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Imagen: César Mejías

Estas son las medidas para evitar que el árbol nativo más amenazado de Chile desaparezca

¿Conocen al ruil? Es un árbol chileno en peligro de extinción, y sin el cuidado de la Conaf y otros actores, podríamos nunca conocer a esta especie que crece únicamente en la Región del Maule. En El Definido te contamos lo que se está haciendo por este flacuchento olvidado.

Por Romina Diaz | 2018-12-17 | 07:00
Tags | ruil, árbol, peligro de extinción, especie endémica, bosque
“Vamos bien encaminados, la voluntad existe y hoy con la empresa privada y el sector público estamos trabajando en conjunto en este desafío, para que ojalá de acá a cinco años podamos respirar un poco más tranquilos con respecto a lo que le pasa a esta especie” (Felipe Barrios, jefe del departamento de áreas silvestres protegidas de Conaf).
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Playas rocosas, grandes extensiones de dunas y humedales, y un valle central rico en cultivos agrícolas, son parte de la gran biodiversidad que se puede encontrar en la Región del Maule. Pero además, tiene una cordillera costera en la que dominan las plantaciones artificiales de pino insigne, con algunas partes de centenarios bosques nativos. Y por más de que estemos cerca de Navidad, esos pinitos están empeorando la calidad de vida de otras especies como el Nothofagus alessandrii o bueno, en palabras mortales, del ruil.

Tantas son las amenazas y peligros que vive esta especie, que hace años que está en peligro de extinción, pero ya se están tomando medidas para sacarlo del riesgo.

Una reliquia biológica en peligro

No muchos conocemos a esta especie 100% chilena que habita los bosques nativos que quedan en la Región del Maule. La araucaria, el alerce, el maitén o el canelo, son de los árboles nativos del país que más nos suenan, pero el ruil también pertenece a esta categoría y frecuentemente nos olvidamos de esta reliquia que incluso ha inspirado versos (como el libro Ruil de Eliana Segura Vega).

Este árbol de tronco recto y gris, con una hoja que se caracteriza por tener espinas en los bordes, puede medir hasta 30 metros y es el más antiguo de la familia de los Nothofagus del hemisferio sur (pariente del conocido roble). Además, es una especie endémica, o sea que el único lugar en el mundo en que puede crecer de manera natural, es en esta zona, entre las provincias de Talca y Cauquenes (específicamente en las comunas de Curepto, Constitución y Chanco). Quizás por lo mismo nos olvidamos de ellos, habitan en un segmento tan pequeño del país que no los vemos con frecuencia, ni con la imponencia de una milenaria araucaria. Pero no por eso debemos olvidarnos o dejar de proteger a los queridos ruiles...

“Como es una especie endémica, tiene características de importancia ecológica dado que la formación boscosa donde se establece es fuente de vida silvestre para otros organismos vivientes, tanto flora como fauna”, nos dice el jefe del departamento de áreas silvestres protegidas de Conaf, Felipe Barrios.

Animales como el monito del monte, el pudú y la güiña, entre otros, también son especies que es necesario proteger y que viven en estos bosques nativos, como en la Reserva Nacional Los Ruiles, que está bajo la administración de la Conaf y que en 1995 fue declarada como Monumento Natural. 


Fuente: Flickr/Jason Hollinger

El pino acechando

Lamentablemente, el ruil es una de las especies que más ha disminuido en los últimos 40 años en Chile y, en los pocos lugares que aún habita, vive asociada con diversas especies de flora y fauna, que se verían afectadas con su posible desaparición.

Lo alarmante es que, según Barrios, ya llegó a un estado crítico de extinción. En 1981, cubría 824 hectáreas y en 2012 este número se redujo a 314 hectáreas.

Una de las principales razones de por qué ha disminuido tanto su población, es por el cambio en el uso de suelo y también por la expansión de las plantaciones forestales, como explican en El Mercurio.

“El problema del ruil es que es una especie muy sensible debido a que hoy día se encuentra presionada por plantaciones forestales de pino insigne. Este último es muy invasivo e ingresa a los sectores donde hoy día hay ruil y, al final, se va germinando más pino que ruil”, explica Felipe Barrios a El Definido.

Desventajas del flacuchento ruil

El nivel de germinación del ruil es muy bajo, especialmente si lo comparamos con el pino. La semilla de este último tiene una viabilidad superior a 90%, o sea que de cien semillas que se planten, salen 90 árboles sin mayor problema, nos explica el funcionario de la Conaf. En cambio, el ruil tiene una viabilidad de un 30%, por lo que 30 de 100 pueden crecer si se dan las condiciones adecuadas, que además son muy específicas. Recordemos que únicamente crecen en la Región del Maule, mientras que el pino tiene la capacidad de adaptarse casi a cualquier suelo.


En la imagen se puede ver claramente, a la izquierda, la línea que divide las plantaciones artificiales, del bosque nativo. Fuente: Conaf.

Y este pobre flacuchento además crece lento. En un año crece máximo 30 cm. de altura, y el pino puede llegar a dos a tres metros anualmente. No es que el pino sea el villano de la situación, pero estas plantaciones artificiales sí le hacen un gran daño a los bosques nativos y a todo el ecosistema del lugar, nos cuenta Barrios.

“Entonces las desventajas que tienen las especies nativas, y en especial el ruil, con respecto a las especies exóticas invasoras, entre las que está el pino insigne, son muy altas”, agrega.

Fuego: el enemigo de todo bosque

Y para más remate, como si la población de ruil no fuera poca de por sí, en 2017 la ola de incendios llegó a atacar las 314 hectáreas que quedaban, lo que generó daños en al menos el 50% de estos árboles.

“El mayor daño fue a nivel de suelo, y también se quemaron algunos árboles semilleros (que semillan anualmente), lo que es una gran pérdida para nosotros, porque el principal abastecedor de plantas que usamos para hacer restauración, es a través de la semilla”, dice Barrios, explicando que también hay otros métodos de plantar, pero son más caros.

Sin embargo, ya se están tomando medidas ante este escenario y la Conaf y otros actores, como CMPC y Forestal Arauco, ya están actuando para proteger a los que quedan y, ojalá, ampliar los “ruilares” (bosques de ruil).

¡A salvar la especie!

El año pasado, luego de los incendios, la Conaf llegó a un acuerdo con el Ministerio de Bienes Nacionales para que les fuera transferido un predio de 41 hectáreas para ser reintegradas a la Reserva Nacional Los Ruiles. De esta manera, hoy la reserva tiene 87,5 hectáreas oficialmente protegidas, nos dice Barrios. ¿Cómo las protegen?

A través de varias acciones hechas por ellos mismos, privados y también con la ayuda de la comunidad. “Las acciones que nosotros realizamos parten desde la exclusión, es decir cercado del árbol, cortafuegos para evitar posibles incendios o amagos de incendios que puedan ocurrir, recolectar semillas para hacer restauración”, dice. También hacen monitoreos constantes en la reserva, a través de cámaras y tienen personal permanente que va advirtiendo de los peligros.

Felipe Barrios nos cuenta que a todos quienes van a la reserva, se les instruye en educación ambiental sobre la especie, la fauna que existe y cómo protegerla. También enseñan en los colegios con el objetivo de generar conciencia y cuidar el hábitat general.

“Estamos convencidos de que hoy día la población juvenil, los estudiantes y los niños, son quienes deben ir cambiando el chip sobre el cuidado de esta maravilla que nos entrega la naturaleza. Hoy día están en serio peligro de extinción, la especie está muy amenazada, y si nosotros no encontramos la forma de poder detener el avance de las plantaciones o los incendios, el día de mañana no tendremos ruil y estaríamos hablando de una especie extinta”, dice.

Todos por el ruil

Y no solo la Conaf está a cargo de esta difícil tarea, las empresas CMPC y Arauco también han aumentado sus esfuerzos para proteger al árbol. A través de monitoreos y trabajando en viveros, como el de Quivolgo, hacen crecer las semillas y posteriormente las plantan en los ruilares. Es una forma de retribuir a la naturaleza nativa, parte del impacto negativo que tienen sus plantaciones de pinos en el ecosistema.

“Para nosotros la especie ruil es prioridad y va a tener un capítulo importante dentro de todo este plan, permitiendo restaurar las zonas donde está presente”, enfatiza el Jefe de Restauración de Bosque Nativo de Forestal Arauco, Arturo Otegui.

Por lo mismo, se cree que los planes rendirán frutos, porque varios actores están comprometidos con la tarea de repoblar estos bosques y cuidar los que ya existen. “Vamos bien encaminados, la voluntad existe y hoy con la empresa privada y el sector público estamos trabajando en conjunto en este desafío, para que ojalá de acá a cinco años podamos respirar un poco más tranquilos con respecto a lo que le pasa a esta especie”, espera positivamente el funcionario de la Conaf.

¿Conocías el ruil?

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