Pese a que en la billetera de algunos lo único que sale es un poco de polvo, ya existe todo un rico mercado en torno al dinero virtual. Así que si ya te sentías mal por lo livianos que están tus bolsillos, puede que te sientas aún peor cuando te enteres de lo desarrollado que está el mundo de las monedas digitales.

“Pero si no sirven para nada”, dirán algunos. Y la verdad es que no es así. Ya existen comercios que aceptan algunas de estas divisas sin mayores preámbulos y es por eso que este artículo va dedicado a este hermoso y desconocido universo (para la mayoría de nosotros, los simples mortales).

¿Cómo funciona?

Pese a que existen varias monedas de este tipo, el funcionamiento suele ser el mismo: se compran estas divisas que existen solo en espacios virtuales, a través de transacciones electrónicas o dinero “real”, el que se le entrega a unas especies de casas de cambio digital.

Por ejemplo, en Chile se pueden comprar Bitcoins (la moneda más famosa de este tipo) en plataformas como SurBTC y Yaykuy. ¿Y dónde se pueden usar? Las Bitcoins son aceptadas en lugares como:

-Subway (la de los sándwiches, aunque en Chile no todavía)

-Microsoft

-Wikipedia

-Bloomberg

-Grooveshark

-Badoo

-Tesla

-Amazon

-Y un largo etcétera que puedes revisar aquí.

Ahora, si quieres enterarte con mayor profundidad de cómo funciona este rubro, puedes echarle un vistazo a este artículo que preparamos hace un tiempo.

¿Cuántas divisas así existen?

En el fondo, se habla de divisas porque se trata de monedas que pueden reemplazar a otras. Así como un dólar se puede convertir en pesos chilenos, este dinero también puede ser vendido a cambio de una moneda “tradicional”. Y ya existen varias así.

-Una de ellas es Litecoin (LTC), que básicamente replicó el modelo de Bitcoin, pero que fue pensada para ser la versión más económica de la gigante del mundo virtual. Nació en el 2011.

-También está Zcash (ZEC), que vio la luz en el 2016. Una de sus gracias es que ofrece altos estándares de seguridad, algo que es fundamental para un mercado que aún no se encuentra tan regulado y que está sujeto constantemente a fraudes, estafas y problemas de ese tipo.

-Otra moneda es Ethereum (ETH), creada en el 2015. Aunque además de ser una moneda, también funciona casi como una nube de almacenamiento de información.

-Así también está Dash, que nació con el nombre de Dark Coin a comienzos del 2014. Y su nombre tenía mucho que ver con su forma de funcionar: era como una especie de Bitcoin secreta, en el sentido que quienes realizaban transacciones con ellas eran prácticamente anónimos y difíciles de rastrear. Sospechoso…

-Y dentro de las más importantes también podemos encontrar a Monero (XMR), que al igual que Dash, está pensada para ser utilizada en mercados negros o espacios en los que uno no querría ser identificado.

Aunque para hacerse una idea, Bitcoin es, por lejos, la más popular:

Como se puede ver, el gigante de las divisas virtuales superaba a fines del 2016 a la competencia por lejos, considerando que mueve más de 11 millones de dólares en términos de capitalización. Y ni hablar de la suma de todas (siendo que no se consideran la enorme cantidad de otras divisas de este tipo que deben existir, pero que aún no son tan populares).

La paradójica situación de las regulaciones

Como casi siempre en la historia de las leyes, la legislación está unos pasos más atrás cuando se trata de asimilar la realidad. Es por eso que aún no existe el concepto de moneda virtual al hablar de fiscalizaciones. En ese sentido, ni las divisas digitales, ni las transacciones que se hacen con ellas, ni los montos que se emplean, son fiscalizados por la Unidad de Análisis Financiero (UAF) del país, que es la entidad encargada de ese tipo de tareas.

¿Cómo funcionan las empresas que trabajan en eso entonces? La mayoría de ellas se encuentran registradas en el giro de Otras Entidades Facultadas Para Recibir Moneda Extranjera. Y al final, eso es lo único que queda sometido a nuestra regulación (la incorporación de una moneda de afuera), pero todo lo demás queda en “tierra de nadie”.

¡Lleve la moda!

Aunque no por eso hay que mirar estas monedas a huevo. Por ejemplo, en solo un año el valor de la Bitcoin ha aumentado en más de 350%. Así que no estás solo si ahora te estás sintiendo mal por no haberte comprado un par el año pasado. Eso sí, tampoco es llegar y llevar, ya que su precio no es el más asequible del mundo: solo una moneda está valorizada en más de un millón y medio de pesos.

Algunas de sus ventajas

Bueno y, ¿para qué hacer todo esto? Según un estudio elaborado por el Banco Central de Alemania, el mundo de las monedas virtuales posee una serie de ventajas para nuestra sociedad (lo que es paradójico, considerando que ellos son los reyes del dinero en efectivo).

Entre ellas, destacan que este mercado permite la realización de transacciones monetarias de manera más rápida y económica. También resaltan que, pese a los problemas cibernéticos que puedan rodear a este mundo, el dinero virtual permite tener un mayor nivel de seguridad en términos de transacciones.

Además, facilitan la capacidad de rastrear las compras que se hacen por este medio (excepto con aquellas monedas especializadas para evitarlo, como Dash y Monero) y, finalmente, nos permiten estar frente a un mercado en expansión que podría revolucionar para mejor la manera en la que vemos el dinero.

Así que, dentro de todo, le queda todavía un largo camino por recorrer al universo del dinero digital. Pero pareciera que tiene un futuro prometedor, ¿no?

¿Estás interesado en adquirir dinero digital?