Vivimos corriendo de un lado para otro (al menos durante la semana), y es algo común que cuando debemos tomarnos ciertas pastillas por orden del médico, no lo hacemos a la misma hora, o simplemente no las tomamos, ya sea por olvido o por alguna otra razón. Primer problema a resolver.

Por otro lado, en algunas ocasiones nos pueden recetar un remedio que no logra solucionar nuestro problema o incluso que tenga efectos adversos. Esto, porque hay casos en los que los médicos pueden incurrir en errores, por no conocer el historial del paciente o por el poco tiempo de consulta con el que cuentan. Segundo problema.

Ante estos desafíos de la salud, dos grupos de estudiantes de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica, están trabajando y avanzando en proyectos para brindarles una solución. Ambos ganaron la final del Torneo de Emprendimento Open Beauchef – IBM, concurso de la Universidad de Chile organizado por OpenLab (laboratorio de innovación y emprendimiento), donde los estudiantes pueden tomar el rol de investigadores y desarrollar proyectos tecnológicos en beneficio a la salud del país.

Como premio viajarán a Silicon Valley, centro de innovación tecnológica mundial, a presentar sus innovaciones frente a expertos, además de poder armar una red de contactos y conseguir financiamiento para desarrollar completamente las propuestas. Actualmente se encuentran trabajando para lanzar su primera prueba en el Hospital Sótero del Río, y tienen la intención de extenderlo a más servicios de salud del país.

PIL.IS: expendedor inteligente de remedios

PIL.IS es un pastillero que junto a una aplicación móvil, permite que la persona no se olvide de tomar los medicamentos recetados. Conversamos con el estudiante de medicina de la PUC y líder del equipo, Claudio Daza, y nos contó que el expendedor es capaz de identificar cuándo se retiran las pastillas y el usuario puede hacer un seguimiento de sus síntomas, a través de la aplicación.

“Cuando el paciente asiste a la consulta, automáticamente su tratamiento pasará desde el computador del médico a la aplicación, generando el horario adecuado para sus tomas”, explicó el estudiante. Además, la idea es que se pueda obtener este pastillero gratis en los centros asociados.

Daza nos dijo que según estimaciones internacionales, uno de cada dos pacientes no son capaces de seguir el tratamiento adecuadamente. Esto lleva a problemas de salud y un gasto innecesario para el sistema, ya sea en remedios, hospitalizaciones y urgencias. Manifestó que el equipo apunta a reducir estas cifras lo máximo posible.

El grupo, que obtuvo el primer lugar con su innovación, está integrado además por Karla Corsi, de DUOC UC quien está encargada del diseño; Bastián Ermann, cursante de Ingeniería en Computación de la U. de Chile; y Roberto Fuentes de Ingeniería Industrial de la misma casa de estudios.

Actualmente están trabajando en su primera prueba en el Hospital Dr. Sótero del Río. “Están muy interesados en el impacto que las nuevas tecnologías pueden tener en la atención que le brindan a sus pacientes”, mencionó Daza.

CHECK: la ficha electrónica que evita contraindicaciones

El grupo que obtuvo el segundo lugar lo hizo con CHECK, un software o aplicación que se conecta a la ficha electrónica habitual del paciente y les permite saber a los médicos qué remedios no le harán daño a la hora de prescribir.

“Este sistema recibe información de la receta y del paciente, y en caso de haber un riesgo posible, el doctor recibe una alerta para cambiarla”, nos explicó el estudiante de Ingeniería Civil Industrial de la PUC e integrante del grupo, Abraham Fuentealba.

Según Fuentealba, hay prescripciones que se dan inapropiadamente a las personas, y esto pasa por varios factores. En el caso de los adultos mayores, ellos tienen varias enfermedades y por esa misma razón, deben visitar a varios especialistas que recomiendan tratamientos diferentes. El joven aclaró que “a medida que se consumen más fármacos, más alta es la probabilidad de que el paciente sufra una reacción adversa”.

Añadió que es imposible que cada médico conozca todos los medicamentos y cómo interactúan unos con otros, y que a esto se le suma el poco tiempo que tienen los profesionales, sobre todo en el sector público, de examinar a la persona.

Esta invención propone ser una ayuda para que los médicos tomen mejores decisiones frente a sus pacientes, ahorrándoles tiempo al no revisar cada remedio que toma el paciente.

Forman parte del proyecto los estudiantes Manuel Durán, de medicina de la U. de Chile, Francisco Loncón, quien cursa Química y Farmacia, Bastián Diaz que estudia Ingeniería Civil Eléctrica, todos en la misma universidad. Hasta ahora Check, está bastante más avanzado y ya puede detectar prescripciones posiblemente inapropiadas.

El impacto de un proyecto estudiantil

Ambos estudiantes manifestaron su felicidad y entusiasmo no solo por haber ganado el concurso, sino por tener la posibilidad, junto a sus compañeros, de ser un aporte en el ámbito de la salud chilena.

Claudio espera que el viaje sea una buena oportunidad para conseguir contactos y un posible financiamiento, “y que de esta forma podamos ver el real impacto que tendrá en la salud pública”. Abraham y su grupo, buscan sacar adelante el proyecto y llevarlo a todos los servicios médicos en el país, y se una ayuda para los médicos, que suelen tener una pesada carga.

La ayuda de OpenLab, Open Beauchef de la Universidad de Chile y la experiencia en Silicon Valley, serán claves a la hora de apoyar y dar herramientas para que estos jóvenes desarrollen su potencial y sus proyectos se transformen en soluciones reales a los problemas del país.

¿Crees que estos proyectos podrían tener impacto en nuestro sistema de salud? ¿Qué otras soluciones se deberían implementar?