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Imagen: César Mejías

"Mil grullas de papel": la tradición japonesa que comenzó una niña de 12 años en Hiroshima

¿Conoces la tradición de las mil grullas de origami? La historia japonesa cuenta que al construirlas, cualquier deseo puede hacerse realidad. Más allá de la superstición, te contamos la maravillosa historia que originó esta práctica.

Por Romina Diaz | 2019-06-19 | 13:00
Tags | japón, hiroshima, tradición, grullas, papel, origami, bomba atómica
“Creo que doblar las grullas ayudó a distraer su mente de la tristeza, el sufrimiento y el dolor. Esas grullas no son solo de papel, están llenas de las emociones de Sadako" (Masahiro Sasaki, hermano de la niña que popularizó la tradición japonesa de las mil grullas).
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Los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki dejaron miles de trágicas historias. Algunos finales abruptos, otros más lentos, y aunque estos sucesos son siempre horribles, pueden acarrear importantes enseñanzas para recordar, aunque sean difíciles de ver al principio.

Hoy te contamos de una lección que dejaron las bombas atómicas y de esta linda y curiosa manera de propagar paz que —supuestamente y con algo de superstición- te puede cumplir un gran deseo. Esto es lo que se creía tradicionalmente en Japón sobre las mil grullas de papel.

La historia cuenta que…

La antigua leyenda cuenta que quien haga mil grullas de origami recibirá un regalo de los dioses. Decían que incluso se podía conceder la felicidad, recuperación de una grave enfermedad o eterna buena suerte. Es por esto que muchos —hasta el día de hoy- se proponen la gran tarea de hacer mil grullas. Un sacrificio para que se cumpla un deseo, ya sea propio o ajeno.

Antes de que se convirtiera en leyenda, doblar papel en China se volvió un arte alrededor del siglo II d. C. Cuando llegó a Japón en el S. VI, se integró a su tradición, y por un largo periodo el origami formó parte importante en las ceremonias de la nobleza, pues en esa época conseguir papel era algo que requería tener mucho dinero.

Un tiempo después, alrededor de 1700, el papel se volvió más barato y todos pudieron hacerse artistas de origami. De hecho, a finales del mismo siglo, se publicó Senbazuru Orikata, traducido al español como El secreto de doblar mil grullas, el primer libro conocido sobre el origami.

Mística grulla

La práctica se generalizó en todo el mundo en el siglo XX. Se popularizó e incluso se enseñaba en escuelas en Japón. Y ¿por qué grullas?

Porque ahí, y en varias otras culturas como la china y coreana, se consideraba a este pájaro un animal místico. Su belleza y los impresionantes bailes de apareamiento que realizan, fueron características que las convirtieron en aves muy simbólicas. De hecho, en China varios estilos de Kung fu se inspiraron en los movimientos de las grullas en la naturaleza, principalmente por su fluidez y gracia.

En todo Asia la grulla era un símbolo de la felicidad y la juventud eterna. En Japón era considerada una criatura santa (también el dragón y la tortuga) que simbolizaba buena suerte y una larga vida, porque se decía popularmente que estas aves vivían mil años. Sin embargo, como explican en National Geographic, la razón de por qué se hizo tan popular hacer mil grullas de papel, fue por una historia ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial. La historia de Sadako Sasaki.

Una hibakusha con un curioso propósito

Sadako Sasaki era una niña japonesa que tenía dos años cuando cayó la bomba atómica en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. Su casa estaba solo a 1,6 km de la zona cero (el suelo inmediatamente debajo de la explosión del arma nuclear).

La humilde familia hibakusha, (término japonés que significa “persona bombardeada”, con el que se designa a los supervivientes de los ataques en Hiroshima y Nagasaki) integrada por su mamá, su abuela y su hermano, corrieron a un río cercano para escapar del fuego ese 6 de agosto de 1945. Lamentablemente, todos se expusieron a la “lluvia negra, el nombre que le dieron al compuesto pegajoso que cayó sobre las víctimas que huían de los incendios en la zona, y que les llegó a ellos como una cantidad masiva de radiación.

Sadako sobrevivió a la explosión, pero a sus 11 años le diagnosticaron leucemia, un cáncer a la médula ósea. En febrero de 1955 la hospitalizaron, y los meses siguientes se propuso la meta de hacer mil grullas de papel con la esperanza de recuperarse.

Grullas de envoltorios medicinales

A pesar de que su familia no podía pagar por papeles, Sadako continuó haciendo grullas de origami con otros materiales, como envoltorios de su medicina y papeles de regalo, contó su hermano Masahiro Sasaki a The Japan Times.

“Era una niña tan alegre que iluminaba la habitación cuando estaba cerca. Pasó por tanto sufrimiento al final, no solo tuvo que soportar el dolor físico y la tensión emocional de estar enferma, la situación financiera de nuestra familia le impidió obtener suficiente medicamento", recordó Sasaki. "Pero esta niña de 12 años mantuvo todos sus problemas dentro de su corazón y soportó el dolor", agregó.

En un minuto ya estaba muy débil para continuar con las grullas, pero con la ayuda de su familia pudo llegar a las mil. Lamentablemente esta no es una historia feliz, la niña de 12 años falleció en octubre del 55.

Y hasta ese 25 de octubre, nunca le hizo saber a su familia que estaba al tanto de su enfermedad. “Creo que doblar las grullas ayudó a distraer su mente de la tristeza, el sufrimiento y el dolor. Esas grullas no son solo de papel, están llenas de las emociones de Sadako", dijo su hermano.

“Este es nuestro grito”

Ahora la niña tendría 76 años, y es un símbolo de todas las vidas inocentes que se perdieron durante la guerra. En ese entonces, sus compañeros del colegio comenzaron a recolectar dinero para construir un monumento en su honor en el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima. Recibieron donaciones de todo el país y en 1958 se construyó el Monumento a la Paz de los Niños, en el que se hizo una estatua de la niña sosteniendo una grulla. En el monumento sale escrito: “Este es nuestro grito. Esta es nuestra oración. Para construir la paz en el mundo".



Niños japoneses le dedican un homenaje a Sadako, donando grullas de papel/Andrew Dunn, Wikipedia 

Después de morir, fue reconocida internacionalmente como un símbolo de las víctimas de la guerra y es una heroína para mucha gente del país nipón. En 2007, la fundación creada por su hermano, Sadako Legacy, comenzó a donar las grullas que hizo la niña a distintos lugares del mundo que necesitaban recuperarse de un trauma pasado.

Mandaron grullas al Memorial del 9/11 en Nueva York, al USS Arizona Memorial de Pearl Harbor, entre otros. La familia explicó que su decisión de realizar esto en Pearl Harbor fue para promover la paz entre Japón y Estados Unidos, pues fue justo el lugar donde ocurrió el ataque de 1941 que inició la guerra entre los dos países.

"Ambos hemos sido heridos y hemos sufrido dolorosamente. No queremos que los niños del futuro pasen por la misma experiencia ”, dijo Yuji Sasaki, sobrino de la joven, a The Telegraph.

Definitivamente el grito de Sasaki y los niños que realizaron el monumento en Hiroshima, se escuchó lejos. Gracias a su historia, se popularizó la tradición japonesa de hacer mil grullas de papel cuando alguien necesita cumplir un deseo difícil. Y aunque por supuesto que no podemos asegurar que funcione, muestra una linda manera de sentir y entregar fuerza, determinación, trabajo, arte, belleza y, sobre todo, paz.

Los niños de una escuela hicieron mil grullas para apoyar a una de sus alumnas enferma de cáncer/enfermosdecancerysolidaridad

¿Conocías la tradición japonesa de las mil grullas de papel?

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