Es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes y es el responsable de causar cáncer de cuello uterino, además de otros cánceres. Según la Red de Salud de la Universidad Católica, se estima que el 16% de las mujeres chilenas sanas de todas las edades están actualmente infectadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH) y es más común en jóvenes. 

Se calcula que después de un año de iniciada la vida sexual, un tercio de las adolescentes estarán contagiadas y, después de 3 años, la mitad de ellas se habrá infectado. Es así, que una mujer sexualmente activa, tiene un 80% de probabilidades de haberse infectado con el virus al alcanzar los 50 años, si bien la mayoría de las veces, el papiloma desaparece solo, sin haberse expresado y sin tratamiento. Cabe destacar que el riesgo de infección aumenta a mayor cantidad de parejas sexuales.

Estar conscientes de la alto nivel de contagio del virus es bien importante, pues el VPH no produce síntomas, por lo que la mayoría de las personas no saben que lo tienen. Dentro de los alrededor de 100 tipos de virus VPH que existen, la mayoría son catalogados como "de bajo riesgo" y pueden generar verrugas genitales y/u orales, en ambos sexos. 

Los llamados "de alto riesgo", por otro lado, pueden causar cáncer en el cuello del útero en mujeres y otros tipos de cáncer, tanto en ellas como en varones. El cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente entre mujeres entre 15 y 44 años en América Latina. 

¿Cómo se previene?

Existe una vacuna contra el VPH, que consiste en tres inyecciones, y se recomienda a las niñas en su período de pubertad, entre los 12 y 13 años, antes del inicio de la vida sexual. Esto es porque la vacuna no tiene efecto sobre las lesiones causadas por el virus que existían desde antes. Aún así, alguien activo sexualmente igual se la puede poner.

¿Cómo se detecta el VPH? 

El examen de Papanicolau es lo más efectivo para detectarlo, el cual se recomienda hacer anualmente. Por otro lado, la aparición de verrugas también podría indicar el virus, aunque no salen solamente por esto.

La detección temprana del virus es fundamental para un tratamiento exitoso. Dada la lenta evolución del cáncer cérvico uterino, un tratamiento temprano tiene altas probabilidades de éxito.

¿Cómo se trata? 

Las verrugas pueden tratarse o no según lo defina el doctor. El tratamiento es con medicamentos o una intervención quirúrgica, donde se remueve.

En caso de que el Papanicolau salga alterado, su médico la guiará. Dentro de las opciones está el seguimiento, otros exámenes, crioterapia (tratamiento en frío con mínimas temperaturas) o cirugía.

¿Cómo evitarlo? 

Según el ginecólogo y oncólogo de la Clínica Las Condes, Carlos Schnapp, primero, con la vacuna, que te protegerá en un 93,99%. Segundo, teniendo sexo seguro con condón, aunque hay que aclarar que el condón no cubre todas las áreas por donde se puede contraer el virus. Y tercero, limitando el número de parejas sexuales a lo largo de tu vida.

¿Y el hombre? 

La mayoría de los hombres no presentan síntomas o problemas de salud. Pero algunos tipos de VPH, pueden generar verrugas genitales y, otros, cánceres. Cerca del 1% de los hombres sexualmente activos tendrá verrugas genitales alguna vez.

Actualmente no existe una prueba de VPH recomendada para hombres, pero lo mejor es que ante cualquier anomalía (verrugas, ampollas, úlceras, manchas) en el área genital consulte con su médico. 

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