Abraham Lincoln, cuando yacía en su lecho de muerte, dijo: “No creas todo lo que lees en Internet”. Y mucha razón tenía...
Todos amamos adornar nuestras conversaciones y muros con citas o dichos famosos. A veces, es tal el deseo de subirnos por un rato al tren de la cultura pop y ser por unos segundos el niño cool de la cuadra, que olvidamos que Internet está lleno de falsos profetas (¿El rey Nigeriano que quiere depositarte 100 millones de dólares? Sí, también es falso).
A continuación, haremos cirugía intensiva a 14 famosísimas frases que, o nunca fueron dichas, o han sido atribuidas a personajes incorrectos. ¡Comencemos!
En ninguno de sus 56 cuentos cortos y 4 novelas, el famoso detective de Sir Arthur ConanDoyle dijo esta frase. Solo después de rebuscar muy bien, se pueden encontrar las palabras que la conforman en una parte del cuento “La aventura del jorobado”, pero muy distantes entre ellas. Es más, la palabra “elemental” aparece solo 7 veces en las historias originales.
La frase que conocemos fue dicha por primera vez por el personaje Psmith, en la novela de 1915 “Psmith periodista”, del británico P.G. Wodehouse, contemporáneo y admirador de Sir Arthur.
¿No encuentran sospechoso que Mahatma Gandhi escribiera frases tan perfectamente aptas para Twitter? Esta frase es una simplificación de un párrafo de uno de sus escritos publicado en 1918, que dice: “Si pudiéramos cambiarnos a nosotros mismos, las tendencias en el mundo también podrían cambiar. Tal y como un hombre es capaz de transformar su propia naturaleza, también cambia la actitud del mundo hacia él. No necesitamos esperar a ver lo que hacen los demás”.
¡Locura es creerse todo lo que sale en Internet! Hay tantas citas erróneamente atribuidas a Einstein, que hay libros, como The Ultimate Quotable Einstein, que sirven de fuente “oficial” para poder citarlo. Según este libro, publicado por la Universidad de Princeton, esta frase aparece en el libro de 1983 “Sudden Death”, de la escritora Rita Mae Brown, aunque probable que sea más antigua. ¿Einstein? Jamás la dijo.
La cita preferida de nuestros amigos tecnofóbicos. Esta frase comenzó a circular hace algunos años en Internet y, se cree, que deriva de una supuesta cita de Einstein dicha en la película de 1995, “Powder”. Es, nada más y nada menos, que el personaje de Jeff Goldblum, quien cita al gran físico: “Ha llegado a ser espantosamente claro que la tecnología ha aventajado a la humanidad”. La verdad es que la cita es tan ficticia como el argumento de la película (un niño albino con superpoderes).
Pobre Maquiavelo, pasó a la historia por una polémica frase que nunca salió de sus labios. Si bien el pensamiento del italiano está alineado con el significado de la expresión, ésta proviene de un manual de ética del siglo XVII escrito por el jesuita alemán HermannBusenbaum. La frase exacta es “Cuando el fin es lícito, también lo son los medios”.
No hay evidencia de que la frase haya sido dicha por el escritor, ya que no aparece en el libro “The Wit & Wisdom of Oscar Wilde”, un compendio extensivo de sus citas. Según QuoteInvestigator, sitio que se dedica a investigar la veracidad de citas famosas, la primera aparición de la frase fue septiembre del 2000, en un suplemento publicitario de una tienda llamada “Menards”. Auch, eso dolió.
Algo definitivamente salió mal aquí. El creador de la Ley de Murphy nunca expresó la máxima de su ley con estas palabras. Según su hijo, la frase original fue: “Si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culminará en desastre, alguien lo hará de esa manera”.
Las decepciones no terminan ahí. La frase que tenemos internalizada pertenece ¡A otra ley! La Ley de Finagle sobre la Negatividad Dinámica.
Y el problema es que nunca se dijo esta frase, aunque sí una bastante parecida. Durante el accidentado viaje del Apolo 13, justo después de observar una luz de advertencia acompañada de un estallido, el astronauta Jack Swigert comunicó al Centro Espacial: “Bien, Houston, hemos tenido un problema aquí”.
No hay registro alguno de que el Rey Sol haya dicho estas palabras ante el Parlamento francés. Es muy probable que haya sido popularizada por sus rivales, para destacar la visión estereotipada del absolutismo que el Rey representaba. Por el contrario, una frase que sí dijo fue: “Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá”, cuando yacía en su lecho de muerte.
Una de las frases más famosas del profeta islámico no proviene de él, sino del filósofo británico Sir Francis Bacon, quien la incluyó en sus Ensayos al recontar la historia de Mahoma.
¡Lo siento, chicas! Marilyn nunca dijo esto. A quien sí podemos atribuir la frase es a Laurel Thatcher Ulrich, historiadora y profesora de Harvard. La cita proviene de uno de sus artículos publicados en 1976, en la revista académica American Quarterly.
En 2007, la historiadora, aprovechando la popularidad de la frase, la usó como título para su último libro, que trata sobre mujeres que han cambiado la historia.
Steve Jobs fue otro que no hizo su tarea, pues popularizó una cita que no le corresponde en absoluto al pintor español. La frase se originó en un artículo escrito por W. H. Davenport Adams en The Gentleman’s Magazine en 1892. En él se menciona que “grandes poetas imitan y mejoran, mientras que los pequeños roban y arruinan”. La frase fue tomada por poeta T. S. Elliot, quien la incorporó en sus ensayos de 1920, cambiando su sentido: “Los poetas inmaduros imitan; los poetas maduros roban”. La frase siguió cambiando hasta lo que es hoy. ¿Picasso? Ni la olió.
Esta popular frase es, en realidad, una deformación de la frase “La preocupación mató al gato”, dicho popular en la Inglaterra del siglo XVI y que incluso figura en los trabajos de William Shakespeare. Su sentido original era expresar que la preocupación excesiva es mala para la salud. ¿El pobre gato? Sigue teniendo un destino fatal.
¡Casi! La famosa frase que dio un mini-infarto a muchos amantes de la ciencia ficción, es en realidad “No, yo soy tu padre”.