La fe popular chilena tiene una fuerte devoción por la Virgen del Carmen. Más de 100 fiestas masivas se celebran a lo largo del país durante el año. La famosa fiesta de la Tirana es de las más grandes y dedica sus cantos y bailes a esta devoción, manifestando el fuerte sincretismo religioso de las culturas en el norte del país. Pero hay también otro evento que tiene una larga tradición en Santiago: la Procesión de la Virgen del Carmen. ¿Por qué una procesión logra convocar a alrededor de 30 mil personas todos los años? 

En un mundo que pareciera dar cada día menos importancia a la religión, contrastan estas grandes manifestaciones de devoción que año a año reúnen a tantos chilenos. 

¿Quién es la Virgen del Carmen?

Quizás a muchos les llame la atención que existan distintos "tipos" de Vírgenes: del Carmen, de Lourdes, de Guadalupe, del Pilar. 

Para la Iglesia Católica se trata de una sola. Es la madre de Jesús, que se ha aparecido a personas en distintos momentos de la historia, tomando características y vestimentas según la comunidad o nación a la cual se dirige. La Virgen del Carmen tomó su nombre por la aparición en el Karmel o Monte Carmelo, en la costa mediterránea de Israel. 

Los hombres que la vieron se entregaron a una vida de oración y penitencia en el desierto. En 1226 nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo, tanto en su rama masculina como femenina.

¿Cómo llega a Chile?

La tradición religiosa y cultural de la Virgen del Carmen tiene fuertes raíces en nuestra historia, como parte de la construcción de la identidad nacional. Es una herencia del pueblo español, lugar de Europa donde está más arraigada la devoción. Llegó con los primeros conquistadores en el siglo XVI. Los monjes Agustinos dieron a conocer esta devoción en Concepción, desde donde se expandió al resto del territorio. Fundaron la primera Cofradía del Carmen y empezaron las primeras procesiones a la Virgen del Carmen.

Tempranamente se denominó a la Virgen del Carmen como patrona o generala de los ejércitos de Chile, pasando a ser una denominación oficial en 1923.

¿Por qué las procesiones?

Para manifestar la fe de manera pública en comunidad y darla a conocer. En Santiago, la primera procesión fue en 1778. Desde ese año, cada 16 de julio se cumplió con esta tradición, hasta que en 1818 se cambió a los tercer domingo de octubre. ¿Por qué? 

La devoción a la Virgen formaba también parte de las batallas. En plena reconquista, en medio de la Batalla de Maipú, San Martín vio flaquear las tropas y les gritó: "Nuestra Patrona, la Santísima Virgen del Carmen nos dará la victoria y aquí levantaremos la Iglesia prometida para conmemorar este triunfo". Tras el triunfo y el voto de O´Higgins, se puso la primera piedra de la Iglesia Votiva de Maipú, por eso el nombre del templo. Ese hecho hizo cambiar la fecha de la celebración mariana. 

¿Por qué hoy se realiza el último domingo de septiembre? A principios de los '70s los Obispos acordaron el cambio de fecha, para que la tradición se enmarcara entre las celebraciones del Mes de la Patria, declarando la fecha como el "Día de Oración por Chile". 

Colegios, parroquias, carabineros, militares, cofradías, fundaciones y organizaciones como la Cruz Roja y Caritas, desfilan en esta manifestación religiosa tan característica de la cultura católica chilena. 

Este domingo 28 de septiembre, a las 15.30 horas, se dará inicio a la procesión en la Plaza de Armas de Santiago. Se realizará un recorrido hasta volver a la plaza para terminar con una Misa en la Catedral. 

Las Camareras

Son un grupo de mujeres que están dedicadas al cuidado de la imagen de la Virgen del Carmen de la Parroquia El Sagrario, que tiene más de 100 años. Además su misión es difundir la devoción por ella y el amor a Chile. El origen de la palabra camarera viene de "cámara", ya que las camareras son las únicas autorizadas a ingresar a ella. Se reúnen y organizan en la Cofradía Nacional del Carmen.