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Imagen: César Mejías

Estos niños programan robots, plantan el desierto y protegen cementerios. Conoce el proyecto que lo hizo posible

A los adultos casi siempre nos piden pensar “fuera de la caja”. ¿Qué pasa cuando se lo pedimos a los niños? Un proyecto de talleres realizado en Antofagasta y Mejillones lo hizo posible y los proyectos diseñados por niños de 8 a 10 años de verdad que merecen aplausos.

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"El impacto que generan estos talleres no solo hace que ir al colegio sea más entretenido, sino que favorece el desarrollo de habilidades intelectuales y socioafectivas en los estudiantes".
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En el colegio, más de alguno encontró fomes algunas clases. O sintió cero interés por las tareas, pero tenía que hacerlas para cumplir. Sin embargo, siempre había algo de diversión en los talleres artísticos o deportivos, que eran una alternativa para entretenerse y seguir aprendiendo fuera de la sala de clases.

El Ministerio de Educación así lo sabe y por eso, en 2001, creó el programa “Promoción de Talentos Académicos”, con el que hasta hoy busca proyectar los talentos de los estudiantes en talleres relacionados a ciencias sociales y naturales, humanidades y matemáticas. ¿Quién sabe si de ellos sale el sucesor chileno de Elon Musk? ¿O la próxima María Teresa Ruiz, la primera mujer chilena que fue reconocida con el Premio Nacional de Ciencias Exactas?

La Universidad Católica del Norte (UCN) adhirió al programa y hoy lleva a cabo una serie de talleres que tienen a 1.300 niños con las manos metidas en la tierra, cultivando huertos, aprendiendo a generar apasionadas discusiones y debates bien argumentados, ¡y hasta diseñando robots!

Aprendiendo a ser creativos y responsables

La implementación del programa es a nivel nacional y está a cargo de siete universidades del Consejo de Rectores, siendo una de ellas la UCN, que desde el 2004 desarrolla su línea de talentos a través de DeLTA UCN y atiende a más de 400 estudiantes de las comunas de Antofagasta, Mejillones y Sierra Gorda. Así, bajo el alero de este programa, nació el proyecto Tarpuq, o “Sembradores” en lengua quechua.

Según explica su director a El Definido, Cristian López, Tarpuq capacitó a 32 profesores y 20 miembros de equipos directivos de 10 establecimientos municipales de alta vulnerabilidad de la región de Antofagasta, para que realizaran los primeros talleres de Cultivos en el Desierto, Debates Ciudadanos, Producción Literaria y Robótica, dirigidos a niños de 3º y 4º básico.


Fuente: Tarpuq en Facebook.

Si te preguntas por qué es necesario aprender sobre esto, la respuesta es simple: el impacto que generan estos talleres no solo hace que ir al colegio sea más entretenido, sino que favorece el desarrollo de habilidades intelectuales y socioafectivas en los estudiantes, fomentando que sean más creativos, propositivos y responsables con su entorno, entendido como su colegio y su casa.

¡Ningún compañero se queda fuera!

En la educación, al igual que en otros rubros, no hay una receta única para el éxito y así lo demuestran los diferentes sistemas educativos que existen en el mundo. Por ejemplo, Finlandia, que tiene uno de los sistemas educativos más reconocidos, eliminará historia, física y matemáticas de aquí a 2020, pero los seguirá enseñando de manera práctica. ¿Te imaginas algo así en Chile?

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El modelo de Tarpuq, desarrollado en los ´70 en Estados Unidos, está orientado a despertar el interés y la curiosidad durante el aprendizaje. Para esto, las actividades se enfocan en que los alumnos creen un producto o servicio, según sus capacidades, con toda la participación del curso, independientemente del rendimiento de cada alumno. ¡Todos son beneficiados!

Se basa en el “Modelo de Enriquecimiento para toda la Escuela”, elaborado por los psicólogos estadounidenses Joseph Renzulli y Sally Reis, quienes fueron reconocidos entre los 25 psicólogos más influyentes del mundo en educación, según la Asociación Americana de Psicología (APA).


Fuente: Tarpuq en Facebook.

El sello que caracteriza al proyecto Tarpuq y que Cristian con su equipo valoran mucho es que pudieron trabajar con todos los estudiantes, tomando en cuenta sus intereses y motivaciones. Así, pudieron realizar los talleres en cursos numerosos, desde 25 hasta 48 alumnos cada uno, tanto en los ocho colegios municipales de Antofagasta como en los dos de Mejillones*, en donde se implementaron.

Así, el aprendizaje se pudo convertir en una experiencia entretenida que sí se puede disfrutar, sacando a veces a los alumnos de la sala y, paralelamente, cumpliendo con los objetivos del modelo: contribuir con el desarrollo del establecimiento, reducir el aburrimiento y generar un cambio de actitud en los profesores y estudiantes.

Dioses griegos robotizados

Los talleres de Cultivos en el Desierto, Debates Ciudadanos, Producción Literaria y Robótica, se realizaron una o dos veces por semana en horario escolar, entre agosto y diciembre de 2017.

En el taller de Robótica, por ejemplo, la profesora a cargo combinó esta temática con la materia que estaban viendo en historia. ¿El resultado? Los niños armaron diversos personajes que representaban a los dioses griegos.

Esto porque las actividades fomentaron lo que se estaba viendo en las clases, y los profes tuvieron la libertad de proponer actividades según el contexto del colegio y sus alumnos.

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En el taller de Cultivos en el Desierto, a cargo de una profe de origen atacameño, se les pidió a los niños que construyeran en su colegio pequeñas terrazas de cultivo, tal como lo hacían los pueblos precolombinos de la región. Con este proyecto final del taller, la idea era que conocieran esta técnica de agricultura y el uso responsable del agua.

Otro ejemplo fue el taller de Producción Literaria, donde los niños elaboraron relatos que contaban quiénes eran los personajes famosos que están enterrados en el Cementerio General de Antofagasta, y qué fue lo que hicieron por la ciudad, como una manera de acercar su obra a los actuales habitantes. Y esto es muy importante para el proyecto, pues muchos mausoleos están siendo destruidos y los niños expresaron, a través de su escritura, que no quieren que siga sucediendo.


Fuente: Tarpuq en Facebook.

En Mejillones, también hubo un proyecto destacado que se robó todas las miradas. Allí, los alumnos produjeron 12 nanometrajes que dieron origen a un verdadero festival de cine de terror que finalmente presentaron en el teatro local. Incluso, armaron su propia avant premiere e invitaron a los habitantes de la ciudad. ¡Y pensar que solo tienen entre 8 a 10 años!

El efecto que éstos y los demás proyectos de Tarpuq tuvo en los estudiantes y profes fue muy positivo porque ayudó a desarrollar el pensamiento crítico, a empoderarlos de su aprendizaje y mejorar la relación con sus pares. Esto se obtuvo con la medición que hizo el equipo al encuestar a los alumnos y entrevistar en profundidad a los profesores, tomando en cuenta los indicadores de autoestima académica y clima y convivencia escolar, parte de los "Otros indicadores de calidad educativa" diseñados por el MINEDUC.

¿Mi colegio podría tener estos talleres?

Si eres alumno, profesor o apoderado, y te gustaron estos talleres, tal vez te preguntes cómo puede postular tu establecimiento.


Fuente: Tarpuq en Facebook.

Cristian explica que actualmente el programa está en su etapa de evaluación por parte del Ministerio de Educación, por lo que aún no se define si se replicará en nuevos colegios. Eso sí, en caso de que se mantenga, se abriría una convocatoria para que participen los establecimientos de la región.

Pero si vives en otra región y te gustaría ser parte de esta experiencia, ¡también puedes hacerlo! Debes estar atento a las convocatorias realizadas por Penta de la Pontificia Universidad Católica (PUC), y Alta de la Universidad Austral, en la zona centro y sur del país.

Para conocer más de Tarpuq, te invitamos a ver este documental.

¿Conoces otros talleres “no tradicionales”?

Colegios donde se implementó Tarpuq

- Antofagasta: Escuela República de Italia, Escuela República de EE.UU., Escuela Rómulo Peña, Escuela Juan López, Escuela Huanchaca, Escuela Arturo Prat Chacón, Escuela General Manuel Baquedano y Liceo Bicentenario Andrés Sabella.

- Mejillones: Complejo Educacional Juan José Latorre y Escuela Mª Angélica Elizondo.

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