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Libertad tras las rejas: Cómo una biblioteca transforma una cárcel

El programa "Leer te hace libre" instala bibliotecas en medio de las cárceles para cambiar la rutina de los internos y ofrecerle una de las herramientas más poderosas para la reinserción social, laboral y mejorar su calidad de vida… y tal vez, bajar su condena.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2015-05-04 | 17:00
Tags | cárcel, internos, reos, presos, lectura, reinserción

Pasar meses y años privado de libertad puede ser una experiencia angustiante, desesperanzadora, destructiva. Además el aburrimiento que viven los presos a diario no solamente afecta su estado de ánimo, sino también las relaciones entre ellos y su visión del mundo.

Leer te hace libre es un programa busca darle un nuevo giro a la rutina de los internos en Chile. Leer libros puede cambiar de muchas maneras el hecho de estar tras las rejas, abriéndoles un nuevo mundo más allá de las estrechas paredes y entregándole aprendizajes significativos para su vida. La iniciativa busca por un lado mejorar la calidad de vida de los internos y también probar el impacto de la lectura en la población penal.

El programa es de la fundación Había Una Vez, especializada en fomento lector a través de bibliotecas y actividades a su alrededor. Está presente hoy en tres cárceles chilenas: Rengo, Peumo y Santa Cruz, donde cada biblioteca tiene alrededor de 400 textos y ha generado no solo un espacio de lectura, sino también un polo de desarrollo cultural donde se han organizado ciclos de cine, talleres de literatura y capacitaciones.

Había Una Vez ha instalado en cada cárcel una biblioteca con un proyecto para promover el fomento de la lectura. La idea es lograr un acercamiento a la generación del hábito lector y que a través del encuentro con los libros, las personas privadas de libertad lleguen a una mejor comprensión de los fenómenos humanos, sociales y culturales.

Ese es el efecto que genera la lectura en las personas, pero en estos casos puede ser aún más significativo. Al abrir un libro en una cárcel, se abre una ventana para un mejor proceso de rehabilitación social y reinserción a futuro en la sociedad.

Libros detrás de las rejas

Lo primero que se nos viene a la cabeza es que debe ser más difícil motivar con la lectura a una población que, por lo general, posee menos capital cultural o tiene menos años de educación formal.

Javiera Silva, coordinadora de Leer te hace libre nos explica que en realidad los principales desafíos para entrar en una cárcel son la discordancia de los objetivos del programa con las dinámicas de la propia cárcel, donde no es común que exista una cultura bibliotecaria. Hay mucha ignorancia respecto a lo que puede significar el papel de una biblioteca en una cárcel, a veces hay apatía de parte de los guardias o gendarmería, porque no se ve que no es solamente un espacio de distracción, sino algo que puede generar mucho más beneficios.

Con respecto a los internos, explica que no es un obstáculo que tengan menos capacidad de abstracción o menos desarrollo de la lectura desde su infancia, "es cómo los organismos nos la arreglamos con proyectos de talleres que cumplan y puedan cubrir las necesidades de los internos", explica Javiera. Se trata de mantener un análisis constante de las actividades que realizan, donde van modificándolas y adaptándolas con aplicaciones más prácticas.

¿Qué es lo que hacen?

Lo primero es hacer una encuesta, para conocer la realidad y los gustos de las personas que viven en cada cárcel y a partir de eso crean un fondo bibliográfico. De nada sirve tener textos increíbles si a nadie le van a atraer, hay que comenzar poniéndose en los zapatos de los lectores.

Luego de armar una biblioteca y definir un espacio especial para tener los libros, se realizan talleres una vez al mes, donde se trabaja tanto la animación lectora como la creación literaria. Para la animación trabajan bastante con la plasticidad en los libros, usando los textos como inspiración para la creación artística, explica Javiera, que dirige mes a mes los talleres. Trabajan haciendo collages, dibujos con tempera, figuras plasticina, por ejemplo, donde al explicar sus obras al grupo, surgen conversaciones acerca de sus experiencias y emociones.

Para la creación buscan sacarla del texto tradicional (novela o crónica) y mezclarla con otros tipos de textos, más gráficos, de creación colectiva donde uno comienza la historia y otra la finaliza, crear afiches o narrar a partir de una imagen, crear pasquines, entre otro tipo de actividades. 

Leer Hace Libre no solamente invita a los internos al mundo de la lectura, sino que se los hace partícipes en categoría de mediadores de lectura, ya que algunos son habilitados como encargados de la biblioteca donde están a cargo: reciben a los usuarios, sistematizan el préstamos y recomiendan libros.

Libros que liberan: Los beneficios de la lectura para los internos

Unos de los internos, encargado de la biblioteca en el centro penitenciario de Santa Cruz, comentó: “Es un oasis colorido dentro de lo gris y frío de los muros y las rejas de esta cárcel. Los chiquillos vienen porque se evaden de su encierro. Acá siempre hay música clásica, exhibición de documentales, libros, revistas y buena disposición para atenderlos, recomendarles libros, mostrarles reportajes y eso lo agradecen”.

Los beneficios de insertar la lectura en las cárceles son evidentes. Según explica la Defensoría Penal Pública, en la experiencia internacional, se ha observado que los espacios de lectura mejoran la conducta de los internos y sus posibilidades de reinserción social, ya que el hábito lector les permite mejorar su vocabulario, aprender nuevos conocimientos, desarrollar la imaginación y entender que existen otros mundos.

Javiera reafirma la idea de que hay una relación directa entre la reinserción social y el uso de la lectura en la biblioteca y en la celda. A Había Una Vez le interesa que en esos espacios de lectura, los internos puedan tener conversaciones que salgan de la cárcel y su falta de libertad , que puedan hablar otros temas, comprender otras cosas y generar empatía con problemas que los libros van describiendo. Los índices de angustia bajan visiblemente en estos espacios tan adversos, ya que permiten explorar otros espacios con la mente, olvidarse de donde están y descansar de esa realidad.

María José Egaña, Directora Ejecutiva de la fundación, destaca que la lectura es una de las principales herramientas de transformación social. En los internos, esto no solamente influye en mayores posibilidades de reinserción laboral, sino incluso para la comprensión de su proceso judicial, para colaborar y participar más activamente en sus propias defensas.

María Paz Garafulic, directora de Había Una Vez, comentó que este proyecto es uno de los “más trascendentes en el que nos ha tocado trabajar. El impacto en estas personas, cómo los libros han llenado sus vidas y cómo desde estos espacios han ido creciendo es impresionante. El compromiso de los gendarmes, de los internos que administran las bibliotecas y de cada persona en el cuidado de los libros es emocionante”.

¿Qué hace que una biblioteca "tras las rejas" funcione bien?

Para Javiera, las claves de éxito de este programa han sido:

- Fondo bibliográfico adaptado: Que los libros existentes sean del gusto de los internos, por eso han realizado una encuesta en los centros penitenciarios donde tienen sus bibliotecas. Hasta ahora las revistas, los libros de autoayuda y las novelas latinoamericanas son los títulos que más atraen.

- Seguimiento: Se necesita estar presente de manera constante en el funcionamiento de las bibliotecas, para ir adaptando las actividades según las necesidades particulares del lugar y del momento.

- Coordinación con autoridades: El contacto y trabajo conjunto con la Defensoría es muy importante, con otros organismos que tengan poder de decisión en los espacios carcelarios y con gendarmería para que pueda colaborar en el proyecto.

Nuevas bibliotecas y reducción de pena

Hay dos hechos significativos en el avance de la valorización de la lectura como herramienta para mejorar la calidad de vida en las cárceles, y que podrían significar un paso importante.

En el recientemente publicado Plan de Lectura Nacional 2015-2020 se anunciaron nuevas bibliotecas en cárceles de Chile gracias a un convenio con Dibam. Se planea implementar en 16 recintos penitenciarios bibliotecas con colecciones pertinentes y préstamo automatizado, capacitando al personal a cargo y desarrollando actividades de fomento lector y escritor. Luego se buscará ampliar el plan en más regiones a través de una vinculación con otros recintos penitenciarios, donde el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y otras entidades han realizado ya acciones y programas. Había Una Vez está participando del proceso, ya que sus bibliotecas de la Región de O'Higgins han sido consideradas como ejemplares respecto a otros recintos de lectura que existen en algunas cárceles de Chile.

Por otro lado, a fines del año pasado, varios diputados oficialistas propusieron rebajar el tiempo de prisión a los internos lectores, un total de cuatro días de cárcel por libro leído con un límite de 30 días y reseñado. Esta iniciativa ya es una realidad en Brasil con el programa "Redención a través de la lectura", donde es posible recortar hasta 48 días cada año con hasta 12 libros leídos de literatura, filosofía, ciencia o clásicos. También se aplica la medida en Italia, con las condiciones de que sean demás de 400 páginas y no cómics. Habrá que esperar qué sucede con el proyecto y si finalmente se lleva a cabo.

¿Crees que la lectura puede ayudar a cambiar el destino de una persona? ¿Debería implementarse este proyecto en todo Chile?

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Comentarios
Josefina Araos | 2015-05-04 | 17:50
1
Buenísimo el artículo! Pero los link a la iniciativa y a la fundación aparecen lamentablemente como "access denied". Saben por qué?
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Magdalena Araus | Colaboradora | 2015-05-04 | 17:54
2
Hola Jose! Algo pasa con la web de la fundación, porque hace poco los revisé. Les daré aviso para que arreglen el problema. Saludos!
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Josefina Araos | 2015-05-04 | 22:33
1
Gracias :)!
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Amy Zapata Punchong | 2015-05-04 | 22:13
1
Me parece interesantísimo...hace un tiempo que vi el proyecto en la página del senado y he estado esperando a ver qué pasa con eso. Creo que esta es una excelente medida para educar indirectamente a los presos,enfocar su mentalidad hacia algo mejor,abrirles puertas y permitirles una reinserción social más real,puesto que se le entregan verdaderas herramientas. Y sí, ojalá que los libros sean más de 400 páginas y no solo novelas y autoayuda, si no física,ciencia,matemática,lengua e idiomas. Todos conocimientos necesarios para entender el mundo que les rodea y aplicarlos a situaciones reales. Creo que si los reclusos son capaces de argumentar con bases su conducta los hará más críticos y reflexivos respecto al mundo y menos impulsivos.
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