productividad, eficiencia, trabajo, procastinación
Imagen: César Mejías

7 hábitos para mejorar la productividad en el trabajo incluso a fin de año

Crearse un hábito no es fácil, tarda su buen tiempo, pero si logramos incorporar pequeños cambios en nuestra rutina, la diferencia y mejora de nuestro rendimiento puede ser enorme. Aquí les dejamos algunos consejos para terminar el año de buena forma.

Por Macarena Fernández | 2016-12-05 | 12:14
Tags | productividad, eficiencia, trabajo, procastinación

Estamos a fin de año y queramos o no, en esta época todos estamos cansados y con ganas de tomarnos vacaciones, de salir más temprano del trabajo y ojalá de arrancarnos lo más temprano posible los viernes para saltarnos el taco si salimos fuera de Santiago. El calor también nos juega una mala pasada y así se van sumando factores que pueden terminar perjudicando nuestra productividad y eficiencia en el trabajo.

Cuántas veces nos llevamos pega a la casa porque nos fue imposible concentrarnos en la oficina, cuántas veces nos distraemos mirando el celular, la página del banco, las redes sociales o la ventana del frente. Si esto nos pasa a menudo, a fin de año se intensifica mucho más porque estamos más cansados y hay más distracciones como los regalos de navidad, los amigos secretos, los shows de fin de año de los hijos y las reuniones sociales de todo tipo.

¿Cómo hacer para poder enfocarnos en el trabajo y no quedarnos con pega pendiente? ¿Cómo aprovechar el tiempo bien y evitar así el estrés y la presión? Existen pequeños hábitos que si logramos incorporarlos a nuestra rutina, nos ayudarán a decirle adiós a la flojera, a las distracciones y a la procastinación, y nos enfocarán en lo importante y urgente, mejorando así nuestra productividad.

1. Concentración por 90 minutos

Si sólo logramos concentrarnos durante 90 minutos en las tareas más importantes, se pueden lograr grandes cambios en la productividad, incluso si el resto del tiempo se despilfarra o se saca la vuelta.

El 20% de la jornada laboral basta para rendir con lo más importante y urgente, por lo que expertos recomiendan que todos los días debemos proteger este 20%, desconectándonos de todas las distracciones que tenemos alrededor (apagar el celular, cerrar las redes sociales y el mail, ordenar el escritorio, etc).

2. Trabajar menos

Un estudio de John Pencavel, profesor de Stanford, que examinó en detalle a los trabajadores durante la Primera Guerra Mundial, arrojó que la producción fue proporcional al tiempo trabajado, hasta las 49 horas. Con más horas de trabajo la productividad disminuía y por ejemplo los que trabajaron 70 horas tuvieron la misma productividad que aquellos que trabajaron 56 horas.

De hecho, Chile es uno de los países que más horas al día trabaja, y como les contamos en esta nota, existen numerosas soluciones para disminuir la cantidad de tiempo, manteniendo la misma productividad.

3. Dormir en el trabajo

Puede ser difícil convencer a su jefe, pero los investigadores de la Universidad de Michigan encontraron que tomar una pequeña siesta contrarresta el comportamiento impulsivo y aumenta la tolerancia a la frustración.

Para el experimento los investigadores estudiaron los efectos de una siesta en el estado de ánimo de 40 adultos de 18 a 50 años. Un grupo de ellos durmió una siesta y el otro no. Después, ambos grupos, se sometieron a las mismas pruebas. Los autores encontraron que los participantes que durmieron la siesta pasaron más tiempo tratando de resolver una tarea que sus contrapartes, quienes estaban menos dispuestos a soportar la frustración requerida para completarla.

Es más, los japoneses lo aplican hace mucho tiempo como una técnica llamada inemuri, de la que les hablamos en detalle en esta nota.

4. Moverse cada 45 minutos

La vida sedentaria es dañina para todos y el cuerpo y el cerebro necesitan estímulos para funcionar bien, porque son músculos que se deben ejercitar. Por esto, los doctores recomiendan realizar actividad física aeróbica al menos dos veces por semana y durante la jornada laboral, señalan que es necesario levantarse cada 45 minutos de la silla, estirar los músculos, hace flexiones y caminar unos minutos.

Este entrenamiento al que se refiere es simplemente aprender a que el cuerpo tiene un ritmo que necesita ser estimulado, porque el estar paralizado por varias horas no solo genera consecuencias en los órganos internos sino que también aparecen enfermedades relacionadas con los músculos y huesos.

Además, la actividad física ayuda a la concentración y a la productividad porque cuando los músculos están en movimiento, bombean sangre fresca y oxígeno a todos los órganos. En este intercambio en el cerebro se liberan todo tipo de productos químicos para mejorar el estado de ánimo y del cerebro, pero en modo sedentario, se ralentizará la función cerebral.

5. Utilizar bien el tiempo

Debemos ser conscientes de que no podemos operar al máximo rendimiento durante todo el día. Es por esto que los especialistas recomiendan priorizar las actividades de trabajo, reconocer aquellas más importantes que requieren mayor concentración y dedicación y enfocar nuestro tiempo lúcido en ellas. Esto generalmente sucede en las mañanas.

Así también recomiendan dejar los tiempos de mayor cansancio, como la hora después de almuerzo por ejemplo, en tareas menos importantes, como contestar mails, leer el diario, llamar por teléfono, etc.

6. No dormir poco ni mucho

Analizando el sueño y los hábitos de trabajo de 3.760 personas durante siete años, los investigadores del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional encontraron que tanto los que duermen poco como los que duermen mucho, tienen más probabilidades de tomarse días libres por enfermedad.

Se recomiendan entre 7 y 8 horas de sueño, ni más, ni menos para rendir bien y para que el dormir no perjudique nuestra rutina laboral y productiva.

7. 20 minutos de actividad física diaria

El ejercicio no sólo mejora la salud, sino que aumenta la producción. Investigadores de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda descubrieron que una rutina diaria de 20 minutos ayudó a las ratas de laboratorio a completar las tareas de resolución de problemas de manera más rápida y eficiente que sus contrapartes no ejercidas.

Además de movernos en el trabajo, como les recomendamos en el punto 4, es muy necesario que realicemos actividad física recurrente y ojalá todos los días. Además de mantenernos con un estado físico saludable, el deporte nos ayuda a estar más felices, despiertos, animados y con buena disposición, por lo que la productividad de una persona deportista es mucho mayor a la de una persona sedentaria.

¿Qué otras técnicas conoces para aumentar la productividad?

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