plan, foco, vida, beneficios, prioridades.
Imagen: César Mejías

¿Cómo me veo en 5 o 10 años? La importancia de tener un plan para no perderte

Sin estrés. No se trata de que definas tu vida de aquí hasta la muerte, pero cuando conozcas los beneficios, entenderás por qué deberías planear aunque sea algo no tan crucial.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2018-06-08 | 07:00
Tags | plan, foco, vida, beneficios, prioridades.
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¿No les da envidia ese amigo que siempre supo lo que quería hacer en la vida? Desde el colegio las tenía claras: sabía lo que le gustaba, en qué era bueno y a dónde quería llegar. Hoy está bien encaminado, mientras tú lees El Definido y te preguntas si le achuntaste a tu profesión.

Da lo mismo.

Deja a tu amigo con sus planes, no te compares y atento aquí. No tener tu plan de vida claro no es para llamar al 133, pero si puede que te convenga pensar un poco más en él. En El Definido te daremos algunas razones de por qué deberías empezar planear algo, aunque no sea definitivo, aunque no sea perfecto, aunque no resulte. Porque no se trata precisamente del plan en sí, sino del acto de planear y sus beneficios.

Un buen plan puede cambiar tu personalidad

Eres tímido, odias el riesgo y hasta las películas de acción te ponen nervioso. Pero quieres nadar dos veces a la semana, ¡quieres hacerlo!, y te lo propones para tu vida. Cuando las vueltas por una piscina olímpica solo y con gorro de látex se vuelven algo común en tu rutina, es porque algo ha cambiado.

La personalidad es más que heredar rasgos (o echar culpas) y eso tiene que ver con los proyectos personales que nos imponemos. Pocas veces somos conscientes del potencial de cambio que tiene una meta para nuestra personalidad, pero la principal razón por la que solemos desarrollar nuevos rasgos, es porque perseguimos un proyecto. Lo que hacemos puede modelar quiénes somos y cuando se trata de mejorar, te puedes sorprender de ti mismo.

Lo importante de esto es que la personalidad influye directamente en nuestra felicidad. Un estudio realizado a más de 11 mil australianos entre 18 y 79 años, durante cuatro años, mostró que los aumentos en la amabilidad, la extroversión y la escrupulosidad, se asociaron con una mayor satisfacción de vida, mientras que aumentos en el neuroticismo, se asociaron con una menor satisfacción.

“Puede que no seas naturalmente abierto y extrovertido. Pero ante una ocasión o un proyecto importante, no tienes más remedio que actuar fuera de tu carácter, estar a la altura de las circunstancias y ser un tú alternativo, en cierto sentido, tal vez, una persona optimizada”, dice Brian Little, académico experto en personalidad y psicología motivacional de la Universidad de Cambridge.

Little señala que incluso estos cambios positivos en la personalidad pueden darse no solo en proyectos formales de vida, sino en actividades más triviales, como decidir regar las moribundas plantas del balcón con regularidad. Pero obviamente, mientras más importante sea el desafío y más impacto tenga para tu vida, mayor será su poder de transformación.

Aclara tus prioridades y te ayuda a escoger mejor

Cuando decides siempre dejas algo atrás y, aunque haberte inclinado por una ensalada en vez de una pizza tiene su duelo, hay otras elecciones que podemos lamentar bastante más. Como el haber tomado un rumbo profesional o un estilo de vida que siempre aborrecimos.

Saber más o menos hacia dónde quieres ir en la vida, es una herramienta para ordenar tus prioridades y ayudarte de decidir bien qué caminos seguir.

Porque si no quieres convertirte en un trabajólico que sus hijos apenas ven, también sabrás equilibrar sueldo versus estrés. ¿Aceptarías cualquier trabajo por más intenso que sea solo por tener más ingresos de los que necesitas para vivir? ¿Te saltarías el cumpleaños de tu hija por quedarte pegado con un proyecto? Todos tenemos limitaciones dentro del trabajo, pero cuando tenemos las prioridades claras, es mucho más simple saber cómo actuar y qué decisiones tomar.

O más simple, si tienes en mente un viaje y debes ahorrar para realizarlo, sabrás que esa salida a un restaurant no es opción para este mes o que la compra de una mejor TV no vale la pena hasta el próximo año.

Las decisiones se hacen menos dramáticas cuando tenemos claro que elegir “A” no responde a lo que nos hemos propuesto y que, aunque “B” tenga también sus contras, será lo mejor para quienes queremos ser.

Le da sentido a tu vida

A menudo nos quejamos porque sentimos que la vida pasa volando y apenas tenemos control sobre ella. Sí, vivimos en un mundo acelerado, lleno de estímulos y con poco tiempo… Es lo que hay, pero podemos jugar con ese tablero.

Una buena manera es saber que tenemos las riendas de nuestra vida y que lo que nos pasa, no solamente es resultado de una cadena eterna de casualidades, sino que parte de un proyecto que podemos modelar nosotros mismos. Eso hace que vivamos los acontecimientos e incluso las frustraciones a la luz de una meta (aunque sea de corto plazo).

“Planificar no ayuda a tener certeza, sino que genera un norte y te hace saber dónde está tu foco, hacia dónde quieres llegar y así estar alerta para poder cumplir ese objetivo”, nos aclara Álvaro Fuenzalida, consultor sistémico y uno de los fundadores de El Definido.

Es mucho más que el resultado, agrega, es el valor del proceso que abre nuevas posibilidades y puede llevarte a objetivos no conocidos, “puedes conocer personas con tus mismos intereses, aumentar tus círculos sociales, pueden surgir nuevas temáticas a abordar, te pone socialmente activo, tienes algo que contar”.

Todo eso es motivante en la vida, más aún si experimentamos la sensación del esfuerzo bien recompensado: un camino lleno de pequeñas recompensas en el que se disfrutan las metas cumplidas y se puede mirar hacia atrás con orgullo.

¿Y qué es eso de un plan?

Hay muchas formas de hacer un plan de vida pero, ¿cómo sé qué “puñetero” rumbo debo seguir si no soy el amigo seguro y decidido? Quizás la mejor manera de inspirarte para idear un plan, es pensar en cómo quieres que te recuerden. Literalmente puedes entrevistar a tu yo futuro y darle unas vueltas a las respuestas para definir esa versión de ti mismo.

Una técnica para quienes se complican con esa de definirse, es pensar en “negativo”: ¿por qué no quiero que me recuerden?, ¿o cómo me cargaría ser? Eso puede ayudar para este primer paso, el que te permitirá alinear quién eres con lo que buscas ser.

Luego, para no caer en la inalcanzable meta de querer conquistar Marte, debes unir tu personalidad e identidad actual con tus circunstancias, para proyectar realmente quién podrías ser (a no ser que seas amigo íntimo de Elon Musk).

Por último, busca qué dirección o enfoque debes dar a tu vida para llegar a eso, y así ver qué medidas hay que tomar para cumplir tus objetivos. ¿Tiene que ver con estudios? ¿Con un nuevo hobby? ¿Con un cambio en tu forma de vivir o alimentarte?

Si esto te agobia un poco, no te preocupes, un plan de vida no tiene por qué ser de aquí a 50 años. Puede ser una etapa de vida, un plan más concreto de aquí a 5 años o a 10. Luego puedes volver a plantearte por dónde seguir.

Tómalo como una guía importante para el día a día, pero no caigas en la obsesiónde vivir chequeando una lista de lo que cumples, pues te perderás de vivir el presente. Y permítete el error, porque sabes que la vida no siempre es como la pensamos y que si no funciona, siempre puedes volver a plantearte un nuevo camino a seguir.

¿Has definido alguna vez un plan para tu vida? ¿Cómo ha sido la experiencia?

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Comentarios
Luna Elizalde | 2018-06-08 | 12:41
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Con un grupo de amiga llevamos haciendolo 5 años. Le llamamos "La manifestación". Nos ha servido muchisimo para ir enfocando lo que queremos en nuestras vidas. Ultimamente nos ha costado juntarnos porque todas estamos con hijos y más responsabilidades. Este artículo me hizo recordarles que nos tenemos que juntar pronto. Próximo miercoles agendado! Gracias :)
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Qué bien Luna!!! Quiero formar parte de ese grupo... jajaja.
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Claudio Quintanilla | 2018-06-11 | 06:33
3
A mi me ha ayudado mucho definir un propósito general de vida, en relación a este gran objetivo tengo pequeñas metas para el año: a nivel de salud, académico, familiar, laboral y espiritual. Para cada una de estas dimensiones tengo algunos medios, pocos y bien concretos. Procuro de releerlo cada semana y así no olvidar mi rumbo en la vida.

Muchas gracias por el aporte Magdalena.
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marcela rosas | 2018-06-11 | 12:34
0
Uy, que complicado...siempre fui una persona muy organizada y tenía planificado mi futuro, tal cual como ahora NO es, osea, todo al revés... dejé de ser tan planificadora y, ahora que estoy más vieja, menos idea tengo de qué me depara el futuro... se hará el intento con las recetas que indican...gracias.
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