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Sistema de gobierno en Chile, ¿Más o menos poder para el presidente?

La semana pasada, el comando de Michelle Bachelet planteó la posibilidad de establecer en Chile un régimen semipresidencial o presidencialismo moderado. ¿De qué se trata esto?

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2013-09-09 | 17:26
Tags | política, democracia, presidente, congreso, parlamento, sistemas de gobierno, propuesta, semipresidencial

Los ciudadanos tenemos el poder en una democracia, esa es la base y por eso elegimos a representantes para gobernar. La forma en que ellos gobiernan según la relación entre los poderes del Estado, va a depender de cómo es el sistema democrático. En Chile tenemos uno presidencial.

Una de las propuestas que develó el comando de la candidata Bachelet, fue la posibilidad de instaurar un sistema semipresidencial para gobernar el país. En El Definido les explicamos cómo funciona y en qué se traduce tener otro sistema de gobierno. ¿Es posible en Chile?

Los tres sistemas para el gusto democrático

Hay distintas formas de clasificar a los gobiernos democráticos. Pero cuando nos referimos a la relación entre la jefatura del Estado, el gobierno y el Parlamento, hay tres sistemas principales: presidencial, parlamentario y semipresidencial. El éxito de uno o de otro obviamente no es receta comprobada. Según el contexto político-social, la historia, constitución y comportamiento de partidos en cada país, puede ser preferible un sistema en vez de otro.


1. El gobierno presidencial

En un gobierno presidencial, como actualmente es en Chile, están separados notoriamente los poderes del Estado. Acá el presidente es la cabeza del poder Ejecutivo y es elegido por votación popular. Mantiene el cargo de forma independiente del Parlamento y es tanto Jefe de Estado como Jefe de Gobierno. Además elige en forma libre y directa a sus ministros y secretarios, quienes están imposibilitados para ejercer como parlamentarios al mismo tiempo. Países como Brasil, Estados Unidos y Uruguay tienen este sistema de gobierno. 

  • El principal vicio es la tendencia a engrandecer demasiado la figura del presidente, que en casos más extremos puede derivar en un caudillismo presidencial. En este caso el mandatario concentra el poder, doblegando a otras instituciones estatales y afectando la representatividad. 

2. El gobierno parlamentario

Otros países tienen un gobierno parlamentario, donde hay una colaboración de poderes. Aquí tanto el poder ejecutivo como el poder legislativo gestionan el gobierno. Además existe un Jefe de Estado y un Jefe de Gobierno (Primer Ministro). Este último es el líder elegido por el Parlamento y le debe rendir cuentas. El poder Legislativo puede destituirlo, pero a la vez, él puede recomendar al Jefe de Estado la disolución del Parlamento. ¿Y qué hace en realidad el Jefe de Estado? En general representa y es responsable del país ante el mundo y el mismo pueblo. En algunos casos tiene mayores atribuciones y en otros tienen un poder simbólico, como es el caso de las monarquías (España, Holanda o Reino Unido).

En este sistema los parlamentarios pueden ser al mismo tiempo ministros de Estado. Países como Alemania, Finlandia, Italia y Reino Unido tienen un gobierno parlamentario. 

  • El principal vicio del parlamentarismo es la tendencia a una partitocracia, donde un solo partido que obtiene la mayoría en el parlamento termina concentrando el poder ejecutivo y legislativo. En el caso contrario, podría darse una lentitud para implementar medidas, en caso de constantes desacuerdos dentro de un Parlamento demasiado fraccionado.

Chile tuvo un régimen parlamentario de facto entre 1891 y 1925, pues continuó con una Constitución presidencialista. No tuvo éxito como sistema porque el uso de la Rotativa Ministerial, el poder del Congreso para disolver la totalidad del gabinete ministerial, entorpecía la gobernabilidad. Durante el período nunca existió el cargo de Primer Ministro, algo poco común en un régimen de esta naturaleza y el Ministro del Interior hizo de Jefe de Gobierno. 

3. El gobierno semipresidencial

Por último está el gobierno semipresidencial, que tiene como ejemplo más típico a Francia. Existe desde el siglo XX y combina los dos primeros buscando tomar las ventajas de ambos. Puede tener muchas variaciones según la historia y el contexto del país donde es aplicado. Países como Portugal, Rusia y Guyana tienen este sistema de gobierno. A continuación las características principales de este sistema mixto:

Miti-miti para combinar estilos

Un gobierno semipresidencial tiene un poco del presidencial y un poco del parlamentario. Por esa razón, cada caso de gobierno de este tipo puede ser diferente de otro según cómo se aplica, según observan quienes han comparado casos. No existe una sola versión, algunas veces el rol más fuerte es del ejecutivo y otras del legislativo. Pero a grandes rasgos se trata de un poder de gobierno dual. El Jefe de Estado (presidente) es elegido por votación popular, el Jefe de Gobierno o Primer Ministro tiene el apoyo parlamentario y ambos comparten el poder. 

El presidente tiene, a diferencia del parlamentario, amplios poderes constitucionales, es él quien nombra al primer ministro con aprobación del Parlamento, preside los consejos ministeriales y es responsable de forma autónoma las Fuerzas Armadas, Justicia y Relaciones Exteriores. Pero a su vez, el gobierno le rinde cuentas al Parlamento: sólo puede desarrollar sus funciones si el poder legislativo no se opone. Pero es diferente al parlamentario, ya que el gobierno no emana del poder legislativo, sino que responde a éste. Es el Parlamento quien dirige la política y asume la responsabilidad ante la ciudadanía. Eso hace que ambos -legislativo y ejecutivo- desarrollen un control sobre el otro, ya que el poder presidencial también puede proponer la disolución del Parlamento. Se da un equilibrio. 

¿Por qué no se llama 'semiparlamentario'? Un documento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, explica que el nombre está relacionado principalmente con la dualidad localizada en el seno del poder ejecutivo. 

Aplicándolo: una situación ideal y dos no tanto

Como el sistema semipresidencial combina la responsabilidad de los roles de Presidente, Primer Ministro y Parlamento, es importante el equilibrio y relación entre mayorías o minorías. Para terminar veamos los tres posibles escenarios que se pueden dar con este sistema de gobierno.

Primero: el de mayoría consolidada. Es el ideal y menos conflictivo, ya que el Presidente es de un partido político, y tanto él como el Primer Ministro cuentan con el apoyo de la misma mayoría en el poder legislativo.  Segundo: la cohabitación, que es un tanto problemático porque el Presidente no tiene la mayoría, pero el Primer Ministro sí, es una mayoría dividida que complica la toma de decisiones en el ejecutivo.  Por último está el caso de la minoría dividida, donde ni el Presidente ni el Primer Ministro tienen mayoría legislativa. Acá se combina lo más complicado del gobierno presidencial -gobierno dividido- con lo del parlamentario -gobierno de minoría-. Un gobierno así es vulnerable a sufrir una crisis democrática. 

En resumen, y por las conclusiones generales de distintos documentos, se reconoce que el sistema no ofrece ninguna panacea, al igual que el parlamentario y el presidencial. Pero se destacan  algunas fortalezas en los casos donde existe el compromiso por una presidencia ejecutiva y la preocupación por darle a los partidos del Parlamento su propio peso en la decisión de los gobiernos y las políticas. 

Como hemos explicado en este artículo, no hay éxito común que se pueda aplicar. Sin embargo es fundamental evaluar a partir del contexto chileno y su organización política, cuáles serían las consecuencias para la institucionalidad y la ciudadanía al instalar un sistema semipresidencial.

Ampliando el debate ¿Es un modelo aplicable en países de Latinoamérica?

El 22% de las democracias del mundo tienen sistemas semipresidenciales, define en base estudios un documento de la revista mexicana Política y Gobierno ¿Es un sistema conveniente para Latinoamérica? 
Un debate dirigido por Fabrice Lehoucq, Doctor dedicado a la política comparativa , latinoamericana y de desarrollo muestra que algunos expertos creen que si bien no es una solución a los problemas políticos de los sistemas presidenciales, el modelo en particular de Francia podría funcionar bien en países de América Latina, ya sea con presidentes débiles o fuertes según la necesidad de cada país.

Por su parte, Jorge Carpizo, ex rector de la UNAM y ex Secretario General Ejecutivo del Instituto Iberoamericano de Derechos Constitucional, considera que la causas de las rupturas de la democracia en Latinoamérica no se han debido principalmente a problemas con los sistemas de gobierno. Más bien responden a diferentes naturalezas sociales, económicas, culturales y políticas y a veces externas a la región. Por lo mismo cree que instaurar un sistema semipresidencial, por mucho que combine ventajas de los otros dos, no necesariamente soluciona las cosas.

Por último, Rafael Martínez, Doctor en Derecho y experto en Sistemas Políticos, recalca que todos los sistemas de gobierno se distinguen entre sí, según el contexto en el que se desarrollen. Por eso exportar de un sistema político a otro país, "no es tan sencillo, ni tan lineal; no siempre va a producir los mismos efectos", comenta. Aclara que no está probado que el sistema semipresidencial genere mayor o menor estabilidad gubernamental y eficacia. Aún así, destaca que tiene potencialidades que pueden desarrollarse. Como es un sistema híbrido, que no se cierra definitivamente ni a lo presidencialista ni a lo parlamentario y se acomoda según las circunstancias.

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Cristián Mackenna | Director | 2013-09-09 | 18:38
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Personalmente, dado la baja aprobación y credibilidad que tienen los parlamentarios y su sistema electoral en Chile, creo que no convendría pasarse a un sistema ni semi ni completamente parlamentario por ahora.

En ese sentido: ¿Por qué darle más poder a un parlamento poco competitivo y que no se recambia? No parece muy inteligente dar ese paso dado las circunstancias actuales.

Ahora bien, si lográramos llegar a tener un sistema electoral parlamentario validado y probado en generar competencia, sin barreras de entrada y que genere recambio y calidad de manera prolongada en el tiempo, ahí sí estaría de acuerdo en avanzar hacia algo más semi-presidencial.
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Gerardo Buenrostro González | 2013-09-09 | 23:26
5
Para que un sistema que le de mas poder al parlamento pueda ser mas "creíble" debería de desaparecer los esquemas vitalicios, designados y re-electivos, ya que lo único que causan es la perpetuación de grupos de poder que no necesariamente se caracterizan por su buena labor.
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Paper Luis | 2013-09-10 | 09:29
1
El problema de los parlamentarios en Chile es que no hacen su pega (cosa de ver la lista de asistencia a las sesiones ), que son muy caros y que son muchos.
Creo que un sistema parlamentario o semi-presidencial sería con una gran reforma legislativa. Reducir el n° de congresistas, dejando 1 sola cámara; limitar el n° de reelecciones, declaraciones de patrimonio antes y después de su período, cerrarle la puerta en las narices a los lobbistas, entre otras cosas

Saludos
@paperluis
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El Pol | 2013-09-10 | 10:04
3
Cambiar de sistema hoy es perjudicar el Pais y la gestion que se podria efectuar en el, lamentablemente el universo politico en Chile esta marcado por la inoperancia y la corrupcion y los bajos indices de aprobacion lo demuestran, primero limpiemos el aparato publico y luego pensemos en como gestionar de mejor forma los poderes del Estado
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