El 18 es, tal vez, la fecha más esperada por los chilenos. Y como no, si es la oportunidad para, en un acto de supremo patriotismo, engullir todo lo que encontramos a nuestro paso. Es que entre la empanada, la chicha, el choripán y el anticucho, son pocos los que se resisten y son muchos, a la vez, los que prefieren hacer la vista gorda a las consecuencias de su consumo desmedido “Se nos viene una fecha complicada, y ustedes tomarán palco de esto. Observarán como el resto se envenena”, son las duras palabras del doctor Antonio Abud, quién se aburrió de observar cómo entraba la gente a su consulta buscando opciones para bajar de peso.
Después de 23 años notó que los factores emocionales y psicológicos no se tomaban en cuenta a la hora de medicar a un paciente. Y entonces decidió tomar cartas en el asunto. Hace 7 años creó un grupo llamado GOCE (Grupo de Obesos en Control de Excesos), que se parece a alcohólicos anónimos, pero que no son ni alcohólicos ni anónimos. Son personas con problemas de obesidad, que deciden tomar otro camino: el de la terapia grupal.
La terapia, que se realiza una vez por semana, tiene la finalidad de entrenar, de una manera completamente distinta a la que habituamos, a “nadar en contra de la corriente”. Son personas que quieren ser flacas, pero que no pueden porque la sociedad no se los permite. Cuántas veces hemos dicho que estamos a dieta y un amigo nos dice ¡Ay! ¿Pero qué te va a hacer? ¡Es un mordisco!...
Es un hecho que en Chile el problema de la obesidad va en aumento, según cuenta el doctor Abud, el 74% de la población sufre de sobrepeso y se espera que de aquí a unos 20 años más, si la tendencia se mantiene, el problema afecte a prácticamente toda la población.
La terapia no solo busca que las personas lleguen a su peso ideal, sino también que ayude a conocerse a sí mismo. Todo nace de la noción de que la compulsión por comer, es más bien un hambre emocional. Ellos buscan ayuda y GOCE les enseña.
Nació hace 7 años y trabajo hace 30. Durante todos estos años que llevo tratando a pacientes con obesidad, intenté buscar las maneras para que pudieran bajar de peso, hice muchas cosas distintas, pero de tanto escuchar, noté que los factores emocionales y psicológicos eran los más relevantes. Me di cuenta de que había algo que en 30 años no se estaba haciendo y que era necesario darle inicio.
La terapia consiste en reunirse semanalmente, donde planteamos una metodología para que la gente haga un cambio mucho más profundo y no sólo en la alimentación. Cuando uno del grupo pregunta, cuenta y comparte una experiencia con respecto a su propio proceso, se abre un espacio donde se contribuye con la opinión y la orientación de los terapeutas y de los mismos pacientes.
Es que cuando las personas se identifican con los otros, porque tienen el mismo problema, genera confianza y adhesión entre ellos y los ayuda en su proceso.
Este es un programa de tratamiento médico, psicológico y nutricional. Preferimos trabajar en conjunto porque el grupo tiene una energía sanadora y no se abarca sólo un ámbito de la persona.
Es lejos la mejor manera de llegar a un lugar. Que mi amiga me contó que la mamá está empezando a ir a una terapia en donde la ayudan a bajar de peso. Es de boca en boca que GOCE se publicita y, aun así, su éxito va en aumento. Al tener un vínculo tan personal con las personas, es imposible que las terapias sean de más de 40 integrantes. Si fuera así, se perdería la cercanía y el poder de la terapia grupal.
Tenemos claro que la información no sirve. Porque no causa ningún cambio en las personas y necesitamos algo más que eso. Lo que necesitamos es conciencia del cuerpo social y de cada uno y darse cuenta de que “esta enfermedad me puede llevar a la muerte” y ahí dejar de bajarle el perfil.
Se requiere un esfuerzo muy potente que va a tener que persistir prácticamente para siempre. Una paciente me preguntó “¿me voy a tener que cuidar para siempre?” Y le respondí, “cuando tú eras chica y te decían que cuando cruzaras miraras a ambos lados ¿lo dejaste de hacer?” Y me contestó, “No” Entonces esto es lo mismo. Lo que hacemos es ofrecer caminos a construir un cambio que transforme a las personas en seres conscientes, libres, sanos y felices.
En Chile, el 74% de la población está con sobrepeso porque este grupo tiene las mismas malas costumbres y malos hábitos para comer. Es la enfermedad que tiene más enfermos y Estados Unidos recién este año la reconoció como enfermedad, pese a que están peor que nosotros. Claramente el apetito sin límite es un signo de insatisfacción del alma y que no se tapa con comida.
Está comprobado que la cirugía no es eficiente y que no sólo hay que corchetear el estómago, sino que hay que corchetear las neuronas. Nuestro programa apunta a que el paciente encuentre sus propias herramientas personales y que ellos las construyan y apliquen. Hay que tomárselo en serio y recurrir entendiendo que lo que busco no es solamente una pastilla u operación, sino que me ayuden en un contexto de más elementos.