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Imagen: César Mejías

Esto es lo que toda futura madre debiese saber sobre lactancia antes de dar a luz (parte 2)

Esta es la segunda parte de la guía de lactancia materna que hemos creado en El Definido. ¿Qué necesitas para comenzar? ¿Cuáles son los problemas más comunes? ¿Cómo interactúa la lactancia y la fertilidad? ¡Aquí te lo contamos!

Por María Jesús Martínez-Conde | 2019-06-20 | 07:00
Tags | lactancia, leche, maternidad, guagua, bebé, pechos
Nuestra legislación estipula el derecho de alimentación de los hijos. En palabras simples, las madres con hijos de dos años o menos, pueden trabajar una hora menos que sus compañeros para cumplir con este derecho, aunque su empresa no tenga sala cuna.
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Lo esencial ya lo tenemos claro, pues en el artículo anterior explicamos varias inquietudes de las madres primerizas frente a la lactancia: en qué consiste la libre demanda, cuánto y cuándo hay que darle leche a tu hijo o hija, las mejores posturas para dar pecho y cómo crear tu propio banco de leche, entre otras cosas.

En esta segunda parte, nos vamos a meter en el detalle del proceso para aclarar algunas dudas más específicas, que no por eso dejan de ser importantes.

¿Qué cosas necesito para comenzar?

Aquí la respuesta es básica: nada. Si estás náufraga en una isla desierta y necesitas dar pecho a tu hijo, solamente necesitarás tu cuerpo y el de él. Sin embargo, hay ciertas cosas que pueden hacerte la vida más fácil si eres una afortunada participante del mundo civilizado:

- Sostenes de lactancia: probablemente es lo más necesario de la lista, pues se trata de una prenda especialmente diseñada para poder sacar tu pecho y alimentar a tu hijo sin necesidad de tener que sacarte el sostén, ¡hasta doce veces por día! Los hay de muchos tipos y, aunque lamentablemente los diseños no siempre son los más bonitos o sexys (no queremos perder la vanidad por estar dando leche), se pueden encontrar algunos con más estilo que otros. Lo ideal es comprarte un par en los últimos meses de embarazo, cuando tus pechos ya estén más crecidos y necesites un recambio de talla.

- Protectores de lactancia: de acuerdo a lo que he conversado con algunas mamás, son muy necesarios, pues los pechos gotean durante el día, sobre todo en los horarios en que usualmente alimentas a tu guagua, pero no la tienes cerca. Entonces, si no quieres manchar tu sostén y tu polera y tener que inventar a tus colegas que se te chorreó el café de la mañana, ponte estos protectores (los hay de algodón desechable y lavables) y te sentirás más segura.

- Saca leche: ya hablamos sobre esto, son necesarios para extraerte leche y crear tu propio banco, o bien, para dársela durante el mismo día a tu hijo porque te ausentarás. Los hay eléctricos y manuales.

- Envases/bolsitas para congelar la leche materna: si estás creado tu banco de leche, necesitarás dónde almacenarla. Lo importante es que sean bolsas especiales para este propósito, o bien, envases de vidrio o plástico duro que resistan el agua caliente y la esterilización, con tapa o cierre hermético.

- Mamadera o vasito: mamaderas hay de todos los tipos, de vidrio o de plástico, con tetinas de diferentes formas y de diferentes tamaños; lo importante es que te asegures de que sea una para recién nacido (aquí encontrarás buenos consejos para elegir mamadera). En el caso de querer alimentar a tu bebé con vasito, asegúrate de que este sea pequeño, adaptable a su boca (aquí más consejos sobre esto).

- Almohada de lactancia: no es absolutamente indispensable, pero puede ayudarte a tomar a tu guagua más cómodamente, sin que se te cansen los brazos y sientas que has hecho una hora de pesas después de dar pecho (aunque algunas mamás me han dicho que nunca la necesitaron).

- Crema para pezón: si tienes heridas y grietas, estas cremas pueden ayudarte a sanarlas (aunque si hay un buen agarre desde el primer momento, no debería haber daño). Chile Crece Contigo incluso recomienda echarse leche y dejarla secar al aire libre, lo que serviría como protector natural.

- Escudos, cápsulas o amapolas: son argollas anchas de silicona que cubren la areola, dejando un espacio libre donde se introduce el pezón. Se colocan entre tu cuerpo y el sostén para recibir la leche que se produce entre cada toma, o bien, para evitar el roce de tu ropa en caso de que tengas grietas. Algunas madres las necesitan y otras no, depende de tu experiencia.

- Pezonera: este artículo es específicamente para aquellas mamás que tienen problemas con el agarre de su hijo. Son areolas de silicona con la forma del pezón que facilitan la succión, pero siempre deben utilizarse bajo recomendación de un médico, asesor o matrona.

Esto no está siendo fácil…

La lactancia no se da como "miel sobre hojuelas" para todas; hay mujeres que sienten dolor, que ven herida su piel, que sufren de condiciones especiales o infecciones, o que simplemente no disfrutan de la experiencia. Lo importante es saber que la lactancia no debe ser un sacrificio, doler ni herirte. Sin embargo, son muchos los problemas que pueden surgir (en el manual del Minsal los puedes consultar con detalle), aquí veremos solo los más comunes:

- Dolor: la primera vez que tu guagua tome leche de tus pechos, se puede producir un dolor leve que debería ir cediendo rápidamente. Si continúa, posiblemente es porque no hay un buen agarre y debes consultar y asesorarte.

- Grietas o fisuras: se producen cuando la técnica de amamantamiento que estás usando no es correcta, hay modos de solucionarlo y tener una lactancia exitosa. La ventilación y la limpieza son claves, además de asesorarte por un experto en lactancia.

- Micosis: es una infección producida por un hongo en la zona de la areola, que se caracteriza por estar muy rosada. Ojo, que puede atacar también la boca de la guagua. Tranquila, es tratable y la lactancia continúa.

- Congestión mamaria: puede producirse en la primera "subida de la leche", cuando las tomas aún no se corresponden al volumen que estás produciendo, entonces los pechos aumentan de tamaño, se ponen muy sensibles y duros. Esto se soluciona extrayendo leche o alimentando a tu hijo con más frecuencia.

- Obstrucción: los primeros síntomas son una sensación de que está saliendo menos leche e incluso quizás tienes bultos dolorosos, los pechos muy duros, calientes y enrojecidos. Probablemente el médico te indicará desinflamatorios, aunque sirven mucho las compresas o duchas calientes, los masajes en dirección al pezón y una extracción más frecuente. ¡Consulta!

- Mastitis: aquí es donde no queremos llegar, pues se trata de la infección del tejido que rodea al lóbulo mamario. Cualquiera de los otros problemas pueden servir de alerta para consultar al médico, antes que se desencadene la mastitis. Los síntomas y el tratamiento son similares a la obstrucción, pero incluso te puedes llegar a sentir agripada. Anda al doctor y no te automediques.

- "No quiero dar pecho": hay muchas madres que, inclusive intentándolo y fracasando o no disfrutando la experiencia, deciden voluntariamente no dar pecho a sus hijos y alimentarlos mediante leche de fórmula. ¡No debemos demonizarlas! Sin duda, es importante que toda mujer que acaba de ser madre conozca los beneficios de la lactancia, sin embargo, y tal como dice la pediatra Lucía Galán, "para que las cosas funcionen, la mamá tiene que estar bien. Y esto pasa por que ella se sienta libre de tomar sus propias decisiones y la gente que la rodee la apoye casi de manera incondicional". Si no habrá lactancia, asegúrate de que tu médico te guía de manera cercana, para que tú y la guagua permanezcan sanas.

Si estoy dando pecho, ¿no puedo quedar embarazada?

Muchas mujeres relajan los métodos anticonceptivos que usaban usualmente una vez que ha sucedido el parto, pues suponen que la lactancia es un método natural para no quedar embarazada. Y sí, lo es, pero depende de algunos factores y no faltan esos casos de "mi guagua tenía cuatro meses, le estaba dando pecho, ¡y quedé embarazada!". Vamos viendo…

Las mujeres que alimentan exclusivamente a sus hijos con leche materna, en general no ovulan hasta pasadas las 27 o 38 semanas del parto. Puede producirse menstruación antes, pero suelen pertenecer a ciclos anovulatorios (en los que no hubo ovulación y, por lo tanto, no hay posibilidad de embarazo). A este método anticonceptivo se lo llama MELA y tiene una eficacia del 98%. ¡Pero! Todo finalmente dependerá del período de lactancia, de la frecuencia de las tomas y de si tu guagua recibe o no alimentación complementaria (leche en fórmula).

Por todo esto, es mejor no confiarse si tu menstruación vuelve antes de lo esperado, si tu hijo o hija está tomando leche en fórmula o si ya llevas más de seis meses de lactancia. En estos casos, usa anticonceptivos para distanciar los nacimientos (se recomienda distanciar los partos, por lo menos, en 18 meses).

¿Cuándo y cómo se acaba la lactancia?

Al proceso de poner fin a la lactancia se lo llama destete, y muchas veces se produce porque es hora de que la madre vuelva al trabajo, o bien, porque se cumplió el tiempo mínimo recomendado de alimentación exclusiva de leche materna para los bebés, seis meses, aunque puede seguir lactando de manera paralela.

No se hace de un día para otro y hay que tener claro que es un proceso de transición que comienza el día en que el niño, por primera vez, prueba un nuevo alimento. Esto no debe ocurrir hasta los seis meses, porque solo en este momento la guagua tiene desarrollado su organismo para recibir comida de consistencia más densa (otros marcadores son que tu hijo ya se sienta solito, abre la boca cuando se le acerca una cuchara, no rechaza los sólidos y usa sus manos de manera más exploratoria).

¿Cómo comenzar a introducir a tu hijo o hija en el ultra fascinante y variado mundo de la alimentación sólida? Hace un tiempo hice este artículo que te puede servir muchísimo.

¿Y cuándo se produce la última toma? No hay un día fijo, sucede simplemente cuando la madre lo estipula (o algunas dan libertad a su hijo para que ellos decidan cuándo). La idea es ir reemplazando gradualmente las tomas por alimentos sólidos hasta que un día ya no haya más leche y solo comida. ¡Paciencia en el proceso!

Tienes derecho a alimentar a tu hijo, ¡aunque estés trabajando!

Este último punto es vital para esas mujeres trabajadoras que, después de los seis meses de postnatal, deciden que quieren seguir dando pecho a sus hijos de manera paralela a la alimentación sólida, o bien, quieren ellas mismas darles la comida. ¿Se puede? ¿Cómo se hace con la pega?

¡Se puede! Nuestra legislación estipula el derecho de alimentación de los hijos. En palabras simples, las madres con hijos de dos años o menos, pueden trabajar una hora menos que sus compañeros para cumplir con este derecho, aunque su empresa no tenga sala cuna y la guagua esté siendo cuidada en la casa de la abuela, la hermana, en una sala cuna aparte o con una persona a cargo.

Y ojo, que el tiempo de traslado no se cuenta. Si te demoras una hora a tu casa a la ida y una hora a la vuelta, entonces tendrás tres horas para cumplir con este derecho, pues el período de alimentación debe ser exclusivamente para eso. Además, este tiempo puede ser usado en cualquier momento dentro de tu jornada de trabajo o también dividirlo en dos etapas.

¿Puede el padre hacerse cargo? ¡Sí! Pero la decisión debe ser comunicada por escrito (aquí los detalles).

¡Sé que quedan un montón de dudas pendientes! Pero con estos dos artículos sobre lactancia materna ya hemos saldado, a lo menos, las preguntas básicas de cualquier mujer que se está preparando para ser mamá por primera vez. ¿Tienes más inquietudes? Déjalas en los comentarios y haremos lo posible por responderlas.

¿Te surgen más dudas respecto a la lactancia materna?

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