economía circular, sustentabilidad, ciclo, recursos, cuarta revolución industrial
Imagen: César Mejías

¿Es la basura un error de diseño? Esto plantea el modelo de economía circular

Cada día son más quienes van comprendiendo que un modelo circular de producción es el futuro, en lugar de la cultura de hacer - usar - desechar, que ha imperado por un tiempo. Conectemos con la naturaleza y re manufacturemos un sistema circular.

Por Romina Diaz | 2019-02-05 | 17:00
Tags | economía circular, sustentabilidad, ciclo, recursos, cuarta revolución industrial
“Busca ser una alternativa al actual modelo lineal que está basado en el hacer - usar - desechar, por un modelo que permanentemente reutilice estos recursos, que son valiosos y escasos, generando valor, empleos de calidad, y combatiendo el cambio climático”, (Petar Ostojic, experto en economía circular).
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No es que trabajemos para Disney, pero sorprendentemente Mufasa y otros personajes animados, tienen grandes moralejas que analizar. El rey león hablaba frecuentemente del ciclo sin fin que había en la sabana africana. “...al morir nuestros cuerpos alimentan el pasto, el antílope come pasto, así todos estamos conectados en el gran ciclo de la vida”, decía.

No hay residuos, todo vuelve a su inicio, todo es parte de un círculo que en algún minuto estiramos y convertimos en una línea. La filosofía del sabio Mufasa, sin embargo, explica exactamente el funcionamiento de la economía circular.

“Esto no es una revolución del pensamiento, yo creo que esto es volver al sentido común, volver a lo que han hecho los abuelos o bisabuelos. Durante unos 40 años perdimos el norte y nos volvimos locos pensando que había recursos ilimitados y que el sistema de producción que teníamos tenía cero efecto sobre la sociedad y sobre el medioambiente”, nos explicó el fundador y director del Centro de Innovación y Economía Circular (CIEC), Petar Ostojic, quien además es el primer promotor de la economía circular en América Latina, según el World Economic Forum.

Este modelo nació como un intento de imitar el ciclo biológico. “Los ‘residuos’ son recursos que son infinitamente reutilizados y reincorporados en este ciclo natural, entonces lo que proponemos desde la economía circular es que eso mismo puede ser replicado a nivel industrial”, recalcó Ostojic.

El abc de la economía circular

En simple, ¿qué es este tipo de economía?

“Es un modelo económico regenerativo y restaurativo que busca mantener el valor permanente de los materiales y los recursos durante el mayor tiempo posible. Busca ser una alternativa al actual modelo lineal, que está basado en el hacer - usar - desechar, por un modelo que permanentemente reutilice estos recursos, que son valiosos y escasos, generando valor, empleos de calidad y combatiendo el cambio climático”, dijo Ostojic a El Definido.

Hacer - usar - desechar, es la manera en que muchos (sino todos) hemos vivido. Compramos un celular, ropa, o hasta un auto y lo usamos por un tiempo limitado, hasta que creemos que se acabó su vida útil y lo botamos para comprar uno nuevo. Y, ¿por qué desechar un producto que quizás nos podría servir mucho tiempo más? Sino es este, definitivamente alguno de sus componentes podría traer múltiples beneficios que no estamos aprovechando.

¿Minería urbana?

Como nos explicó Ostojic, actualmente se puede ganar millones de dólares a través de la minería urbana (el reciclaje de materiales de valor presentes en los residuos electrónicos). Porque puede haber más oro en una tonelada de celulares desechados que en una tonelada de piedras de una mina, dijo el experto en economía circular.

Un estudio del 2012 de la Universidad Naciones Unidas de Japón, estimó que cada año en el mundo se usan 16.000 millones de dólares de oro y 5.000 millones de plata en la fabricación de artículos de alta tecnología. Pero, lamentablemente, solo un poco más del 15% de estos metales es recuperado.

“La proliferación de dispositivos electrónicos, su constante renovación y la obsolescencia programada, entre otros factores, generan miles de toneladas de residuos que han llevado a que los depósitos de este metal presentes en residuos crezca exponencialmente cada año, y aunque su reciclaje es todavía limitado, algunos creen que presenta grandes oportunidades de negocio a futuro”, se explicó hace años en la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Y si era así en 2012, ¡cuánto habrá crecido siete años después! Cuando la cantidad de celulares por persona ha aumentado muchísmo (recordemos que a finales del 2017 había 27 millones de celulares en el país).

La cuarta revolución industrial

Varios dicen que la economía circular es el modelo de negocio de la cuarta revolución industrial, una que ya estamos viviendo, según Petar. Hay varios ejemplos exitosos que utilizan este modelo cíclico de producción.

Uno de estos es su empresa, Neptuno Pumps, de la que es co-fundador y CEO, y la cual fue la primera compañía chilena y latinoamericana en ser seleccionada por uno de los premios más prestigiosos de economía circular en el mundo, The Circulars, un concurso global organizado por el World Economic Forum. Y este año no fueron los únicos chilenos con buenas noticias en este rubro. La empresa TriCiclos, especialistas en reciclaje y gestión de residuos, ganaron el premio el pasado 21 de enero, por lo que se posicionan como uno de los exponentes más destacados del mundo en economía circular.

“En principio decimos que la basura es un error de diseño, y para corregirlo hay que hacer tres cosas. Hay que eliminar componentes que no tienen posibilidad de circular, innovar en nuevos componentes y hacerlos circular lo máximo posible”, nos explicó Gonzalo Muñoz, CEO de la empresa TriCiclos. 

¡Felicidades a @TriCiclosB, quienes han sido anunciadas por Karen Quintos como ganadoras del Premio a la elección popular de la economía circular de Dell! @ Dell4Good #TheCirculars

Cada día son más las empresas que aplican este modelo. Ostojic explicó que todos los procesos y productos, todos los servicios, pueden transformar sus procesos de producción por uno cíclico:

“Si bien hay ciertos productos y procesos que quizás van a tener una circularidad un poco más compleja, yo creo que todo se resume finalmente en una capacidad de ingeniería, innovación y finalmente recursos. [...] Aquí juega un rol importante la tecnología, porque no solamente te permite pensar en el diseño de un producto y de los materiales, sino que te genera modelos de negocios circulares. Por ejemplo, el caso más típico es Uber o Mobike, donde ya existe un producto y a través de la tecnología mucha más gente utiliza la optimización de esos recursos”, dijo el experto.

Estas empresas representan buenos ejemplos de ideas simples que han sido muy exitosas. ¿Para qué comprarnos un auto el 2019 si este pasará en promedio el 96% del día estacionado? Al menos así es en EEUU, y en países como España, Inglaterra o Corea, el porcentaje es casi igual.

“Ya no es necesario que todos nos compremos un auto ni una bicicleta, podemos utilizarla entre todos, puede haber una economía colaborativa, compartida a través de la tecnología”, agregó Ostojic.

Es por esto que la transformación digital es clave para la economía circular; internet, la inteligencia artificial, etc. No solamente se trata de diseño de productos que formen parte de una cadena, sino también de buscar maneras de optimizar los recursos.

Rediseñar desde un comienzo

Pero definitivamente no es solo reciclaje, es diseño. Diseño de materiales, productos y servicios que no fabriquen elementos que no puedan volver a usarse. “Estamos en un momento super interesante, pero tiene que estar de la mano con desarrollo tecnológico, no podemos centrarnos en solamente esto del reciclaje y del plástico, la economía circular es muchísimo más que eso”, dijo Petar.

Las economías circulares mantienen el valor de los productos por el mayor tiempo posible, de manera que puedan continuar usándose provechosamente una y otra vez. “La transición a una economía más circular exige la introducción de cambios en todas las cadenas de valor, desde el diseño de los productos hasta los nuevos modelos de gestión y de mercado, desde los nuevos modos de conversión de los residuos en un activo, hasta las nuevas formas de comportamiento de los consumidores”, explicaron desde el Parlamento Europeo.

Lo mismo consideró el CEO de TriCiclos que, aunque su empresa comenzó enfocándose en el reciclaje, hoy tiene el objetivo final de ayudar a otras empresas a corregir sus errores de diseño y su modelo de negocios para no producir desechos en primer lugar.

Win win win

Las empresas que no optimicen su manera de producir, simplemente ya no tienen cabida en las décadas venideras. La economía circular permite un triple impacto, nos dice Petar:

“Un capitalismo que solo se base en crecimiento económico, en generación de riquezas, yo creo que ya no es sostenible ni para las mismas empresas ni menos para los consumidores ni para las sociedades. Hoy cualquier empresa está absolutamente consciente de que tiene que tener un triple impacto, de que debe generar un valor económico para los empresarios, pero además tiene que generar un impacto social y medioambiental. El que no está jugando con esas nuevas reglas, está absolutamente perdido en la nueva economía”, enfatizó.

Y lo mismo explicó Tom Szaky, CEO y cofundador de TerraCycle, una empresa conocida por reciclar materiales difíciles de reutilizar:

"Estamos objetivamente en una crisis de basura, y las marcas realmente están buscando soluciones para poner fin a la crisis […] Si bien el reciclaje es de vital importancia, no solucionará los residuos en la causa raíz. [...] El mayor costo [ambiental] de un producto, ya sea duradero o desechable, es su creación: fabricarlo por primera vez, extraer materiales de la tierra, etc.", dijo.

En Neptuno Pumps, por ejemplo, diseñan y fabrican bombas de agua que se usan en la industria minera. Consideran que re manufacturar es el nuevo reciclaje, el 60% de sus productos se hacen con materiales reciclados y reutilizados, esto significa una reducción en un 60% de su consumo energético y en un 70% en su huella de carbono. Así también ofrecen productos que son 30% más baratos y los producen mucho más rápido.

“Nos preguntamos qué pasa con nuestros productos durante todo el ciclo de vida. Por ello, después de la venta nos encargamos de la mantención, reparación y cuando se desecha, lo recuperamos”, dijo Ostojic.

En definitiva, todos se benefician de la economía circular, los negocios pueden encontrar maneras más eficientes de desarrollarse y crecer. Se reduce el costo de los productos, que al mismo tiempo tienen una mayor vida útil, por lo que los consumidores también quedan felices y, por supuesto, nuestro entorno. Porque el uso más inteligente de los recursos ayuda a proteger el medio ambiente y, por lo tanto, a todos. Nuevamente nos podríamos reincorporar al ciclo de la naturaleza, del que tantos años nos hemos mantenido alejados, si todos trabajamos en conjunto y con el espíritu de la economía circular, en desarrollar esta cuarta revolución industrial.

¿Crees que la economía circular es el sistema del futuro?

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Comentarios
Mario Grimau | 2019-04-06 | 05:50
0
¿Crees que la economía circular es el sistema del futuro?
Es muy interesante comenzar a comentar un artículo a partir de una pregunta de quienes lo escriben. Parece pues una actitud de buena fe y de fair-play y como tal asumo mi respuesta. En una antigua lectura de un documento generado por el The Breakthrough Institute, un think tank ecomodernista en los Estados Unidos, se proponía la idea que quien realiza pequeños cambios, sólo puede aspirar a pequeños resultados; con relación a la idea ciertos movimientos ecologistas por cambiar cosas en el entorno inmediato de cada persona, para producir cambios en la actual situación del planeta. El reciclaje, obviamente se puede entender desde esta óptica del usuario/consumidor; pero también se puede entender desde una escala mucha más grande y existen incontables esfuerzos por parte de la industria pesada, tanto mecánicos, como digitales y de toda índole para lograr cada vez una mayor recuperación de recursos; que son en principio todavía muy valiosos, y esto último desde hace por lo menos unas 5 o 6 décadas, es decir el reciclaje no es nada nuevo, como tampoco lo es la economía circular (EC).

No obstante, a lo largo de todo el artículo se pasan por alto muchos hechos muy relevantes en lo que ha sido el desarrollo de la industria, el comercio y el consumo hasta el día de hoy; en particular sobre el uso y la transformación de los materiales para la construcción de los bienes de consumo que conocemos hoy en día. Igualmente se cae en simplificaciones, cada vez más comunes, pero no por ello exentas de faltas de rigurosidad; lamentablemente es sobre estás definiciones en que se sustenta el contenido del artículo. Toda esta falta de rigor contribuye con un discurso muy optimista; como si todo fuera posible y sugiere la idea que hasta hoy hemos vivido terriblemente equivocados. Aunque esta última aseveración es muy factible y políticamente muy aceptable; no deja de ser bastante presuntuosa y por lo menos técnicamente bastante alejada de la realidad.

En efecto una idea como un uso de los recursos cíclico inspirada en los modelos perfectos de la naturaleza para sustituir al actual modelo económico, es doblemente falsas, pues ni la economía actual funciona de manera lineal, ni la naturaleza trabaja en ciclos ideales; tal como el personaje de caricatura parece insinuar. Que se sugiera, además, que el proceso de desarrollo de la civilización occidental, que hoy es parcialmente adoptado por los dos gigantes asiáticos, ha carecido de sentido común, es cuando menos muy mal agradecido o simplemente muy corto de vista. Por último, pretender que generaciones anteriores a la nuestra fueron más conscientes del efecto de la modernización y del progreso sobre el medio ambiente, revelan un gran desconocimiento del largo proceso de concienciación y lucha por un desarrollo más sensible y sobre lo cual existe una inmensa cantidad de trabajo, información y literatura. Simplemente negar esto sería como pretender que el informe Brundtland encargado por las Naciones Unidas en 1987, y del cual se derivaron las metas del milenio y los actuales objetivos del desarrollo sostenible, aparecieron de la nada, como si el Club de Roma o los trabajos de James Lovelock jamás hubieran existido. Es una muy muy larga historia esté de acuerdo uno con ella o no. Es muy extraño y pido perdón por mi sorpresa, esta actitud de pretender estar descubriendo algo que existe ya desde hace tanto tiempo y además adornarlo con tantas inexactitudes, supongo que son los aires de estos tiempos.

Para regresar a la pregunta original, aunque el artículo da para profundizar y debatir en muchos más detalles, la EC es una solución muy pobre para un problema muy complejo y que corre el gran riesgo de a muy corto plazo convertirse en sólo un espejismo. Adicionalmente, la industria en su contante proceso de evolución de hecho ha ido solucionando sus excesos y corrigiendo su desempeño, mas que buscar una imposible circularidad; siendo la desmaterialización una de las mayores manifestaciones de esta búsqueda por hacer las cosas mejores y de manera más eficiente. Por otro lado, entre muchas críticas que se le han endosado a la EC, las más extremistas la califican como un instrumento capitalista para aparentar hacer mucho sin cambiar nada en el fondo; esta afirmación se basa sobre todo en una desconfianza harto majadera en el hecho que muchos gigantes corporativos de la producción masiva de bienes de consumo y de servicios se han asimilado a este modelo de gestión y en la actualidad lo fomentan como la nueva piedra filosofal de este nuevo siglo.

No obstante, las críticas que quisiera expresar a este “modelo económico” no son ni de índole política, ni cultural y ni siquiera perfectamente económicas, las reales limitaciones de la EC son de carácter físico; más exactamente de carácter econo-físico o simplemente de la física de la economía. Desafortunadamente este es un campo de la economía muy poco conocido y que ha progresado mucho más lentamente que otros; sin embargo, es bastante evidente que los espejismos económicos pueden tener consecuencias nefastas, que se pagan por mucho tiempo; casi tanto tiempo como la ilusión que los mismos generan en las mentes faltas de rigor. En términos los más simples posibles se podría señalar que la idea de generar cero desperdicios en el uso y transformación de los materiales, la materia, es básicamente incorrecta. Es así que cualquier modelo económico o de gestión de recursos y/o materiales basado en ella está condenado al fracaso. Más aún pensar en la posibilidad de diseñar bienes de consumo donde se minimice el desperdicio es finalmente una manera aún más complicada de enfocar el mismo problema, conduciendo finalmente al mismo resultado; aunque el esfuerzo y el costo implícito serán mucho mayores.

Para entender brevemente de qué se trata podemos hacer un símil con el uso de la energía y su transferencia; pues en muchos sentidos la materia y la energía deben ser entendidas a partir de conceptos equivalentes. Cualquiera que tenga un poco de práctica con el uso y la transferencia de la energía (una cosa un tanto misteriosa, pero que todos creemos conocer) ha oído que cuando la energía se utiliza mucha de ella se pierde en forma de calor. Por ejemplo, las baterías de los teléfonos celulares, que teóricamente deberían suministrar la electricidad necesaria para todas las funciones del teléfono; sin embargo, todo el mundo ha experimentado que los teléfonos al realizar todas las funciones para las que han sido diseñados, además generan mucho calor. Este calor, que puede llegar a ser mucho, se desperdicia completamente pues se disipa en el aire o en las superficies en contacto con el teléfono; lo que en general no resulta nada agradable. Este calor se genera a partir de las mismas reacciones químicas en la batería que producen la electricidad que necesita el teléfono para funcionar. Es decir, cuando usamos un teléfono se genera un desperdicio de energía, el cual es inevitable. De la misma manera cuando usamos la materia, o "la transformamos", siempre se generará un desperdicio, el cual también es inevitable. En ambos casos, energía y materia, se pueden generar procesos y usos más eficientes; eso se sabe desde hace mucho y de hecho se hace, al igual que se sabe que siempre existirá un desecho y se acepta. Es por estas razones que muy pocos materiales en realidad se reciclan, siendo el plomo uno de los casos más excepcionales; ir en contra de estas reglas de la naturaleza hace que los procesos de reciclajes sean siempre costosos en términos energéticos y pobres en la calidad de los productos que producen obteniéndose en la gran mayoría de los casos materiales de menor calidad y de pobre desempeño.

En el sentido de la explicación anterior la EC es equivalente a proponer una máquina de movimiento perpetuo, la cual se movería eternamente por efecto de su diseño mecánico, sin la necesidad de estar continuamente suministrando alguna forma de energía externa. Felizmente desde hace más de dos siglos este tipo de ideas fueron completamente descartadas. Sería bien triste que ahora volvamos a este tipo de ideas por no querer conocer bien la historia y pensar que cada vez debemos volver a descubrir la rueda.
Atentamente
M. Grimau
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