la Ingeniería, en la Universidad Católica. Paralelamente, trabaja en el Laboratorio de Innovación Social de la Universidad (CoLab), en proyectos de pesca artesanal sustentable. ¡Ella sí que sabe de alternativas para potenciar este mercado!

Nos cuenta que el núcleo del problema está en las cifras erróneas manejadas por Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca), quienes estiman que la pesca ilegal está evaluada en 1:2, es decir, que por cada kilo de pescado asignado a un pescador, ellos sacan dos. Ok, no suena bien pero, ¿son correctas estas cifras?

Cifras erróneas

No es así, ese pescador saca de diez a quince veces lo permitido. Nosotros estamos en contacto directo con la gente de la caleta de Pelluhue, y los mismos pescadores nos dicen: ´aquí nos fiscalizan tres personas de Sernapesca, nosotros sabemos qué días vienen, qué hacen y cómo tenemos que estar para que todo salga bien´. Aparte ellos son 100 o 200 pescadores, obviamente estas tres personas no se van a arriesgar a que se les tiren todos encima”.

Mientras Sernapesca cree que la pesca ilegal dobla las cuotas asignadas, María José y su equipo han comprobado en terreno que las sobrepasan por más de diez veces. Consideremos que en Chile hay al menos 92.000 pescadores artesanales inscritos y más de 12.750 embarcaciones. 

Un problema derivado de esto, es que las estimaciones sobre la biodiversidad marina se ven afectadas, pues el cálculo se realiza a partir de las especies extraídas. “Realmente hoy no se sabe en qué situación están las especies, esto genera un problema muy potente en cuanto a la diversidad”, señala la bióloga marina.

Y esto, básicamente porque los pescadores saben qué decirles o mostrarles a los fiscalizadores para que no los castiguen a causa de la pesca ilegal. Pero esperen, ¿son los pescadores unos seres siniestros entonces? No, y ahora veremos por qué.

La Ley de Pesca y sus problemas

Entre los cambios que se hicieron, la Ley de Pesca introdujo las cuotas de pesca para proteger a las especies, es decir un límite de extracción para cada una por zona, lo que influye directamente en la pesca artesanal. Por lo tanto, si Andrés antes pescaba 24 kilos de bacalaos el fin de semana para vender, ahora sólo puede pescar 12 por ley (es un ejemplo ilustrativo, no real).

“Los pescadores se ven en la obligación de pescar ilegalmente, porque si no, no es rentable para ellos, ¡cómo van a vivir con las cuotas asignadas!”, nos explica María José. Sencillamente se trata de un tema económico: vendiendo las cuotas asignadas no les da para mantener a sus hijos.

¿Es la Ley de Pesca justa en sus asignaciones a la pesca artesanal? Depende de la mirada de quien la juzgue, pero esto es lo que piensan muchos pescadores artesanales:

La ley les redujo el área de pesca artesanal únicamente a la primera milla marina, mientras que la pesca industrial opera en las primeras cinco millas. Hay varios que exigen que esas primeras cinco millas sean reasignadas a los pescadores de embarcaciones pequeñas, para favorecerlos frente a la gran industria. Otros temas en discusión son, por ejemplo, la eliminación de la pesca de arrastre industrial (que destruye el fondo marino), la modificación de las licencias de pesca y cuotas de captura, el impulso de un Instituto de Desarrollo de la Pesca Artesanal y mayor seguridad social para el sector.

Otro importante alegato, es el hecho de que con la nueva ley los recursos pesqueros quedan en manos de la industria privada de forma intransferible, arrendable, y hereditaria, es decir, será muy difícil que las cuotas asignadas a las industrias pesqueras hoy, el día de mañana pasen a nuevas manos, y así el mercado se democratice y se renueve.

¿Qué proponen desde CoLab en este escenario?

¡Venta directa!

María José y su equipo creen que una solución eficaz al problema de los pescadores, aunque exista el límite de cuotas y la Ley de Pesca actual, es que ellos puedan realizar las ventas de sus productos –respetando las cuotas asignadas- de manera directa y sin intermediarios que los desvalorizan. Esto, de acuerdo a la experta, dará “trazabilidad” a las cosas que venden, es decir, permitirá conocer de manera sencilla la trayectoria de los productos desde su extracción hasta su consumo.

“Uno de los grandes problemas, es que existen muchos intermediarios que compran al pescador y revenden a feriantes o lo llevan al terminal pesquero. Esto hace que baje mucho el costo de lo que venden en la playa los pescadores. Entonces obviamente ellos tienen que sacar más, para poder sustentar sus vidas. La idea de nosotros es hacer la conexión directa, enseñarle al pescador los diferentes productos que puede generar, por ejemplo, de una merluza: venderla ahumada, fileteada, en lata, etc. O directamente a restaurantes y hacer contratos exclusivos, entonces se puede vender a un precio mejor. Así se incentiva que el pescador no tenga que sacar tanto”, explica la científica.

Hackeando al sistema con actores clave

En CoLab, están aplicando el concepto de “hackear”, cuando se refieren a implementar un cambio desde adentro en un sistema, mejorando su funcionamiento a partir de un giro drástico. ¿Cómo pretenden entonces “hackear” la pesca artesanal para transformarla en una práctica más sustentable y responsable?

Principalmente, a partir de la incorporación de actores claves. Así, a través de un trabajo interdisciplinario y colaborativo, el sistema se mejora beneficiando a todos.

“Deberían participar pescadores, académicos, chefs, empresarios, etc. Ellos normalmente no están unidos, pero es necesario que lo hagan. El académico se dedica mucho a ver cómo está el ecosistema, cómo ha cambiado el ciclo reproductivo de una especie, por ejemplo. Pero no conoce el trabajo directo con los pescadores. ¡Y deberían estar unidos! Nuestra idea es meternos dentro del sistema y empezar a hacer un link entre los actores principales para crear una comunidad sustentable en sí”.

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