Imaginen a cientos de niños que dejan sus hogares y cruzan el desierto (sin sus padres) para cruzar la frontera con Estados Unidos, país donde esperan conseguir el anhelado "sueño americano" o al menos, una mejor calidad de vida.  Eso es, justamente, la crisis humanitaria que está viviendo la potencia del norte.

En lo que va del año fiscal (que empieza en octubre y termina en septiembre), alrededor de 51.000 niños sin compañía de adultos han sido detenidos por el Departamento de Homeland Security en la frontera mexicana. 7.500 de ellos son niños menores de 13 años. Pero tal vez lo más alarmante, es que más de 700 de ellos son menores de seis años.  

Según Pew Research Center, la mayoría de ellos son adolescentes que viajan solos desde países como El Salvador, Honduras, México y Guatemala. Comparando los datos con el año 2013, el número de niños menores de 12 años en la frontera ha aumentado en un 117%, mientras que los adolescentes han aumentado sólo un 12%.

La llegada masiva de estos niños ha causado problemas y divisiones dentro de las esferas políticas y también las iras de los sectores más conservadores, que no apoyan que se les de asilo, ya sea temporal o definitivo. En el estado de Arizona por ejemplo , las protestas y el malestar de los ciudadanos se ha ido incrementando y los inmigrantes no son bienvenidos. Exigen que sean deportados a sus países de orígenes.

La Gran Manzana sí quiere recibirlos

El impacto de esta crisis migratoria se ha sentido especialmente en la frontera, pero también en todo el país. Muchas comunidades se han opuesto a darle asilo a estos niños. No así en Nueva York, el llamado bastión pro inmigración, donde la reacción ha sido bastante distinta.

Esta ciudad cosmopolita fue fundada por miles de inmigrantes que desde todas partes del mundo vinieron a instalarse aportando con sus diferentes culturas. En parte a eso se debe la genialidad de esta ciudad donde se pueden encontrar barrios completos de inmigrantes, comidas de todos los rincones del mundo y diferentes idiomas. Por esta razón es que no quieren darle, por ningún motivo, la espalda a los inmigrantes.

La Gran Manzana quiere desmarcarse completamente de las medidas que están tomando otras urbes del país. Por lo mismo formó un grupo de trabajo para responder al creciente número de niños centroamericanos que han llegado a la ciudad en los últimos meses. La Oficina de Asuntos Migratorios de la ciudad aseguró que encabezará un grupo de varias agencias que buscarán la mejor forma de ayudar a los jóvenes inmigrantes ilegales.

Según La Tercera, las autoridades federales han enviado más de 3.200 niños a la ciudad y otras partes del estado para reunirlos con familiares o vivir con tutores.

En toda la región de Nueva York, los recién llegados niños migrantes y sus familias se han presentado de manera abrumadora en los servicios de migración, pidiendo ayuda. Lo primero que tuvieron que hacer las autoridades de la Gran Manzana fue proveerles asesoría legal, para que ellos se presentaran en la cortes familiares.

"Muchos de los niños migrantes también cargan con problemas médicos y psicológicos, especialmente traumas que necesitan atención urgente", aseguraron quienes apoyan este medida al periódico The New York Times.

Se espera que más de 7.000 lleguen en los próximos meses a la ciudad. El equipo se preocupará de la salud de los niños que lleguen y también de su educación, ayudándolos a matricularse en los colegios locales.

El gobierno federal también ha buscado lugares en todo el país para que sirvan como refugio temporal para esta masiva llegada de niños a la frontera. Al menos siete de esos refugios, estarán en Nueva York.
 

Identificación para todos

No sólo se están preocupando de los niños inmigrantes sino que de todos los indocumentados. Esta semana se espera que se apruebe un programa que permite a los inmigrantes obtener una tarjeta de identificación municipal, según explica The Huffington Post.

Esta medida ha ganado apoyo de a poco, y se encuentra en una fase piloto desde el año pasado. Sin embargo su expansión es parte del presupuesto de la ciudad.
 
 El Consejo Municipal espera destinar US$4,9 millones para expandir una iniciativa que hasta el momento no tenía precedentes y que busca proveer un abogado a los indocumentados de escasos recursos que se enfrenten a una deportación.

Esta tarjeta les  permitiría acceder a servicios de una vida normal en la ciudad, como abrir una cuenta en un banco o sacar un libro de la biblioteca pública.

También  estaría disponible para todos los neoyorkinos, no sólo inmigrantes y también incluiría beneficios como descuentos en museos e incluso, discoteques.

Quienes apoyan la medida temen que una tarjeta exclusiva para inmigrantes podría jugarles en contra y "marcarlos" de cierta forma como indocumentados.

"A pesar de que es sólo una solución temporal para los inmigrantes ilegales, sería genial tenerla", aseguró a CNN el residente Cesar Vargas. "Si alguna vez me detiene  un policía de nuevo, estaríamos discutiendo por qué me detuvieron en vez de ser cuestionado por si mis documentos son validos o no".

Otras ciudades como Boston y Chicago están también explorando programas de asistencia legal similares a los que está adoptando Nueva York.

¿Cómo reaccionarías tú frente a la llegada de estos inmigrantes? ¿Crees que las ciudades deben apoya a estos niños o ayudarlos a volver a sus países?