ayuda humanitaria, Oxfam international, organizaciones no gubernamentales, ONG, organizaciones sin ánimos de lucro
Imagen: César Mejías

Lo que el escándalo de Oxfam revela sobre las fallas en las ONGs (y cómo pueden ser mejoradas)

Las acusaciones de abuso sexual por parte de la organización humanitaria internacional en Haití durante el 2011 han dejado al descubierto la falta de vigilancia y regulación pública sobre este tipo de instituciones, abriendo el debate sobre necesidad de reformas en del sector.

Por Tomás Croquevielle @kroque1989 | 2018-03-07 | 15:00
Tags | ayuda humanitaria, Oxfam international, organizaciones no gubernamentales, ONG, organizaciones sin ánimos de lucro
Recientemente Oxfam anunció la implementación de una serie de medidas para mejorar la protección de las personas en terreno y recuperar la confianza de los donantes.
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“Estas revelaciones nos llenan de tristeza y consternación. Compartimos contigo el más profundo rechazo a estos comportamientos inaceptables de algunos hombres privilegiados que tuvieron la oportunidad de servir y, en cambio, abusaron precisamente de las personas que debían proteger (…) Esto es una tremenda mancha en los elevados estándares que nos fijamos y que también esperamos de nuestro personal”.

Con estas palabras respondía Oxfam, una confederación internacional de 20 organizaciones de ayuda humanitaria presente en más de 90 países, a uno de los mayores escándalos de la caridad internacional de la historia reciente, destapado a comienzos de febrero por el periódico británico The Sunday Times.

En la publicación se revelan las conclusiones de un informe interno de la ONG Oxfam de 2011 que revelaba que, en los días posteriores al terremoto de 2010 trabajadores de la organización, entre ellos el director de la organización en Haití, Roland van Hauwermeiren, habían contratado prostitutas en el país caribeño, entre ellas menores de edad, con fondos de la institución.

El informe también señala que las investigaciones internas revelaron que la entonces directora ejecutiva de la organización, Barbara Stocking, en vez de despedir a van Hauwermeiren, le ofreció una salida gradual a cambio de que cooperara en la investigación. Sin imponérsele siquiera una acción disciplinaria. Como si fuera poco, el informe también revela que tres empleados de la ONG amenazaron físicamente e intimidaron a uno de los testigos de la investigación.

Oxfam envió a unos 200 cooperantes en Haití  tras el terremoto de 2010.  Actualmente la organización sin fines de lucro cuenta con 5 mil empleados y una red de 23 mil voluntarios, siendo una de las mayores ONG del mundo, la cual recibe unos 422 millones de dólares al año entre fondos del gobierno británico y donaciones públicas.

La investigación del medio británico aseguró también que la organización humanitaria encubrió los hechos ante la Comisión de Caridad del Reino Unido, cuando ésta solicitó una investigación respecto de denuncias surgidas en la época.

Además, tras las revelaciones, Helen Evans, ex jefa de seguridad de la ONG y quien estuvo a cargo de investigar acusaciones contra el personal de la organización humanitaria entre 2012 y 2015, denunció una auténtica cultura de abusos entre los miembros de la misma organización, afirmando que mientras ella estuvo en el cargo, cerca de un 10% de los empleados a nivel mundial denunciaron abusos sexuales por parte de compañeros o jefes.

Como consecuencia del escándalo y las acusaciones, la directora adjunta de Oxfam, Penny Lawrence, que en 2010 ejercía de directora de programas, dimitió y se declaró "avergonzada" por lo que ocurrió bajo su vigilancia. Asimismo, tanto la Comisión Europea como el gobierno de Reino Unido han amenazado con revisar e incluso retirarle financiamiento a la cuestionada ONG.

No es un fenómeno nuevo

Los casos de acoso y abuso no son un fenómeno nuevo en el mundo humanitario, aunque en esta oportunidad quedaron descubiertos una serie de fallos en los distintos sistemas de denuncias, revelando una falta de control del gasto del dinero donado a la organización no gubernamental y la falta de un código de conducta específico ante situaciones de abusos sexuales en el entorno de sus programas humanitarios. Directrices que llegarían recién en 2012, un año después de producido los casos.

Y es que en la mayoría de los códigos de conducta de las grandes ONG humanitarias y de desarrollo no existen realmente sanciones concretas para ese tipo de casos, más allá de expedientes disciplinarios y un reglamento interno, para aquellos que violen las normas de conducta sexual.

En este sentido, al poco tiempo de revelarse el escándalo de Oxam, otras organizaciones, tales como Médicos sin Fronteras e International Rescue Committee, revelaron sus indagaciones en relación con casos de abuso sexual. Además, en 2017, más de 120 trabajadores de organizaciones como Save the Children, Christian Aid y la Cruz Roja Británica, fueron acusadas de abuso sexual.

Por lo que no se está hablando de unos pocos aislados, sino, de una estructura paralela a los Estados, y a la ley, donde se pueden cometer delitos en completa impunidad.

Necesidad de reformas

Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué las ONGs llegan a actuar de maneras poco éticas? ¿Cómo han logrado convertirse en instituciones a la sombra de la vigilancia pública?

Entre las razones que se señalan es que estás organizaciones, al tener un propósito “virtuoso” enfrentan menos escrutinio que las empresas y los gobiernos. Lo que conduce que a veces actúen de manera irresponsable y se desvíen de sus objetivos.

En el caso concreto de las ONG internacionales, a diferencia de las locales, recaudan una gran parte de su financiamiento por parte de los diferentes estados, organizaciones intergubernamentales, fundaciones privadas y patrocinio corporativo, y no de los donantes individuales. Es por lo mismo, que este tipo de grupos centran gran parte de sus esfuerzos en su relación con su entorno político, dejando en muchas oportunidades, en segundo plano su gestión interna y la prestación efectiva de servicios.

Este modelo tiene su origen en la década de los ‘90, cuando las organizaciones sin fines de lucro se volvieron un actor principal en la entrega de ayuda humanitaria en los países en vías de desarrollo. Esto, en gran medida, gracias a la noción de que estas, a diferencia de gobiernos locales corruptos, no estaban afectadas por las tentaciones mundanas y no mal utilizarían el dinero.

Desde entonces que las ONGs humanitarias han podido operar sin mayores controles (en la mayoría de los países no se ven obligados siquiera a presenten informes anuales), en ocasiones, abusando de la confianza pública al establecerse sueldos inflados a sus gerentes, y financiándose estilos de vida lujosos.

En contraste, el sector privado, que trabaja sin una presunción de virtud sino de lucro, es supervisado por diversos organismos reguladores, incluidos la bolsa de valores, a las cuales se les exige que divulguen regularmente información sobre finanzas y políticas. Información que es analizada y compartida en los medios de comunicación.

En 2006, trabajadores de Oxfam habrían contratado prostitutas en Chad, pero la ONG lo silenció. Además hace unos días fue detenido el ex ministro de Finanzas de Guatemala y presidente Internacional de Oxfam, Alberto Fuentes Knight, acusado de participar en una trama de corrupción junto al ex presidente Álvaro Colom y otros ex ministros. En el mapa en verde los países miembros de Oxfam international.

Por otro lado, a diferencia de las empresas privadas, las cuales están bajo la constante presión de los accionistas y clientes que demandan un cierto nivel de ganancia o una determinada calidad de producto, las ONG sirven a personas que no pueden mostrar su insatisfacción con un producto, puesto que dependen de ellos y no tienen a quien reclamarle. En países como Haití, el más pobre de América, los grupos de ayuda están involucrados en todo tipo de servicios sociales, como la Salud, la Educación y la Planificación urbana, ocupando roles que le corresponden al Estado.

¿Qué se debería hacer?

- Los grupos sin fines de lucro globales necesitan estructuras y reglas como las que existen para las compañías internacionales, para el cual deben abandonar su presunción de virtud que justifica una supervisión institucional laxa y las lleva a una situación de precariedad tal que, un solo escándalo de una ONG particular puede destruir la confianza y el capital moral de todo el sector.

En cuando a los delitos, el personal internacional que opera dentro de un país entregando ayuda humanitaria tampoco debería estar fuera del alcance de la legislación local.

- Además es fundamental que las mismas ONGs tengan reglas internas claras y concretas, que permitan operar con objetividad ante cualquier incumplimiento, sin perpetuar la estadía de los inculpados. De la mano de esto, es necesario que exista transparencia en cuanto a los empleados que hayan faltado a las reglas, de modo que otras organizaciones estén al tanto y así se eviten que esas personas sean recontratadas en otras ONGs de ayuda humanitaria.

- La transparencia también es la respuesta para resolver la poca conexión del donante con los beneficiarios y su nulo conocimiento del impacto que tiene su donación. Las ONG deberían mostrar que los fondos que reciben están siendo asignados a la misión propuesta, indicando: cuál es el origen de los recursos, qué destino les está dando y qué resultados está obteniendo, dentro de lo medible (no todo es sencillo de cuantificar).

- Por último, el modelo de financiamiento de las ONG debiese ser reexaminado. Supuestamente son organizaciones no gubernamentales y deberían financiarse gracias a la sociedad civil y rendirle cuentas a ella. Pero cuando se involucra a los gobiernos, comienzan a centrarse más en la gestión del entorno político para conseguir los fondos, que en su propia gestión humanitaria, que se vuelve periférica.

Tal vez sea complejo prescindir completamente del apoyo estatal, pero para los casos que sea necesario, sería fundamental una mayor participación y regulación de los gobiernos, en conjunto con la sociedad civil organizada. Todo en pos de evitar cualquier tipo de abusos o derroches del dinero donado para ser realmente un aporte a las personas más vulnerables y no afectar aún más su precaria situación.

Recientemente Oxfam anunció la implementación de una serie de medidas para mejorar la protección de las personas en terreno y recuperar la confianza de los donantes. Entre ellas están el fortalecimiento de los mecanismos de contratación de personal; el establecimiento del entrenamiento obligatorio en las primeras semanas de empleo; mejorar la supervisión en la gestión; el establecimiento de una nueva línea externa de denuncia de irregularidades y trabajar con el resto del sector compartiendo información de inteligencia entre ONGs sobre personas que han sido declaradas culpables de conducta sexual inapropiada.

¿Crees que las ONGs internacionales deben ser más reguladas? ¿Qué otros cambios propondrías en el sector para que no se repita el escándalo de Oxfam?

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Comentarios
Amaranta Saball | 2018-03-08 | 17:48
0
Encuentro bastante interesante el tema abordado, sin embargo, la problematización que se hace sobre el cómo funcionan y se financian estas instituciones u organismos, se está haciendo desde una perspectiva netamente económica sin incorporar el foco de aquellos (usuario y sujeto que recibe su "servicio/ayuda") que viven las malas praxis de dichas instituciones.

Es más, en Chile la situación no es tan diferente, actualmente las organizaciones sin fines de lucro funcionan bajo el sistema de responsabilidad social de las empresas que les permite "evadir", de forma legal,impuestos. Al igual que la OXFAM, las ONG's en Chile, también vulneran, y de forma impune, a las personas que reciben la "ayuda" otorgada. A esto se le suma la escasa fiscalización de las entidades estatales hacia estas organizaciones dado que someter bajo la lupa a los organismos, desde el funcionamiento hasta el financiamiento de estos, implicaría una desmotivación de las empresas para realizar estas "donaciones".

Sería interesante vincular lo que se hace presente en este articulo a la realidad nacional, porque, lamentablemente, estamos replicando acciones y praxis que en vez de proteger al "más" vulnerable, se le esta vulnerando. Alejándose completamente del objetivo de creación de estas instituciones/organizaciones: proteger al más vulnerado.

Solo a modo de comentario, no existen "prostitutas menores de edad" eso se llama explotación sexual. Adjetivarlo como prostitutas, estamos dando por hecho el aspecto volitivo del sujeto en su acción.
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juan antonio garcia sanchez | 2018-03-13 | 18:42
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https://actualidad.rt.com/actualidad/244640-soros-gobierno-sombra-inmigrantes-italia no olvidar a soros que también tiene sus ongs en haiti
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