Este primero de octubre, la Cámara de Diputados, con 80 votos a favor, 15 en contra y una abstención aprobó la modificación a la Ley General de Urbanismo y Construcciones en cuanto a las afectaciones de utilidad pública. En palabras simples, se restituyó la protección a los cerros islas.

El problema surgió el año 2004 con la promulgación de la Ley 19.939, la cual estableció la caducidad de la declaratoria de utilidad pública contenida en los Planes reguladores. La ley indicaba plazos para renovar los espacios de utilidad pública. El año 2010, la Seremi de Vivienda debía prorrogar los plazos, cosa que no hizo. Por lo tanto los cerros isla perdieron su condición de espacio de utilidad pública, lo que permitía a las inmobiliarias construir en ellos.

“La votación registrada en la Cámara de Diputados, donde se aprobó la modificación a la Ley General de Urbanismo y Construcciones en cuanto a las afectaciones de utilidad pública, es un triunfo de los movimientos ciudadanos que buscaban resguardar sus espacios públicos y avanzar en la construcción de una ciudad más amable con sus habitantes”, señaló el alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara luego de la votación en el Congreso.

Los cerros isla son aquellos que están ubicados dentro de una zona urbana. En Santiago, los más conocidos son el cerro San Cristóbal y el Santa Lucía, pero existen otros 24 distribuidos por toda la capital y con potencial para convertirse en verdaderos pulmones de la ciudad.

Estos se encuentran en las comunas de San Bernardo, Lo Barnechea, Vitacura, Renca, Puente Alto, Pudahuel, Las Condes, Huechuraba, Recoleta, Quilicura y Cerro Navia. Aquí puedes encontrar las características de cada uno.

La importancia de los cerros isla

Los 26 cerros isla de nuestra capital representan un área de 5.600 hectáreas. Cada uno de estos es una oportunidad para descontaminar Santiago, entregar áreas verdes a sus ciudadanos y por ende una mejor calidad de vida.

En Santiago, solo un 5% de las áreas verdes se encuentran protegidas, una cifra extremadamente baja si se considera la necesidad de la capital por espacios verdes. La Organización Mundial de la Salud, por su parte, recomienda como óptimo para una buena calidad de vida un mínimo de 9 m² de áreas verdes por cada habitante. El promedio en Santiago es de solo 3,5. Salvo en comunas como Vitacura, en donde hay 21,8 m² por persona, el resto de la ciudad está por debajo del promedio, Puente Alto, por ejemplo tiene solo 2,2 metros cuadrados por habitante y Pudahuel 0,7.

“No olvidemos que la Región Metropolitana es una de las más contaminadas en el país y la falta de áreas verdes contribuye a esta situación, especialmente por la falta de terrenos para este fin. Por ello, es necesario resguardar estos cerros isla, insertos en la ciudad, ya que ofrecen las condiciones ideales, tanto por terreno como por su vegetación, para continuar siendo los pulmones verdes de la capital”, precisaba el alcalde de Lo Barnechea antes de que se aprobara la modificación a la ley.

Los potenciales de los cerros isla están a la vista, por ejemplo si la comuna de Pudahuel utilizara sus cerros como áreas verdes, ganaría 47,5 m² por habitante. Con estas cifras superaría incluso a Vitacura, de las comunas con más metros verdes. Del mismo modo, Recoleta sumaría 25,2 metros cuadrados por persona y Renca 18,8.

De acuerdo a los estudios llevados a cabo por la organización Santiago Cerros Isla, gran parte de los cerros tiene poca vegetación. La mayoría no tiene más del 35% de su superficie con árboles y el cerro Renca (ese con el cartel hollywoodense que reza “Renca la lleva”) solo tiene un 5%, siendo que este puede cubrirse de áreas verdes en un 98%. Entre los cerros más forestados se encuentran el Santa Lucía y el Hasbún (San Bernardo) con un 85%.

“Siendo que escuchamos diariamente sobre los bajos índices de áreas verdes urbanas, estos cerros configuran un sistema de potenciales áreas verdes de gran tamaño con una alta cobertura dentro de la cuenca”, señalaba Dominique Mashini, Directora Ejecutiva de la organización Santiago Cerros Isla.

Las iniciativas que salvaron los cerros

Desde el año 2010 que los cerros isla quedaron desprotegidos, siendo despojados de su titulo de espacios de utilidad pública. Debido a esto, los terrenos podían ser utilizados y vendidos a inmobiliarias para realizar proyectos de vivienda. Fue lo que sucedió con el cerro Alvarado, ubicado entre Vitacura y Lo Barnechea, el cual ahora tiene una ladera repleta de edificios.

El alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, fue de las principales figuras que se opuso a perder los cerros como áreas verdes. No solo evitó la construcción en los cerros de su comuna (ganándose un par de demandas por eso), sino que también lideró en julio una campaña que buscaba generar conciencia en las autoridades respecto al tema. El objetivo era agilizar la tramitación de las modificaciones a la ley con el fin de restituir la protección a los cerros isla. Esto lo realizó en conjunto con organizaciones sociales.

Una de estas organizaciones es Alerta Verde, que realizó una campaña para informar y alertar a la población sobre el tema de los cerros verdes. Recolectaron cerca 1.200 firmas de personas que querían proteger los cerros para que fuesen utilizados como áreas verdes. Además, crearon un vídeo (hecho por Woki Toki) como forma de promocionar y dar a conocer la problemática y que fue visto por más de 120 mil personas. Estos esfuerzos finalmente dieron resultados, ya que los parlamentarios le otorgaron urgencia a la discusión que finalmente optó por modificar la ley y devolverle la calidad de “utilidad pública” a estos accidentes geográficos.

“Valoramos la restitución del artículo 59, que declara de utilidad pública los terrenos consultados en los planes reguladores cuyo destino son plazas y parques, consagrando nuestros cerros isla como los pulmones verdes que requieren nuestras ciudades”, dijo el alcalde Guevara, luego de la votación en la Cámara de Diputados.

Lo importante ahora es que las municipalidades desarrollen proyectos para forestar los cerros isla de la capital y logren consolidarlos como áreas verdes y lugares de esparcimiento para la comunidad.