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Imagen: César Mejías

¿Drogas, magia o superstición? Éste es el oculto origen de los zombies

Si creían que los zombies eran una invención de Hollywood, están equivocados. Su origen está en el Vudú haitiano y hay quienes se han dedicado en la historia a investigarlos seriamente. Ésta es su verdadera historia.

Por María Jesús Martínez-Conde | 2016-12-12 | 14:45
Tags | zombies, haití, vudú, cine, terror

El macabro disfraz que quiso ponerse este año tu sobrino para Halloween, el fanatismo de tu compañero de pega por The Walking Dead o tu última lectura de El Definido sobre una escalofriante película coreana titulada Estación Zombie. El temor de la gente a que, un buen día, los cementerios se vacíen y los ex-fiambres salgan caminando “como Pedro por su casa”, se ha materializado más que nunca. Esa voracidad de los muertos vivientes por devorar carne viva, ese desatado correteo de harapientos con ojos ausentes y vísceras colgantes, ha colmado todas las plataformas de la cultura popular. ¿Y a qué mente creativa se le ocurrió que tamaño drama podía sucedernos? En El Definido fuimos al fondo del asunto, y éste es el origen de los zombies en nuestra cultura.

Una de las religiones más antiguas del mundo

Por más alocada que sea, toda creencia popular tiene cierto asidero en la realidad. No es que los muertos puedan levantarse de la tumba (hasta donde sabemos), pero sí existe una religión en un rincón del mundo que cree que es posible.

Se trata del Vudú, una religión originaria de África Occidental que llegó al Caribe junto a los esclavos negros durante la época colonial. Ya en América –y particularmente en Haití- estas creencias sufrieron un proceso de sincretismo (de mezcla) con el catolicismo practicado por sus amos y por los pueblos originarios de la zona que ya se habían convertido. Nació entonces el Vudú, una religión que utiliza la magia para explicar muchos de los fenómenos humanos y que aún presenta semejanzas con sistemas de creencias del neolítico (y por eso los antropólogos “rayan” con el cuento).

La palabra “zombie” vine de este mismo origen africano y se cree que deriva de dos conceptos: “ndzumbi”, que quiere decir “cuerpo”, y “nzambi”, que significa “espíritu de una persona muerta”. Cuando en Haití se habla de un zombie, se hace referencia a algo así como un fantasma, una presencia nocturna que perturba la vida de los mortales. Pero también se asocia a una creencia derivada del Vudú: el poder de algunos brujos o “abokor” para hacer que una persona parezca muerta para luego revivirla y someterla como un esclavo personal. Ese ser, despojado de su alma, ya no es más que un muñeco sin voluntad a merced de su creador. En resumidas cuentas, de trata de un muerto viviente, sin memoria de su vida pasada, sin sentimientos y que su único objetivo en la vida es trabajar.

Por paradójico que parezca, Haití se convirtió en 1791 en la primera república independiente de América después de una exitosa rebelión de esclavos (¡¿quién diría que un país rico en caña de azúcar durante la colonia hoy estaría convertido en el país más pobre de América?!). En fin, después de esto, adquirió la fama internacional de ser un lugar lleno de supersticiones y ocultismo. Cuando Estados Unidos ocupó su territorio, en 1915, intentaron destruir su religión. Pero como se trataba de un atractivo conjunto de creencias (lo misterioso y oscuro siempre ha despertado la curiosidad del hombre), los gringos terminaron fascinándose con las historias de zombies y bueno, llevándolas a Hollywood.

Pero hubo quienes dijeron que los zombies eran reales…

Entonces comenzaron a circular los rumores, “¿será que esos zombies son reales?”. El primer caso que hizo ruido al respecto sucedió en 1937, cuando una folclorista y antropóloga estadounidense interesada en el Vudú, Zora Neale Hurston, viajó a Haití para convertirse en una sacerdotisa Vudú. Viviendo dos años en el Caribe, investigó seriamente la religión y le dio ese toque académico que requería su estudio. Pero estando ahí sucedió algo increíble.

Zora conoció en Haití a Felicia Félix-Mentor, una mujer que supuestamente había muerto en 1907, o sea, ¡30 años atrás! Se cuenta que deambulaba descalza, vestida con harapos, sus pestañas se habían caído y no toleraba la luz directa del sol. Todos se preguntaban (y otros afirmaban) que se trataba de una zombie. La familia de Felicia la había reconocido, impactada, asegurando que había muerto a los 29 años.

“Escuché los sonidos quebrados de su garganta y después hice lo que nadie ha hecho: la fotografié”, aseguró Zora. Y este es el resultado de esa fotografía.


Sin embargo, Felicia murió años más tarde, siendo trasladada a un hospital. Los rayos X desestimaron que se tratara de la verdadera Felicia, pues no tenía una fractura en su pierna que la mujer original sufría. Todo indicaba que sólo se trataba de una mujer con trastornos mentales, parecida a Felicia.

Zora no fue la única que se aventuró a investigar seriamente sobre los zombies haitianos. En 1980, Wade Davis, un antropólogo, etnobotánico, escritor y fotógrafo canadiense, trató también de entrar al oculto mundo del Vudú. Davis se interesó en el uso de ciertas plantas y hongos en los rituales indígenas, el académico creía que habían ciertas sustancias naturales en Haití que estaban involucradas en los procesos de zombificación.

En sus estudios, Davis aseguró que los zombies existían y no eran fruto de la superstición, pero sí de la ciencia; el uso abusivo de ciertos fármacos podía convertir a un ser humano sano en un zombie(¡Y vaya que sí!). Davis reveló que había encontrado un polvo, a base de una potente neurotoxina llamada tetrodotoxina, que era capaz de realizar la transformación. Y, escuchen bien, provenía del pez globo. Incluso Davis fue más allá, postulando que este sistema de zombificación estaba en la base del poder político haitiano y gracias a él se habían sostenido gobiernos completos.

Dentro de los casos ejemplares que analizó estuvo el de Clairvius Narcisse, un campesino haitiano que había sido declarado muerto en 1962 por “médicos competentes” pero que, extrañamente, había reaparecido en 1982. De acuerdo a lo que él contaba, su hermano había pagado para que lo convirtieran en zombie, pues se había negado a vender su parte de una herencia. Desde 1982 vivió como paralizado, pero lúcido, y trabajó durante dos años en una plantación como esclavo zombie. ¿Cómo funcionaba esto de acuerdo a Davis?

El antropólogo decía que la tetrodotoxina proveniente del pez globo atacaba el sistema nervioso, paralizando a la víctima y manteniendo su respiración en un nivel tan bajo, que podía vivir durante horas con poco oxígeno dentro de un ataúd. Luego del entierro, el abokor o brujo le hacía ingerir una pasta alucinógena hecha de batata, jarabe de azúcar y una planta llamada datura stramonium, un vegetal con propiedades psicoativas (la misma que utilizaban los antiguos griegos en las fiestas en honor al dios Dionisio… ¿te suena del colegio?).

Esta inocente plantita, llamada también “pepino de zombie”,induce un estado psicótico que despierta, de un sopetón, al pobre haitiano que estaba metido en un ataúd durante horas. Eso sí, despierta dañado, desorientado, confundido y usualmente con amnesia. Es entonces que el abokor declara a la pobre víctima de las drogas como un “muerto viviente”, recibe un nuevo nombre e inicia una vida de esclavo, generalmente en plantaciones. ¡Se cuenta que habían plantaciones completas en las que los zombies que trabajaban durante la noche! Tétrico y triste.

El tema es que, de acuerdo a Davis, las dosis deben ser muy justas, porque las drogas pueden matar a la víctima o bien no alcanzar a causar el efecto esperado. Sus teorías no han sido comprobadas, pero es uno de los estudios más serios que existen al respecto.

La misma curiosidad que condujo a los investigadores a estudiar a los zombies, llevó también a los realizadores hollywoodenses a llevarlos a la pantalla grande. La primera película de zombies fue realizada por Victor Halperin en 1932 y se tituló White Zombie(mal traducida como La legión de los hombres sin alma). Y bueno, la última de ellas sería la coreana a la que hicimos alusión al inicio, Estación Zombie. Todo indica que los muertos vivientes no han desaparecido y que, ya sea fruto del misticismo, de las drogas o de un aterrador virus que azota a Corea, seguirán colmando nuestras pantallas y complaciendo nuestro imaginario colectivo.

Lo que deberíamos preguntarnos es: ¿será que estas películas siguen haciendo alusión a la tradición haitiana o algo tenemos que ver nosotros con esa horda de caminantes ciegos y sordos al mundo que les rodea? ¿ah?

¿Te gustan las películas de zombies?

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Comentarios
Juan Manuel Doren | 2016-12-12 | 15:20
1
En la naturaleza si existen animales que son poseídos por hongos que los convierten en "zombies" https://www.youtube.com/watch?v=_a2MlPkhym8
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Jose Ignacio Zarate | 2016-12-12 | 15:50
0
He matado tanto zombie en mi vida de gamer que ya no los soporto ¬¬
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Marco Canepa | Editor | 2016-12-19 | 09:50
1
Seguro tú tampoco eres la persona favorita de ellos XD
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