Desde hace un tiempo que ya  se ha difundido en el mundo la idea del crowdfunding. Es el financiamiento colectivo de ideas por medio de internet: páginas webs o redes sociales, diferentes espacios donde los interesados en el proyecto pueden donar dinero por la causa. 

Es el caso ejemplo del famoso Kickstarter, plataforma que ha ayudado a muchos inventos a ver la luz. Se lanzaron el 2009 y desde esa fecha más de 4,2 millones de personas han aportado unos US$ 643 millones para financiar alrededor de 42.000 proyectos creativos. El sistema funciona. 

El concepto se amplió rápidamente en diferentes direcciones y llegó a nuevos ámbitos. Hoy se utiliza tanto para llevar a cabo proyectos que impactan algún espacio de la ciudad, como para iniciativas que ayudan a las personas. Aquí te presentamos los crowdfunding urbano y social.  

Crowdfunding urbano:  Habitantes financiando la ciudad 

La primera iniciativa de financiamiento colectivo para la ciudad se dio hace más de 120 años. En 1884 el comité de la Estatua de la Libertad se quedó sin fondos para el pedestal. A través del periódico se hizo un llamado a donar y lograron recaudar US$100.000, el aporte de 125 mil personas. 

Pero la cosa es bastante diferente en el siglo XXI, con la expansión de las redes vía internet. Hay mayor amplitud de difusión,  mejor calidad de imágenes/videos y nuevas plataformas de conexión entre personas. Hoy existen varios sitios web en el mundo que se han dedicado a promover el crowdfunding urbano: Spacehive, Citizinvestor,  Neighbor.ly, Joukkoenkeli, Brickstarter.

Hay muchos proyectos diferentes que se pueden presentar, desde restaurar un hotel, arreglar estaciones de bicicletas, construir centros comunitarios, construir una piscina pública, crear espacios especiales para perros, construir plazas para niños, huertos comunes, salvar el cierre de algún edificio, hasta la realización de actividades que involucren a los ciudadanos.

Al igual que cualquier crowdfunding, se juega al todo o nada: si se logra recaudar el monto necesario, éste se cobra. Si no se alcanza la meta, nadie paga.  

UrbanKIT: la iniciativa chilena

En Chile podemos participar del crowdfunding urbano. UrbanKIT busca hacer realidad las ideas que tienen los chilenos para sus ciudades. Su fundamento se basa en lo siguiente: "Hoy existen muchos espacios urbanos mal aprovechados y sub-utilizados (pasos bajo nivel, terrenos baldíos, murallas, veredas y estacionamientos, entre otros) y estos son un espacio potencial para la creatividad ciudadana (...) Muchos gobiernos locales no han logrado establecer los canales de comunicación adecuados con comunidades y tienen equipos y fondos limitados para implementar los proyectos".

La idea es colaborar colectivamente en el mejoramiento de los barrios. Lo interesante es el énfasis que ponen en la identidad de cada lugar de la ciudad y la relación con sus habitantes: "Los proyectos urbanos son inherentemente en espacios públicos y accesibles por la comunidad; en espacios cívicos que exigen ingredientes híper-localizados como lo son los permisos, el diseño, la participación ciudadana y compromiso de la comunidad para tener éxito."

Para conocer los proyectos que han sido exitosos, puedes entrar aquí. Y por cualquier duda sobre la iniciativa visita la sección FAQ de la web.  

Se necesita más que solamente dinero: Lo urbano es diferente

¡Ojo! No cualquier proyecto urbano se puede financiar usando las típicas plataformas de crowdfunding. Puede ser mucho más simple fabricar ruedas especiales sin rayos, o un herbario electrónico, que construir una piscina pública, que involucra más variables y es un cambio en el espacio. Para iniciativas más complejas es fundamental integrar todos los aspectos interrelacionados que salen al camino en la ejecución. 

Primero es importante asegurar la aprobación del gobierno local donde se hará la intervención. Además deben ser aprobados por la comunidad que se verá afectada, que no necesariamente son las mismas personas que apoyan la idea en las web.  Los procesos de gestión y legales también deben ser considerados, así como el tiempo que requiere llevar a cabo el proyecto y sus etapas. Con esto último es importante que se explique si el monto necesario es para el proyecto completo o sólo para parte de él.

Brickstarter.org, de Finlandia, está trabajando para esto. Actualmente consiste en un blog, donde han ido transmitiendo sus ideas y las fases de la creación de la web. En este proceso, está abordando variables como : tiempos, agentes (promotores, partidarios, patrocinadores), el estado de la financiación, apoyos y aprobación o permisos, el seguimiento de problemas, debates, etc.  Para ellos se trata un servicio o una cultura que apunta a llegar al corazón de lo que una decisión democrática debiera ser, de cómo desarrollar la cultura cívica en los pueblos, ciudades y naciones.  

Miren algunos ejemplos de los aspectos que involucra Brickstarter:

Crowdfunding social: buenas ideas, causas aún mejores

El financiamiento colectivo apoya buenas iniciativas de todo tipo. Y en esto no se quedaron atrás los que quieren ayudar a las personas. Existen también varias webs de crowdfunding que promueven específicamente proyectos de colaboración social.

Programas educativos, iniciativas para llevar alimentos, farmacias en barrios marginales, campamentos para niños, instalaciones sustentables, sistemas de baños con agua potable, impulsos a microempresarios. Hay todo tipo de proyectos que buscan llegar ahí donde las autoridades no lo han hecho o no han podido. Es la acción entre ciudadanos, la colaboración directa entre personas.

Algunos sitios son Ioby, 33 Needs, Start Some Good, Causes y Crowdrise, entre otros.

¿Será posible que aquí se encuentre el futuro de las políticas urbanas o el nacimiento de un nuevo modelo económico?