delincuencia, rehabilitación, fundaciones, ONG
Imagen: Rafael Rodriguez, Director Ejecutivo de Proyecto B, junto a un grupo de jóvenes del programa

Proyecto B, la fundación que convierte a delincuentes en trabajadores top

Rafael Rodriguez, Director Ejecutivo: “Están dispuestos a dejar de robar por un sueldo de 500 lucas”

Por Federico Bierwirth | 2013-03-12 | 17:07
Tags | delincuencia, rehabilitación, fundaciones, ONG

Carlos fue papá por primera vez a los 15 años. Vivía con sus abuelos, sus tías y su pareja en una modesta casa en la población La Pincoya. No eran tiempos fáciles. Andaba metido en pandillas y con pistola en mano. Al cumplir 17, fue padre por segunda vez y ya había sido formalizado por robo, por lo que fue a parar a los centros del Sename (Servicio Nacional de Menores). Hoy Carlos se desempeña viendo licitaciones y órdenes de compra en una conocida empresa, postulará a un subsidio habitacional y empezará una nueva vida junto a su pareja y sus hijas. Tiene un iPhone 4 y desde ahí whatsappea con Rafael Rodríguez, una de las personas que lo ayudó a cambiar su vida para siempre. Historias como éstas se repiten en Proyecto B, un programa social que interviene a jóvenes entre 17 y 23 años, que tienen problemas con la justicia y los ayuda a encontrar un trabajo para que no vuelvan a cometer delitos.

Rafael Rodriguez es el Director Ejecutivo de Proyecto B desde hace dos años y medio. Cuando entró a trabajar al Sename en noviembre de 2009, conoció las falencias del sistema de reinserción en ese entonces y veía que los resultados no eran los esperados. Ante esto, lo primero que hizo fue juntarse con los jóvenes sancionados para conocer sus historias personales. Les preguntó por qué robaban y si existía alguna razón por la que ellos dejarían de robar. La respuesta fue casi unánime: “la única forma que dejemos de robar es trabajando”. Ahí comenzó todo.

En esa época, Rafael armó un programa de emprendimiento junto a un par de amigos. En agosto del 2010 partieron con los primeros cuatro casos y resultó mejor de lo esperado, dado que hasta el día de hoy dos de esos cuatro negocios siguen activos. De manera paralela, en conjunto con la empresa Komatsu-Cummins, empezó a surgir la idea de encontrarles trabajo a los jóvenes, por tratarse de un proceso más simple y con más oferta que el emprendimiento y comenzaron a aparecer los primeros empleadores interesados. “Comenzamos con tres empresas, Komatsu-Cummins, Gestro y un taller mecánico llamado Cristián Diez. Actualmente, después de dos años, seguimos trabajando con ellos, lo cual es un buen indicador. Hoy estamos trabajando con 35 empresas y si siguiéramos insistiendo tendríamos más”, afirma.

¿Cómo convencen a las empresas de darles oportunidades laborales a ex delincuentes?

La sociedad está dividida entre los que creen que el castigo es el camino para combatir la delincuencia y otros que creen que dar oportunidades de reinserción puede ser la solución. Nos hemos encontrado con ambos tipos, pero afortunadamente hay muchos que logran darse cuenta que el castigo por sí solo (sin reinserción) no conduce a nada.

¿Cuánta plata necesita un joven para salir de la delincuencia o cuál es el valor que ellos le asignan?

Hicimos una encuesta y según ellos necesitan quinientas lucas. Con ese sueldo ellos dejarían de robar. La realidad dice que cuando ellos empiezan a trabajar parten ganando entre 260 y 300 mil líquidos. Los que llevan trabajando más de seis meses están ganando alrededor de 400 mil, lo que ha demostrado ser suficiente.

¿Es más fácil que el joven primero entre a trabajar y luego a estudiar?

Sí, nos hemos encontrado que en las empresas donde están trabajando los incentivan a seguir con sus estudios. Hoy pasa que hay escuelas que son pésimas y cuando ven que sus compañeros de clase o amigos del barrio que terminaron cuarto medio están haciendo lo mismo que los que no terminaron de estudiar, no ven ningún valor. En cambio, cuando están en una empresa y les dicen que es bueno estudiar y que si terminan octavo básico o la enseñanza media les van a subir el sueldo, hay un valor asociado y terminan motivándose.

¿Cuál es el porcentaje de los jóvenes, que participan del programa de empleo, que vuelve a reincidir en algún delito?

No tenemos datos oficiales, pero de los jóvenes que han entrado a trabajar no hay ninguno que haya dejado de trabajar porque esté preso. Por lo menos sabemos que los que están trabajando no están presos y los jóvenes que han renunciado o han sido despedidos no ha sido por un nuevo delito. Ahora, el trabajo no es la única variable que interviene en la reincidencia del delito. Es importante, pero no es la única.

EL CAMINO A LA REINSERCIÓN

El modelo actual parece no funcionar. Según las cifras del Sename, los jóvenes reincidentes entre 17 y 20 años tienen 1.7 condenas al año en promedio. Y por cada condena hay decenas de delitos sin sanción.

En Proyecto B la cosa es simple. Los postulantes a empleo tienen una sola oportunidad y si vuelven a cometer un delito se termina. Suena radical, pero funciona. Durante su estadía en el Sename, Rafael fue testigo de los problemas estructurales que no permitían la reinserción: “Tienes de todo. Problemas de sueldo, cabros súper jodidos, alta rotación en los equipos… cuando tu trabajas para que los jóvenes dejen de robar y te encuentras con esas cifras obvio que es desesperante”, sostiene.

¿De qué depende una correcta reinserción?

Creemos en disminuir aquellos factores de riesgo y potenciar los factores protectores. En los factores de riesgo tenemos los históricos, como la pobreza, familiares presos o que vengan de familia monoparentales y con eso no hay nada que hacer en el corto plazo. Pero hay otros factores que tienen que ver como el consumo de drogas, con la desescolarización, con la dificultad de encontrar un buen trabajo, con la influencia del grupo de pares y con la valoración positiva que ellos tienen del delito, estos son los más influyentes y con los que se puede hacer algo hoy. Ahí el trabajo ayuda, porque genera un entorno protector. Ven gente que se viste distinto, que habla distinto y que piensa distinto, y ellos empiezan a imitar a su nuevo grupo.

¿La modalidad de “tener una sola oportunidad” es clave para Proyecto B?

Nosotros lo que estamos ofreciendo en la mayoría de los casos son trabajos a los cuales ninguno de estos jóvenes podría acceder por su cuenta. Y por lo mismo les explicamos que nos estamos jugando más que un trabajo, se trata de un movimiento de reinserción social. Si a ellos les va bien, a otros también. Les explicamos que nosotros los necesitamos tanto como ellos a nosotros y ahí es donde se juega todo. Y así lo entienden las empresas también. Si hay un buen desempeño se abren más cupos de trabajos y también se acercan otras empresas a buscar gente.

¿Cómo eligen los casos?

No queremos trabajar con pinturitas, pero tampoco con los que quieren robar toda su vida. Nuestros criterios de selección son: uno, que tengan edad para trabajar; dos, que tengan delito contra la propiedad; tres, que no tengan trastornos psiquiátricos severos o consumo de droga problemático porque con ninguna de esas dos se puede trabajar bien; y por último, que tengan ganas de trabajar.

NUEVAS VACANTES

El programa de emprendimiento con el que empezó Proyecto B ya no existe. Esto porque descubrieron que era más fácil obtener los cupos de trabajo, que conseguir el dinero para nuevos emprendimientos. Según Rafael,“a diferencia del emprendimiento, el trabajo tiene otras variables protectoras de un grupo distinto, te enseña otros valores. El trabajo en sí genera ciertos hábitos que son pro-sociales y eso el emprendimiento no lo tiene. Además, el emprendimiento no es un trabajo que uno pueda asegurar que vaya a generar lucas y el trabajo sí porque te pagan a fin de mes”. Tanto es así, que hoy proyecto B trabaja con 30 jóvenes, a fin de mes tendrán 40 y en abril llegarán a 50, habilitando todos los cupos de trabajo disponibles. En general tenemos trabajos asociados a los rubros de la mecánica, construcción, producción industrial y servicios, pero los que más les interesa a los jóvenes son los trabajos que les entregan habilidades concretas, donde pueden desarrollar una carrera y, por supuesto, donde les paguen bien.

¿Piensan expandir el programa a regiones?

Estamos trabajando en un modelo que se concentra solo en la región metropolitana y cuando estemos convencidos de que hacemos lo que decimos que hacemos, podremos dar el salto. Acabamos de encargar un estudio de medición de efectividad, y después viene la medición de impacto. Si ese estudio comprueba que reducimos la tasa de reincidencia, potenciamos factores protectores, disminuimos factores de riesgo, creamos trabajo estable y capacitaciones certificadas, nos vamos a tirar a regiones y quien sabe, a otros países. Por ahora, nuestra intención es hacerlo bien.

Están pensando en grande...

Lo más importante para crecer son las mediciones, especialmente la de impacto que es súper complicada, porque medir impacto de programas sociales es difícil debido a la cantidad de variables que están involucradas. Con eso listo, podríamos acceder a fondos internacionales para la erradicación de la pobreza o al Gobierno y armar programas grandes. Hay muchas opciones de desarrollo que queremos concretar, pero vamos paso a paso.

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Comentarios
Rodolfo Espinoza | 2013-03-20 | 21:08
5
"Cuando ven que sus compañeros de clase o amigos del barrio que terminaron cuarto medio están haciendo lo mismo que los que no terminaron de estudiar, no ven ningún valor." la raíz del problema, voilá!!
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Marco Canepa | Editor | 2013-03-20 | 21:52
1
En efecto. Ese es el "problema de fondo", la mala educación.

La pregunta ahora es, mientras nuestras autoridades intentan arreglarla ¿Qué podemos hacer nosotros?

Pronto publicaremos una entrevista que puede dar luces sobre eso.
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Nestor Lopez | 2013-03-21 | 13:00
1
Excelente Iniciativa!!! pero como siempre, mis chukis gargolitas... quedan fuera por su consumo de drogas.. lo que en imputados por RPA son casi el 80% de los jóvenes...
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Rafael Rodríguez | 2013-03-21 | 15:15
9
Nestor,

Como aclaración, muchos de los jóvenes con los que trabaja Proyecto B consume alguna droga o alcohol pero no de manera problemática (como casi todos los jóvenes de Chile). El tema es que no trabajamos con aquellos que tienen una adicción porque primero tienen que recuperar la salud y, luego, trabajar si es que así lo quieren. De hecho hay varios jóvenes en Proyecto B que tuvieron una adicción, que hoy la tienen controlada y que se encuentran trabajando en empresas asociadas a la Fundación.
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Nestor Lopez | 2014-06-30 | 12:05
0
oh, no era un comentario en mala... yo trabajo con adolescentes infractores de ley que presentan consumo problemático de drogas... y se lo difícil que es conseguir algo con ellos...
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ignacio marquez | 2013-03-22 | 10:22
0
Una mejora en al educacion ayuda a acceder a trabajaos mejor remunerados.

Pero para terminar con la delicuencia es necesario mejorar los sueldos. Alguien puede estar en su opción de no querer estudiar y aun asi si esta dispuesto a trabajar debería poder ganar un sueldo digno. Si trabajando un mes se gana lo mismo que robandose un celular no hay donde perderse cual es la opcion mas facil.

ADemás siempre van a existir las personas que no quieren trabajar. En ese caso hay que decidir cuando se quiere invertir la plata, si antes, para mantener a estos vagos por medio del estado o despues, cuando muchos de ellos hayan caido presos (un preso cuesta como 400lukas al mes). Mejor hacerlo com se hace en europa (ocidental), el estado les da vivienda y algo de dinero a la gente sin trabajo y la delicuencia es casi nula.
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si marastu | 2013-04-11 | 14:30
5
Me encanta el proyecto, aunque debo decir que 500 lucas no solo aleja a estos jóvenes de la delincuencia, ciertamente ayudara de manera significativa a todos los chilenos que viven con el dinero justo y cualquier altercado les arruina la economía, sin embargo se mantienen con mucho esfuerzo y dignidad sin romper la norma ni la ley.
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Camila Jara | 2013-05-07 | 22:04
2
Me gusta el proyecto, y debo felicitarlos por aterrizar a acciones concretas la idea de insertar socialmente a estos jóvenes. Es un ejemplo de responsabilidad compartida que, en lo a temas de delincuencia se refiere, es poco común.
Trabajo con población recluida, y hace unos días participe de una capacitación de apoyo post-penitenciario del estado, con cifras nada alentadoras respecto a la adhesión de los jóvenes a plazas de trabajo. Me gustaría saber, si ademas del nexo con la fuente laboral, ¿que tipo de intervención considera el proyecto?¿como lo hacen los jóvenes para formar parte del programa? y por supuesto, existen canales de derivación?.

Agradezco de antemano la información
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Rafael Rodríguez | 2013-05-08 | 14:46
1
Hola Camila,

El trabajo es difícil, ese es el punto de partida. Pero hay algunas intervenciones que aumentan significativamente la tasa de adherencia de los jóvenes y estas son:
1) Compromiso de la empresa que contrata a los jóvenes con la reinserción (no es mano de obra barata, es dar una buena oferta de trabajo)
2) Adecuada selección de jóvenes que realmente quieran trabajar
3) Apoyo psicosocial

Esta última consiste en coordinaciones con los jefes y tutores de las empresas que contratan y también con los delegados de Sename con el fin de recopilar información relevante que permita realizar talleres de habilidades socio laborales cada 15 días. Estos talleres se realizan en las casas de los jóvenes y también en las empresas donde trabajan. Por último, se apoya en los momentos donde ocurre algún problema con los jóvenes para intentar solucionarlo.

La otra pregunta; Sí, hay canales de derivación, pero siempre de usuarios Sename o de usuarios Genchi con beneficio de salida laboral y que no tengan más de 23 años.

saludos
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Carlos Soto | 2013-05-30 | 22:21
5
Hola,

Hasta ahora me sorprenden los comentarios. Sorpresa positiva eso sí, excepto por el detalle "para mantener a estos vagos".

Mi "primo chico" era de esos a los que le hubiera servido este proyecto, lo mataron de un balazo cuando fue a asaltar con dos tipos más una botillería, en quilicura, hace varios años ya:
http://www.biobiochile.cl/2009/10/19/dueno-de-botilleria-repelio-asalto-y-mato-a-delincuente-en-quilicura.shtml (es el que se escapó). Luego "su familia" donó los órganos, y a los días después:
http://www.emol.com/noticias/nacional/2009/10/24/381610/realizan-exitoso-trasplante-de-corazon-a-ingeniero-que-era-prioridad-nacional.html
Obviamente nunca nadie supo que la familia del delincuente donó sus órganos y salvó una vida.

No sé si mi primo era drogadicto, tenía super poco contacto con él, de las cosas que más recuerdo es cuando me regaló un cinturón, cuando éramos muy chicos. Otra cosa que recuerdo es que le costaba pronunciar las erres ja. Ah! dije "primo chico" porque así es como lo recordaba, pero él ya tenía como 20 tantos años, estaba casado (creo) y con 2 hijas.

Uno siempre lee gente odiando a los delincuentes, olvidándose que son personas, que quieren lo mismo que los demás, y que por diferentes motivos eligen la delincuencia, entonces automáticamente como que dejan de ser personas, para todos los que aún lo son. Obviamente es la opción más fácil.

Qué bueno que existan este tipo de proyectos, que toman "la opción difícil". Ojalá sigan creciendo y den muchas más oportunidades.

Un abrazo, Rafael.
Carlos

ps: ¿el proyecto tiene sitio web? les ofrezco algo de trabajo/ayuda a costo 0.


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Marco Canepa | Editor | 2013-06-06 | 19:50
1
Uf... qué fuerte historia.

La página de la fundación es http://www.proyectob.cl.

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Carlos Soto | 2013-06-07 | 01:08
0
Gracias, Don Canepa.

Les escribiré!

Saludos!
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cristian guajardo | 2014-06-24 | 09:25
2
buenísimo el proyecto muchas gracias porque con esto nos confirmas a quienes creemos que no solo el castigo y construir mas cárceles es la solucion sino mas bien dar oportunidades dignas a jóvenes que en su moyoria de los casos han tenido muy pocas.
felicitaciones de verdad, mi sueño es poder participar o formar un proyecto con sentido que sea un real aporte a la vida de muchas personas, gracias por el ejemplo
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Claudia Albarracin | 2015-02-24 | 09:56
1
Felicidades.. ! Estas si son buenas noticias. La pena es que no aparecen en los telediarios, o en la primera plana de un periódico. Lugar donde deberían aparecer para mostrar que una nueva cultura de confianza y virtudes es posible. Este proyecto nos demuestra que con una educación correcta, confianza, cariño los jóvenes pueden construir otro futuro...
Sigan adelante.

Claudia
@MundoDeVirtudes
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