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Imagen: Felipe Muhr

5 excelentes iniciativas para acabar con el desperdicio de comida

Toneladas se pierden al año, mientras nosotros pagamos más caro por las apariencias y otros apenas tienen qué comer. Las voces que claman por detener el desperdicio de comida suenan cada vez más fuerte y estos son algunos ejemplos que lo están logrando.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2016-02-18 | 16:52
Tags | alimentos, comida, desperdicio, sustentabilidad, frutas, verduras
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Es como si un tercio de toda tu fruta, de tus yogurt, de la comida que dejaste preparada y lista para servir, se fuera todos los días directamente de tu refrigerador a la basura, sin pasar por tu plato. Esa es, literalmente, la cantidad de comida que se desperdicia en el mundo, una escandalosa cifra sin pies ni cabeza, que por fin está sentada en el banquillo de acusados.

¿No lo crees? El genial programa de John Oliver, Last Week Tonight, realizó en 2015 una investigación al respecto y descubrió que, sólo en EE.UU. se tiran a la basura 165 mil millones de dólares en comida perfectamente fresca al año, equivalente a llenar 730 estadios de fútbol. Increíblemente, en ese mismo país, uno de los más ricos del mundo, casi 50 millones de personas tienen dificultades para alimentar a sus familias. Peor aún, al irse al vertedero, esa comida se transforma en metano que aumenta el calentamiento global.

Mientras los países se dignan legislar al respecto, y Francia marca la ruta prohibiendo a los supermercados botar comida, otras iniciativas se toman el escenario. Ideas como la campaña a favor de las frutas feas, los bancos de alimentos, los restaurantes de comida desperdiciada y las fiestas de cocinar, son algunas de las que les hemos contado.

A continuación, les traemos otros cinco proyectos, dignos de imitar.

Community Shop: un supermercado social

Los supermercados convencionales tienen políticas muy estrictas sobre la fecha de vencimiento de sus productos. La gracia de Community Shop, un supermercado social inglés, es poder vender esos productos en buen estado pero que están cerca de expirar, a precios mucho más bajos.

Es social, porque su idea es ayudar a las personas de más bajos ingresos, que no pueden pagar los precios de mercado. Limitan su número de clientes en base a su situación económica y actualizan constantemente sus listas, por si alguna persona ha mejorado su situación social y así dar oportunidades a otras.

Para ayudar a la comunidad, estos supermercados además hacen capacitaciones laborales, asesoría financiera, clases de cocina y entregan información sobre alimentación y estilo de vida saludable.

Food for Free: larga vida a la buena comida

El programa de rescate de alimentos de Food for Free en Massachusetts, EE.UU., se dedica a darle una nueva vida no solo a frutas y verduras frescas que son desperdiciadas, sino a comidas preparadas en distintas instituciones que, por problemas de espacio o normas estrictas, se desperdician.

El programa, que recoge actualmente comida de universidades como Harvard y el MIT por ejemplo, cuenta con la capacidad de almacenar hasta 4.000 comidas congeladas y 6.000 en refrigerador hasta que alguna organización asociada pueda recibir la comida.

Con esto, logran darle comida gratis a más de 25.000 mil personas en lugres como Arlington, Boston, Cambridge, Chelsea, Everett, Lynn, Lowell, Malden, Medford, Peabody, Somerville y Watertown.

Lebensmittelretter: llegar y llevar

La organización berlinesa Lebensmittelretter tiene un objetivo noble e instalando refrigeradores en distintos rincones de las ciudades, trabaja con más de 1.700 voluntarios que se dedican a llenarlos de comida que podría desperdiciarse en supermercados, casas y hasta huertos urbanos.

Organizándose a través de redes sociales y su plataforma web, han logrado compartir comida y evitar botarla, con una red de alrededor de 100 puntos con estanterías o refrigeradores en todo Alemania. En Berlín hay 21 neveras sociales, la mayoría en el interior de aquellos comercios que están asociados a la iniciativa, aunque también hay algunos en las calles.

HomeBioGas: generando energía

Hacerla energía para el propio uso es otra alternativa. Si la comida ya no está para tragársela, lo mejor es separarla como desecho orgánico, algo que es ya muy común en países como Alemania. La novedad de HomeBioGas es que los beneficios se los lleva directamente uno.

Pensado inicialmente para comunidades pobres, esta máquina transforma restos alimenticios e incluso el desecho de animales en gas para cocinar y fertilizante líquido natural. Agregando una bacteria, se pone en marcha un proceso de fermentación donde al día se pueden producir hasta tres horas de gas de cocina y 10 litros de fertilizante, señalan sus creadores. Luego de superar con creces su objetivo enIndiegogo para expandir el sistema a países en vías de desarrollo, se ofrece también para clientes interesados, por alrededor de 1.000 dólares (unos $700.000 pesos chilenos).

Restaurantes que multan a clientes que no se portan bien

Hay varios restaurantes alrededor del mundo que, para evitar el desperdicio de la comida, en los platos de sus clientes, lisa y llanamente, les tienen prohibido dejar algo en el plato. Una viaje a la infancia para los comensales, donde amablemente los "obligan" a portarse bien y comerse todo, de otra manera han de pagar multas de hasta 30 dólares.

Toda esa comida que queda sería un desperdicio seguro, que ni siquiera puede reutilizarse y por eso dueños de restaurantes en Reino Unido, Australia, Arabia Saudita y Japón han aplicado esta política.

¿Qué otras iniciativas conoces? ¿Crees que debiésemos aplicarlas en Chile?

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