plástico, medio ambiente, salud, mar, ciencia
Imagen: César Mejías

Microplásticos: el invisible problema que afecta los mares y que ahora podría ser detectado

Componen el 99% de la contaminación de plásticos en los mares y son tan, pero tan pequeños, que hasta hace poco ni siquiera éramos conscientes de ellos. ¿De dónde vienen?, ¿qué efectos tienen?, ¿los podemos detectar? Te contamos a continuación.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2017-12-04 | 11:50
Tags | plástico, medio ambiente, salud, mar, ciencia
"Tener más datos de su prevalencia permitirá a investigadores hacerse una mejor idea de la situación de nuestros mares, dándole cara finalmente a ese 99% de contaminación plástica que tan esquivo ha sido para el mundo científico".
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Oír sobre la contaminación de los mares no es ninguna novedad. Pero sí lo es escuchar que el problema más grave es, aunque suene contradictorio, muy pequeño. De hecho, es tan pequeño que es invisible, y por eso es tan crítico.

Hablamos de los microplásticos, una palabra menos llamativa que las islas de basura, pero potencialmente con consecuencias más graves para el medioambiente y nuestra propia salud. Pero tranquilos, que finalmente ya descubrimos cómo pillarlos in fraganti.

Un pequeño gran problema

¿Amante de comida marina? Tenemos malas noticias. Un estudio de 2014 hecho entre consumidores de mariscos en Europa, encontró que, en promedio, cada uno consume alrededor de 11.000 microplásticos al año. No es un problema aislado, miel, sal, cerveza e incluso leche son otros productos que también pueden contener estas pequeñas partículas de menos de 5 milímetros de tamaño.

Existen dos tipos de microplásticos: los primarios, como las microesferas o microexfoliantes que se usan en la industria de cosméticos y los pellets de plástico; y los secundarios, que son producto de la degradación de plásticos más grandes.

Los microplásticos abundan en los océanos, formando alrededor del 99% de la contaminación de plásticos en este medio. Se estima que el 80% de ellos proviene de la tierra, donde son llevados a través del sistema de desagüe hacia los mares, y el resto se origina en la misma industria marina (como las pesqueras, por ejemplo).

En el mar, pocos se salvan de los casi invisibles microplásticos. Un reciente estudio encontró estos elementos en animales que habitaban en la Fosa de las Marianas, el lugar más profundo que nos ofrece la Tierra. Una pequeña muestra del alcance de la mano humana en su peor faceta.

Una vez ingeridos, estos pedacitos pueden dificultar el paso de alimentos en organismos pequeños, como también dar una falsa sensación de saciedad, provocando una menor ingesta alimenticia. Los microplásticos también incorporan químicos que, liberados dentro del organismo, pueden ocasionar cambios hormonales e impacto en movilidad, reproducción, desarrollo, como también favorecer la aparición de cáncer.

¿Y qué pasa en el caso de nosotros, grandes pailones en comparación con un pez o un cangrejo, cuando los ingerimos? Los microplásticos son definidos aún como un “campo de estudio emergente”, y todavía faltan estudios que puedan darnos conclusiones al respecto. Pero sí sabemos que del 99% que ingerimos, al menos un 1% de queda en nosotros, en nuestros tejidos.

El principal problema para evaluar la toxicidad de los microplásticos es su tamaño, razón también por la que pasaron desapercibidos como objeto de estudio hasta hace pocos años. Por fortuna, científicos de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, desarrollaron un nuevo método para facilitar su detección y así tener una mejor idea de su prevalencia.

Microplásticos in fraganti

Los investigadores desarrollaron un tinte fluorescente que se adhiere específicamente a plásticos, facilitándoles así el trabajo a la hora de identificarlos y contarlos.

"Utilizando este método, se puede ver y analizar una gran serie de muestras muy rápidamente, para obtener grandes cantidades de datos sobre el número de microplásticos en agua de mar o, efectivamente, en cualquier muestra ambiental", explicó Gabriel Erni-Cassola, autor principal del estudio.

In fraganti. Fuente: Universidad de Warwick

Tener más datos de su prevalencia permitirá a investigadores hacerse una mejor idea de la situación de nuestros mares, dándole cara finalmente a ese 99% de contaminación plástica que tan esquivo ha sido para el mundo científico.

“Uno de los principales desafíos en este momento es detectar las cosas pequeñas y extraerlas de matrices complejas”, opina la investigadora de plásticos Chelsea Rochman, quien no participó en el estudio. “Este método puede ser prometedor”, agrega.

“Es importante entender cómo se comportan los desechos de plástico en el medioambiente para evaluar correctamente las políticas futuras”, agrega Joseph A. Christie-Oleza, co-autor.

Más estudios de este campo podrían tener un impacto en el uso de estos elementos en, por ejemplo, la antes mencionada industria de cosméticos. De hecho, Gran Bretaña anunció este año una prohibición del uso de microesferas en productos de belleza, justamente a luz de recientes estudios sobre microplásticos.

¿De qué otro problema ecológico no somos lo suficientemente conscientes? 

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Comentarios
Felipe Lazo | 2017-12-04 | 15:40
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"consumidores de maricos"... ¡¡¡Oiga!!!
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Francisco J. Lastra | Colaborador | 2017-12-04 | 15:59
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(carita de monito tapándose los ojos)
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Matias Infante | 2017-12-12 | 22:18
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En www.voluntariosporeloceano.cl quieren resolver el problema :)
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