Piensen dos veces antes de tirar la cadena porque cada vez nacen más inventos increíbles cuya base es nada más ni nada menos que el pipí: deshecho orgánico que funciona como recurso renovable y como fuente de energía del que se pueden extraer numerosos beneficios.

Porque además de servir como materia prima para limpieza de ropa, suavizador de cuero, productos cosméticos, blanqueamiento dental, combustible para autos, fertilizante para la tierra, cargador de celular, entre otros usos que les mencionamos hace un tiempo en este artículo,la orina podría dentro de poco servir como fuente de electricidad. Sí, tu pipí puede producir luz.

Pee Power (Poder del pipí) se llama el inodoro que genera electricidad a partir de la orina, cuyo primer prototipo ya fue instalado en el campus de la Universidad del Oeste de Inglaterra, establecimiento en el que se gestó este descubrimiento gracias a un grupo de científicos que estudian los distintos usos que se le pueden dar a este deshecho orgánico. Se trata del mismo equipo que produjo un cargador para teléfonos celulares que funciona con orina y que fue apoyado por el propio Bill Gates.

La investigación la realizaron en conjunto con la organización benéfica Oxfam, quienes consideraron que este inodoro es una solución ideal para los campos de refugiados, ya que permitiría aumentar la seguridad, sobre todo en las mujeres y niños, quienes deben salir de noche y a oscuras a los sanitarios; iluminado inmediatamente el lugar en el momento en que una persona entra a orinar.

Los científicos consideran que con el tiempo este sistema podrá brindar electricidad a casas, edificios e incluso a pueblos enteros. ¿Será ésta una futura solución para las millones de personas que viven sin acceso a la electricidad básica?

Cómo funciona el inodoro

Para generar energía, los científicos introdujeron en el fondo del inodoro lo que se conoce como células de combustible microbianas, o MFC, cuyos microbios se alimentan de deshechos como la orina para mantenerse y crecer; y a su vez producen electrones que se convierten en energía. Entonces, cada vez que una persona entra a orinar, los microbios se alimentan y producen luz. Y lo mejor de todo es que es un sistema autorenovable, ya que cuantos más desperdicios coman los microbios, más energía puede generar el sistema y durante más tiempo.

Las células de combustible microbianas cuestan poco más de un euro y por unos 800 euros (cerca de 550 mil pesos) se podría instalar un urinario Pee-Power.

Andy Bastable, jefe de Agua y Saneamiento en Oxfam, explica que esta organización humanitaria tiene una amplia experiencia en “proporcionar servicios de saneamiento en las zonas de desastre, y siempre ha sido un problema conseguir iluminación en espacios que requieren cierta intimidad lejos de una fuente de alimentación”, agregando que “esta tecnología es un gran paso adelante. Vivir en un campo de refugiados es bastante difícil sin la amenaza añadida de ser asaltado en lugares oscuros en la noche. El potencial de esta invención es enorme”.