Uno de mis sueños de la infancia era tener una caja mágica a la que uno le pidiera el objeto cualquiera que quisiera tener y con sólo apretar el botón rojo, apareciera. Una radio: ¡listo!, unos dulces: ¡listo! Y así. Aunque en ese momento -y hasta hace muy poco- parecía sólo un sueño infantil, ya existe en el mundo una tecnología que se le está pareciendo bastante. Es la impresión 3D.

A continuación te explicamos cómo funcionan estas maravillas tecnológicas y te damos una selección de los cuatro alcances más sorprendentes que se han logrado con esta tecnología. 

En breve: ¿qué son las impresiones 3D?

A partir de un modelo digital hecho en un programa de computador, las impresoras pueden construir objetos con diferentes materiales: plástico, metal, azúcar, etc. Los objetos van desde cámaras de fotos, bicicletas, ropa, instrumentos, muebles, tablas de surf, prótesis, postres, obras de Van Gogh y hasta oídos biónicos los que se pueden imprimir en 3D.

Estas impresoras funcionan generalmente "por lonjas", poniendo capa tras capa de material hasta formar un objeto. Aunque quizás todavía nos parezca una experiencia lejana, los alcances que ha tenido son sorprendentes. Tejidos humanos, edificios e incluso comida son los límites que está explorando esta nueva forma de fabricar cosas.

Aunque este tipo de impresoras ha estado en el mercado, para usos industriales, desde hace décadas, empresas como 3D Systems, MakerBot y Afinia la han abierto a más usuarios en los últimos años. En Junio de este año, Amazon comenzó a vender impresoras 3D y sus accesorios y a precios bastante accesible, si las pretendes usar para algún negocio o emprendimiento.

Si quieres verla en acción, mira este video:

Al infinito y más allá: impresión 3D en el espacio

La impresora 3D podría acompañar a los astronautas por primera vez en la primavera del próximo año, según estiman los expertos de la NASA. Con esto se va a simplificar enormemente la forma de acceder a las herramientas necesarias y piezas de recambio, ya que se fabricarían en la Estación Espacial Internacional misma, en vez de ser enviados por un vuelo de reabastecimiento desde la Tierra e incluso reciclar piezas que ya no sean de utilidad y usarlas para crear nuevos elementos. Pero el desafío principal es que la impresora debe funcionar en gravedad cero.

La NASA contrató a la empresa Made In Space  para crear un aparato que imprima en 3D en estas condiciones dificultosas, ya que además deberá superar las variaciones en la presión del aire del proceso de despegue y los cambios brucos de temperaturas.

Un riesgo a vigilar: las impresión de armas

Uno de los problemas discutidos sobre la impresión 3D es que con la libertad de poder imprimir cualquier objeto, coexiste también el peligro de usarla fines erróneos, ya que con una impresora 3D, cualquier persona podría imprimir un arma a partir de un prototipo digital http://www.bbc.co.uk/news/science-environment-22421185, que ampliaría el acceso de la población a rifles, pistolas y otros de manera ilegal. 

El resultado de esta prueba fue The Liberator, diseñada para disparar balas estándar de pistola. Ya que está hecha de plástico ABS es indetectable ante los sensores de metales, por lo que la corporación que la inventó Defense Distributed, le agregó un pedazo de hierro. En este caso particular, la agrupación obtuvo el permiso oficial que se necesitaba para la fabricación. Sin embargo muchas personas podrían diseñar armas e imprimirlas, saltándose estos trámites legales.

Ante esto, la empresa Create It Real diseñó un software que impide crear armas 3D, bloqueando la impresión cuando reconoce que el usuario va a imprimir una pistola, por ejemplo. Para identificar el prototipo de un arma, se basará en una base de datos que almacena las piezas de todos los planos disponibles en la actualidad en internet.

El objetivo principal según Jeremie Pierre Gay, CEO de la empresa, es reducir la responsabilidad del fabricante de la impresora y limitar el alcance sobre el usuario, de modo que no corra riesgos futuros.

_{Fuente: www.forbes.com}

Jugando a ser Dios: Construir algo con la mente

Para pensar algo y hacerlo aparecer delante de ti, ya no hay que ser mago, sino tener una impresora 3D. Aunque comúnmente habría que crear un modelo digital de la pieza que vamos a imprimir, usando softwares complejos, la empresa Thinker Thing hizo posible que cualquier persona pueda crear objetos reales sin necesidad de experiencia en programas 3D. 

Crearon un sistema que "lee la mente" para transformar lo que imaginamos a un el modelo tridimensional que se pueda imprimir. ¿Cómo lo hace? 

El usuario trabaja sobre un ADN base y lo hace "evolucionar" con el pensamiento a través de un programa que le va mostrando alternativas a elegir. Las que quedan y las que se descartan, es algo que determina la respuesta emocional del usuario, que se mide usando un cintillo Epoc para leer la reacción cerebral del usuario.

"Podemos determinar las características del ADN base que evocan respuestas y usar eso en un proceso de selección natural que refina la siguiente generación de objetos. De esta manera, en un corto periodo de tiempo, el usuario hace crecer un modelo usando su mente", explica a FayerWayer Bryan Salt, el impulsor de la iniciativa.

El plan de Thinker Thing es llevar este sistema a escuelas de niños en regiones de Chile, para que puedan imprimir los monstros que se imaginan. El proyecto se llama en "Monster Dreamer" y ya se ha trabajado en un colegio en Vicuña, Región de Coquimbo y se llama. "La idea es incentivarlos a aprender de neurociencia y llamar un poco la atención sobre las escuelas en Chile", explicó Salt.

_{Fuente: www.fayerwayer.com}

¿El fin de los vegetarianos?

Un emprendimiento llamado Modern Meadow está intentando imprimir carne en 3D. Incluso el proyecto ha recibido financiamiento del fundador de PayPal, Peter Thiel. 

Están desarrollando un sistema capaz de imprimir con bio-tinta, poniendo cuidadosamente capas de diferentes células en una estructura específica para crear la carne.  Esto podría ayudar a reducir el costo ambiental de producirla, caso similar al de la fabricación de una hamburguesa por el método llamado "in-vitro". La meta próxima es lograr imprimir una pedazo de carne de dos centímetros por uno y de menos de un milímetro de espesor, que supuestamente sería comestible.

Quienes están a cargo del proyecto creen que lo más dificultoso no es encontrar la tecnología para imprimir carne, sino lograr una aceptación del consumidor. Ellos creen que esta carne, estaría primero en las mesas de los vegetarianos, que no comen carne por razones éticas. "Con la reducción del precio, se podría alcanzar ciertos grupos con restricciones religiosas como la hindú o la judía y finalmente se podría llegar a sectores de la población con acceso limitado a la carne", explican. 

El futuro de las impresión en tres dimensiones

Hasta el momento, una impresora 3D común y alcanzable, cuesta unos US$1.299, pero para democratizarla más, se han creado algunas impresoras de bajo costo, que valen menos 100 dólares, que probablemente son menos sofisticadas. 

¿Qué más se viene? "Esa es la pregunta del millón de dólares", dijo al New York Times Alyssa Reichental, que trabaja en 3D Systems y mostró impresora Cube en una reciente feria en Nueva York. Según ella, hasta el momento la impresión 3D es más algo potencial que algo concreto. 

Sin embargo, los cuatro ejemplos que hemos mostrado aquí dan cuenta de avances considerables que pueden revolucionar la industria y la vida doméstica. Falta recorrido para perfeccionar estas técnicas y un mayor conocimiento por parte de la población, sí, pero se están dando buenos pasos para una masificación de esta técnica. Puede ser que en un par de décadas, cada casa tenga una impresora 3D, así como sucedió con los televisores y el computador.

Si así fuera, ahorraríamos muchísima plata, según un estudio de la Universidad Tecnológica de Michigan: hasta 2.000 dólares al año (un millón de pesos), ya que se eliminarían los costos de los intermediarios de las ventas. Eso sí, dependiendo del costo de las tintas y en un futuro donde este estilo de impresión esté ultra masificado. Quién sabe, tal vez nuestros bisnietos, para ahorrarse la salida a comprar el desatornillador que necesitan, lo imprimirán en su casa.

Aquí alguna imágenes de lo que se ha hecho con impresoras 3D: