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Imagen: César Mejías

Levantando la cortina: los trucos y secretos de los megaconciertos

Requerimientos excéntricos, amplificación de mentira y músicos que tocan ocultos al público. La producción de un espectáculo masivo está llena de interesantes trucos que permiten que todo funcione. ¿Qué secretos hay tras las cortinas en los grandes conciertos? Hoy en El Definido te contamos de algunos de ellos.

Por Martín Poblete @martin_poblete | 2018-03-16 | 15:00
Tags | concierto, megaconcierto, truco, secretos, tour rider, offstage musician
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Se apagan las luces y la emoción se apodera del lugar. Los gritos son ensordecedores. La música comienza a sonar y, de pronto, su figura aparece recortada por un intenso destello de luz que emana desde el escenario. Estás encandilado y agitado por la emoción de saber lo que estás a punto de vivir y, aunque no logras verlo con claridad, sabes que es tu artista favorito el que está sobre el escenario, tocando ante ti y miles de otros fans como tú.

Puede que para ti este ambiente sea una excepción dentro de tu trabajo de oficina y tu vida de familia, pero para quienes están en el escenario, su día a día consiste en viajar por el mundo, alojar en hoteles de lujo, tocar ante miles de fans en escenarios gigantes y recibir amor de la gente en todo momento.

Suena como todo un sueño, ¿no?

Pues sí, lo es. Todo artista sueña con algún día formar parte de esa elite musical que recorre el mundo dando conciertos para decenas de miles de fanáticos en condiciones de lujo. Pero por lindo que suene, realizar un espectáculo de esa envergadura es un trabajo extenuante en el que artistas, productores y técnicos deben dar su 300% para que todo salga perfecto.

Y la exigencia es alta, tanto en lo físico como en lo mental: están lejos de sus familias, conviven con las mismas personas durante meses, viven con sus horarios cambiados y con el estómago revuelto, luchando constantemente con lesiones, fatiga y enfermedades, y con la amenaza constante de que, ante cualquier accidente o error, la opinión pública los suba al columpio por meses. Todo tiene que salir increíble. Los fans deben llevarse un recuerdo imborrable al momento de regresar a casa.

Pero al final del show, lo que los espectadores ven es solo la punta del iceberg. Detrás de las cortinas hay todo un entramado de producción lleno de trucos y secretillos, muchas veces hechos deliberadamente para engañar al público.

Hoy te contamos de algunos de ellos.

1. Las exigencias de camarín

Esto es un clásico de las celebridades. Al agendar una fecha para dar un concierto, los representantes de los artistas se aseguran de especificar un largo listado de exigencias que las productoras deben comprometerse a cumplir a cabalidad antes de firmar el contrato. El no cumplimiento de alguna de estas exigencias, por pequeña que sea, le da al artista el derecho de cancelar el concierto.

El documento que contiene estos requerimientos es un anexo del contrato conocido como Tour Rider. En él van indicadas las especificaciones técnicas de sonido e iluminación para el concierto, así como las exigencias de hotelería, camarines y catering.

En muchos casos estas exigencias son razonables y prácticas, pensadas para que el artista suba cómodo y feliz al escenario.

Paul McCartney, por ejemplo, es un reconocido defensor de los derechos de los animales. Por esto es que exige que no haya muebles ni tapicerías de cuero en ninguna etapa de su estadía. Esto incluye la habitación del hotel, el camarín del concierto y los vehículos en los que es trasladado, que deben estar libres de todo rastro de pieles reales e incluso sintéticas. The Rolling Stones, por su parte, han dejado los excesos y el divismo de lado, y a día de hoy la exigencia más excéntrica que tienen por contrato, es que todos los aparatos eléctricos de la habitación del hotel deben tener instrucciones claras de uso.

Por supuesto, existen otros casos en los que las exigencias presentadas solo pueden interpretarse como demostraciones de divismo. Lady Gaga es un ejemplo de ello: entre 2009 y 2011, durante el Monster’s Ball Tour, las exigencias para su camarín incluían una decoración de glam rock, con posters de ídolos como David Bowie, Queen, Billie Holiday y Elton John en las paredes, vino tinto y blanco de buena calidad, y un maniquí con vello púbico rosado. Así, tal cual.

¿Por qué tanto show? Más allá de las excentricidades y demostraciones de poder, lo cierto es que muchos de estos requerimientos técnicos buscan poner a prueba la rigurosidad de los productores. Si no cumplen con la cantidad de toallas en el camarín, difícilmente van a ser capaces de cumplir con aspectos más importantes, como la prevención de accidentes en el escenario. Las muertes por electrocución o por caída de estructuras son una realidad en este rubro, y prevenirlas depende casi exclusivamente del estricto cumplimiento de protocolos de seguridad.

El guitarrista escocés Leslie Harvey (en la foto) murió electrocutado sobre el escenario en 1972, luego de tocar un micrófono que no estaba cableado a tierra.

De todos estos casos, quizás el más famoso de los requerimientos insólitos sea el de la banda Van Halen, que durante su gira mundial de 1982 exigía que en los camarines hubiera un pocillo lleno de M&M, con la estricta instrucción de que no hubiera absolutamente ninguno de color café.

Este requerimiento, que a simple vista podría parecer un capricho de superestrellas, en realidad tenía una función práctica: evaluar el cumplimiento de los requerimientos de escenario y backstage.

Por aquel entonces, el espectáculo de Van Halen era inusualmente complejo en su producción. Mientras las demás bandas famosas transportaban su equipamiento en no más de tres camiones, Van Halen necesitaba de nueve camiones de 18 ruedas para transportar sus equipos. Por esta complejidad logística es que muchas veces se enfrentaban con problemas y errores técnicos: escenarios que se hundían con el peso de la amplificación, o recintos con puertas demasiado pequeñas como para transportar los equipos a través de ellas.

Su vocalista David Lee Roth comentó este tópico en su autobiografía Crazy from the Heat (1998), indicando que la complejidad de su producción exigía estar todo el tiempo poniendo a prueba a los productores locales.

“Un pequeño test en el aspecto técnico del rider decía ‘Artículo 148: habrá quince enchufes de voltaje y amperaje en espacios de veinte pies, proporcionando diecinueve amperes distribuidos de forma equidistante…’ Esa clase de cosas. Y el artículo número 126, de la nada, decía ‘no habrá M&M cafés en el área de backstage, a riesgo de cancelar el concierto sin exención de pago’ (…) Entonces yo caminaba por el backstage y, si veía un M&M café en el pocillo, bueno, llamaba a que revisaran manualmente toda la producción: te garantizo que habría un error técnico. No habían leído el contrato. Firmado te doy que habría algún problema, que a veces amenazaba con destruir el show completo, y a veces literalmente ponía vidas en riesgo”.

2. Murallas de amplificadores falsos

Otro clásico del rock: la banda sonando a todo volumen, gracias a una enorme muralla de amplificadores dispuesta a todo lo largo del escenario. Porque así funciona, ¿verdad? Todos esos amplificadores están encendidos y sonando a todo volumen, ¿no?

Muralla de amplificadores en concierto de Slayer.

En estricto rigor, basta con un solo amplificador mediano (o dos, por si el primero falla) para sonar a todo volumen en un megaconcierto. La potencia, de hecho, no viene del amplificador. Es el refuerzo sonoro el que hace que el piso tiemble con cada nota.

La cadena es la siguiente: los instrumentos eléctricos son conectados a amplificadores instalados en el escenario.

Luego de ser conectados y configurados para sonar a gusto, todos los instrumentos (incluidas las voces) son captados por micrófonos y enviados a la consola de sonido, desde donde el sonidista podrá tener control de los volúmenes y ecualizaciones de cada instrumento. Haciendo una buena mezcla de sonido en vivo, el sonidista puede hacer que el público escuche todo fuerte y claro durante el concierto.

Para la batería no se usan amplificadores (salvo casos excepcionales que, por su rareza, ni siquiera valen la pena ser mencionados). En su lugar, se usa un kit de micrófonos especiales, diseñados para captar las frecuencias específicas de cada parte del instrumento. Para el bombo, por ejemplo, se usa un micrófono que capta las frecuencias bajas, mientras que para la caja se usan micrófonos de sonido más brillante y agudo. En suma a los micrófonos que captan cada parte de forma individual, uno o dos micrófonos ambientales son suspendidos encima de la batería, para captar el sonido general del instrumento.

Pero si esas murallas de amplificadores no son necesarias, entonces ¿por qué se dan la molestia de instalarlas?

Primero que todo, debemos aclarar que en la mayoría de los casos ni siquiera son amplificadores reales. Las murallas de amplificadores, conocidas en inglés como fake amps o dummy cabs, son en realidad simples accesorios de escenografía.

Y la razón por la que están ahí es para decorar el escenario y permitir a los técnicos circular por detrás sin ser vistos por el público.


Vista frontal y trasera de los amplificadores de la banda de black metal, Inmortal.

3. La voz que te habla al oído

Uno de los elementos más importantes en un concierto es lo que se conoce como monitoreo o retorno. Entre el ruido del público y de los instrumentos cercanos, es común que los músicos no se escuchen bien a sí mismos o a algunos de sus compañeros mientras tocan, por lo que un apoyo es vital para asegurar una buena interpretación.

El retorno clásico consiste de parlantes ubicados en el piso del escenario apuntando a los músicos, cada uno con una mezcla de audio hecha de acuerdo a las necesidades de cada intérprete. Es común que los bateristas necesiten escuchar al bajo para tocar bien, mientras que los vocalistas necesitan escucharse a sí mismos fuerte y claro para no desafinar.

Durante la década del 2000 aparecieron nuevos dispositivos de retorno conocidos como monitoreo in ear, que consisten en un transmisor inalámbrico y un par de audífonos. Este sistema, además de ser más liviano y portable, tiene la ventaja de que cancela los ruidos externos y le permite al músico escuchar solo lo que necesita, sin necesidad de parlantes que “contaminen” el sonido ambiental del lugar.

Como en todas las demás artes escénicas, la comunicación sobre el escenario ha sido siempre un factor clave para el éxito del espectáculo. Escuchar al compañero de al lado y mantener el contacto visual son constantes imprescindibles no solo para tocar en sincronía, sino también para mantener la distensión y el fiato en los momentos más estresantes del show. La falta de comunicación en el escenario, de hecho, suele interpretarse como síntoma de conflictos internos dentro de una banda.

A medida que los escenarios se han ido haciendo más grandes y los shows más complejos, el uso de los monitores in ear se ha vuelto un importante aliado a la hora de coordinar momentos clave en el espectáculo. Es común que junto al sonidista se encuentre un coreógrafo/a dando instrucciones y marcando la cuenta para avisar a los músicos de cortes, golpes de pirotecnia y otros hitos importantes dentro del repertorio.

Este recurso, sin embargo, no solo es utilizado en la música. En teatro se está haciendo cada vez más común que los actores usen un monitor in ear para ir recibiendo indicaciones en tiempo real, o para que el director les “sople” los diálogos en caso de que los olviden. Una suerte de “red de trapecismo” para prevenir errores que puedan arruinar la obra.

4. “Músicos fantasma”

No, no se trata de músicos muertos penando en conciertos. Los músicos fantasma son cantantes o instrumentistas que tocan en vivo desde atrás del escenario o desde cualquier otro punto que no es visible para el público.

Ocultar deliberadamente a un músico de la audiencia puede parecer egoísta y hasta cruel, pero las motivaciones para hacerlo son diversas.

El cantante Ozzy Osbourne, por ejemplo, graba sus discos con varias pistas de voz sobrepuestas. Por eso, si desea obtener ese sonido polifónico en sus conciertos, el apoyo de más cantantes es imprescindible.

Según Robert Mason, vocalista fantasma de Ozzy en la gira promocional de su álbum Ozzmosis (1995), su presencia en los conciertos fue llevada con discreción para evitar especulaciones malintencionadas. Si el público se hubiera enterado de que Ozzy Osbourne tenía un cantante escondido atrás de las cortinas, la primera reacción de los fans y de la prensa habría sido creer que el pobre viejo ya no era capaz de cantar.

Y en algunos casos la finalidad de los cantantes de apoyo es precisamente esa: alivianar la carga de la voz principal cuando la fatiga de una gira internacional comienza a afectar su rendimiento.

Otro grupo que acostumbra tocar con músicos fantasma es la banda de hard rock Kiss. En este caso, los neoyorquinos suelen acompañarse de un tecladista que refuerza los acordes y las líneas de bajo, con el fin de “llenar” su sonido. Con su constante formación de cuarteto y su identidad formada como banda de guitarras, la idea de incluir a un quinto integrante (y tecladista “más encima”) nunca les resultó atractiva. Por eso es que durante la gira de su álbum Crazy Nights (1987), el tecladista Gary Corbett se ubicaba sobre el escenario, pero detrás de la muralla de amplificadores falsos (¡ajá!). De este modo el público no lo veía.

En este video de un concierto en Alemania, Corbett es grabado por un camarógrafo que no recibió la instrucción de mantener al tecladista oculto.

¿Conocías estos trucos de los megaconciertos? ¿Cuál otro agregarías?

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Comentarios
Javier Æøå | 2018-03-16 | 16:27
1
Siempre quise creer que esa pared de Marshalls era real :c
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Jorge Quezada | 2018-03-29 | 13:45
0
Me pasaba lo mismo, jajaja
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José Ignacio | 2018-03-16 | 19:49
0
Iron Maiden tenía un tecladista "camuflado" en uno de sus conciertos en Chile, estaba metido detrás de Eddie.

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Marcelo Campos | 2018-03-18 | 14:03
2
Aplica en el caso de los RHCP. En varios temas es necesario el uso de una segunda guitarra, asi es que John Frusciante (alabado sea) tenía como apoyo a Josh Klinghoffer.
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Felipe Miranda | 2018-03-19 | 12:33
2
Dios bendiga al dios Frusciante y al Stadium Arcadium <3
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