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Imagen: César Mejías

Jamaica hizo a sus niños jugar más. Estos han sido los increíbles resultados

Con visitas semanales, estimularon el juego de los niños más vulnerables entre 0 y 3 años. Los resultados positivos no solo fueron evidentes en las más variadas áreas de su desarrollo, sino que incluso perduraron durante décadas.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2018-04-27 | 07:00
Tags | juego, jamaica, felicidad, reach up, the beginning of life
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Sabemos que leíste “Jamaica” en el título y tu primera imagen mental fue Bob Marley y la cultura reggae. O tal vez que es cuna de grandes velocistas. Pero esta isla hace años que está marcando pauta con algo más que la música y el mundo está empezando a imitarlos.

Se trata de algo tan sencillo como estimular a los niños a través del juego. ¿Se necesita hacerlo? ¿No es algo que los niños hacen naturalmente?

Pues al parecer, este empujoncito les está siendo muy favorable. La crianza entre los 0 y los 3 años es tan clave, que la mala alimentación, pocos cuidados sanitarios, afecto y estimulación, pueden generar diferencias radicales en el futuro de un ser humano. Ya son más de cuatro décadas desde que se implementó un llamativo programa para la primera infancia con el objetivo de estimular el juego entre madres e hijos.

En El Definido te contamos cómo Jamaica decidió hacer algo al respecto y hoy puede celebrar los increíbles resultados de habérsela jugado por la primera infancia.

El juego no es un juego

Voces raras, canciones inventadas, gestos de los que nos avergonzaríamos en público… Quizás sea natural que un padre juegue y se comunique con su hijo. Pero en muchos contextos, la falta de tiempo, de herramientas o la vulnerabilidad, hacen que ese momento tan valioso, casi no exista.

Y eso no significa solamente niños menos entretenidos, sino niños que pierden parte importante de su desarrollo. Según los estudios de la revista médica británica The Lancet, el 43% de los niños de países de ingresos bajos y medios (unos 250 millones), corren riesgo de no alcanzar su potencial cognitivo, algo casi imposible de revertir.

Jamaica se hizo cargo de eso, considerando que los cerebros de los niños pueden formar 1.000 conexiones neuronales por segundo, un ritmo que jamás vuelve a repetirse en la vida y que es fundante para su futuro. De hecho, está científicamente comprobado que el impacto del juego es fundamental en la infancia y que se relaciona con la resolución de problemas creativos y emocionales, el pensamiento lógico, el coeficiente intelectual, el lenguaje y la capacidad de cooperación, entre otros.

¿Y qué es lo que hicieron en el proyecto? Enviaron médicos y enfermeras a visitar a las madres en sus casas cada semana, llevándoles juguetes y libros, mientras les enseñaban cómo jugar sus hijos entre los 6 y los 36 meses. Eligieron este método porque no había suficientes centros médicos (o muchas mujeres no asistían), y porque una atención especializada y dentro de la cotidianeidad de la madre, ayudaría a formar mejor el hábito de jugar con sus hijos. Con el tiempo, permitieron también que las visitas estuviesen en manos de ayudantes entrenados por los profesionales de la salud.

Según explican en Apolitical, los comportamientos que se fomentaban eran la “capacidad de respuesta al estado de ánimo del niño, vocalizaciones, acciones e intereses, mediación del entorno del niño (llamar la atención, describir, etiquetar) e introducir nuevos objetos, sonidos, actividades y conceptos, dar retroalimentación positiva, celebrar los logros del niño y mostrar amor “.

Las actividades se organizaban por semanas y con juguetes determinados, para que se diera una evolución en el aprendizaje. El método consideraba no sólo que las madres jugaran con sus hijos, sino que les enseñaran a hacer acciones específicas.

Y en 45 años, ¿ha habido resultados?

El programa empezó en 1973 y los resultados fueron notables en el tiempo, según un estudio del Nobel de Economía, James Heckman, quien analizó un grupo intervenido durante dos años, entre 1986 y 1988. La investigación, hecha 22 años después, reveló que los niños habían mejorado su cognición, su rendimiento escolar y tenían menos probabilidades de involucrarse en delitos violentos.

Incluso develó que ganaban más dinero; un 25% más que sus pares que no habían recibido el tratamiento (y la misma cantidad que sus compañeros más favorecidos). Pero más importante que todo eso, otros estudios también revelaron que se mostraron más felices, pues tenían menos síntomas de depresión y de inhibición social.

La evidencia es amplia, no hay por donde perderse. Lo que estaban haciendo en Jamaica era mejorar el conocimiento de las madres sobre la crianza de sus hijos, además de fomentar la autoestima y el goce de jugar con los pequeños.

"Los niños que leen, hablan, cantan y tocan no solo son más felices hoy en día, sino que también tendrán una mejor capacidad cognitiva y una mejor oportunidad de vivir una vida más plena y productiva", señala el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.

Adaptable, escalable, pero con desafíos

La idea de Jamaica fue convertir el exitoso programa, hoy llamado Reach Up, en algo exportable, usable y adaptable a distintas realidades, desarrollando una batería de materiales gratuitos para aplicar en otros países. De todos modos, recomiendan las capacitaciones y supervisiones de expertos en el programa para un funcionamiento adecuado.

Brasil, China, Estados Unidos, Bangladesh, Colombia y Perú, son algunos de los que han probado, adaptándolo a su situación cultural y recursos humanos y económicos.

Actualmente, el programa Reach Up –correspondiente a un año con visitas cada semana a las madres y sus hijos- cuesta alrededor de $245 dólares por niño (unos 150 mil pesos), y aunque en primera instancia no es barato, los beneficios entregan un retorno aproximado de $928 dólares por niño (unos 560 mil pesos). Es decir, una relación de beneficio-costo de alrededor del 3,8.En todo caso, para las familias es totalmente gratuito, y el costo es asumido por el gobierno o la ONG a cargo en cada país.

Hay modos de hacerlo más barato, por ejemplo, aplicando el uso de juguetes reciclables, disminuyendo un tanto la frecuencia de las visitas o aprovechando de usar las estructuras de otros programas de intervención existentes para llegar a las familias. Sin embargo hay límites.

Las experiencias de Colombia y Perú han demostrado que es posible hacer el programa a mayor escala, pero que el ahorro de costos no puede ser radical, pues de otro modo, apenas se observan resultados positivos.

La evidencia de la importancia del juego en la primera infancia y de las intervenciones tempranas en cuanto a salud y nutrición, es amplia. Es algo por lo que claman científicos, educadores e incluso importantes economistas, porque por donde se le mire, es positivo. ¿Qué estamos esperando?

Para promover la preocupación y el cuidado en la primera infancia, es que se lanzó -con el apoyo de la UNICEF- el documental The Beginning of Life (El Comienzo de la Vida), que revela la importancia que tiene atender el desarrollo de los primeros años de vida de niños y niñas. Está disponible en Netflix en este link y aquí les dejamos el tráiler:
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Comentarios
Claudia Albarracin | 2018-04-27 | 09:27
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Como siempre un gusto leer sus artículos !
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<3 Gracias Claudia!
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