EEUU, Donald Trump, presidente, gobierno, administración
Imagen: César Mejías

Más allá de las polémicas: así fue el primer año de Trump

¿Cómo han sido estos 12 meses? ¿Qué tanto ha cumplido con sus promesas? Una revisión necesaria para estar al día, considerando distintos ejes que han distinguido la administración del presidente Donald Trump.

Por Tomás Croquevielle @kroque1989 | 2018-01-19 | 07:00
Tags | EEUU, Donald Trump, presidente, gobierno, administración
Frente a la ausencia de victorias legislativas, la administración Trump se ha enfocado en llevar adelante su agenda política mediante órdenes ejecutivas (promulgadas por el presidente sin necesidad de aprobación del parlamento).
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"A partir de este día, una nueva visión va a gobernar nuestro país. A partir de este momento, va a ser EEUU primero (…) Juntos vamos a hacer que EEUU vuelva a ser fuerte. Vamos a hacer que EEUU vuelva a ser rico. Vamos a hacer que EEUU vuelva a estar orgulloso. Vamos a hacer que EEUU vuelva a ser seguro. Y juntos, vamos a hacer que EEUU vuelva a ser grande”.

- Discurso de inauguración de Donald J. Trump, 20 de enero 2017

Con estas palabras, el polémico, mediático y multimillonario Donald Trump daba inicio a su gobierno, el primero bajo un presidente sin experiencia política o militar y el primero de la historia contemporánea estadounidense en ganar una elección mediante una campaña que rompió todas las convenciones del decoro, el respeto y la diplomacia con ataques a las minorías, la prensa, sus rivales políticos y las instituciones internacionales.

Pero más allá de escándalos y polémicas, ¿cómo han sido estos 12 meses? ¿Qué tinte ha tenido su gestión? Podríamos caracterizar el primer año de la presidencia de Trump bajo 6 ejes principales, los cuales es muy probable que, casi todos, se mantengan el resto de su mandato. ¡Acá vamos!

1. Dificultad de llevar adelante una agenda política

Aunque durante su campaña Trump tuvo la capacidad de establecer un mensaje bastante consistente, otra cosa es con guitarra. A la hora de gobernar ha tenido que navegar entre su "EEUU primero" (inmigración, seguridad nacional, reforma del gob. federal y nacionalismo económico) y los temas del Partido Republicano, como la desregulación energética, baja de impuestos, privatización de la salud y la mano dura contra la delincuencia.

En ese sentido, Trump ha tenido enormes dificultades para unir a su sector en el congreso, lo que le ha impedido cumplir con promesas de campaña centrales, como: la derogación y reemplazo de la Reforma a la Salud de Obama (Obama Care), la cual aseguró sería su primera medida si llegaba al gobierno; y la construcción del muro fronterizo con México.

La única victoria legislativa relevante que ha logrado su administración fue la reforma tributaria, la cual Trump firmó el pasado 20 de diciembre, algo que fue más un triunfo del legislativo controlado por los republicanos, que de la Casa Blanca y su agenda política.

Esta incapacidad de manejar su agenda explica, en gran medida, la cantidad de despidos y deserciones que ha sufrido su administración. A la fecha, 29 funcionarios del Poder Ejecutivo nombrados por el presidente dejaron su cargo.

Siendo la salida más polémica la de James Comey, director del FBI, quien fue despedido de forma abrupta, causando indignación en amplios sectores, pues se encontraba investigando la “Trama Rusa". Los cuestionamientos se agravaron tras la publicación del libro “Fuego y furia” del periodista Michael Wolff, donde se retrata a Trump como una persona errática y carente de las condiciones mínimas para ser presidente.

* Dato: frente a la ausencia de victorias legislativas, la administración Trump se ha enfocado en llevar adelante su agenda política mediante órdenes ejecutivas (promulgadas por el presidente sin necesidad de aprobación del parlamento). Durante los primeros nueve meses, ha realizado 49 de estas, la mayor cantidad en la historia del país en los comienzos de un gobierno, la cuales en su mayoría se realizaron con el objetivo de revertir las que firmó Obama.

2. Deconstrucción del “Estado administrativo”

Pese al espectáculo, el escándalo y la controversia que comúnmente acompañan a Trump, el cambio más profundo que su administración está impulsando es la reforma al funcionamiento del gobierno federal, la cual podría tener un gran impacto en las políticas públicas de mediano y largo plazo.

Una de sus primeras decisiones ejecutivas fue congelar de forma general la contratación de personal yordenar una reorganización de la fuerza laboral de todas las agencias y departamentos (ministerios) federales. Estableciéndose que por cada nueva norma que se quiera probar se evalúe el costo económico de hacerla cumplir. Al mismo tiempo que se fijó que se evalué cómo la estructura de cada oficina del gobierno federal puede dificultar la creación de empleo o si se están ejerciendo funciones que los gobiernos estatales o locales pueden asumir. 

Durante este primer año, su gobierno ha realizado un excepcional número de postulaciones para cubrir cortes federales, 1 juez de la Corte Suprema (Neil Gorsuch a la derecha de la foto) y 59 jueces federales.

De esta manera pareciera estar llevándose adelante lo que, el ex estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon denominó "deconstrucción del Estado administrativo”, para restringir la cantidad de actividades burocráticas que las oficinas del gobierno pueden hacer. Algo que los gobiernos republicanos anteriores mencionaron, pero que ahora se está llevando a cabo.

Además, en lo que va de gobierno, se ha impulsado una rápida y agresiva batería de medidas que disminuyen el control del gobierno federal, tales como: la reexaminación de las normas financieras Dodd-Frank, la revisión de regulaciones ambientales adoptadas por Obama y la aprobación de la construcción de los oleoductos Dakota y Keystone XL.

3. Aislacionismo internacional

Siguiendo con lo que ya había prometido en su campaña, Trump ha impulsado una agenda nacionalista y desconfiada de los acuerdos o tratados internacionales. Visión que fue rápidamente llevada adelante con el freno a las negociaciones para integrar la Alianza Transpacífica (TPP) y con el forzamiento de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), que aún está en curso, tensionando las relaciones con sus miembros, México y Canadá.

Medidas disruptivas que continuaron con acciones como: la retirada de EEUU del acuerdo de París sobre el cambio climático, la descertificación del pacto que su país había alcanzado con Irán para poner fin a sus ambiciones nucleares, el cambio de postura sobre el programa Nuclear con Corea del Norte (estableciendo una retórica belicista), el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, la retirada de su país de la Unesco y de un acuerdo sobre migrantes y refugiados que llevaba la firma de toda la comunidad internacional. 

Pese a sus posturas aislacionistas, Trump no se ha quedado atrás en los viajes al exterior, visitando 13 países en cuatro giras que realizó a Medio Oriente, Asia y Europa. En esta última tensionó la relación con la UE, la cual llevó a Angela Merkel a asegurar que los tiempos en que podíamos confiar en otros países han quedado atrás.

Al mismo tiempo, ha cuestionado en repetidas oportunidades la viabilidad de la ONU, denunciando la falta de una reforma profunda en la organización y el gran nivel de financiamiento que su país pone sobre esta organización internacional.

Por otro lado, su administración no sólo no ha disminuido su participación en las diferentes guerras de EEUU en el mundo, sino que las ha aumentado, enviando tropas adicionales a Afganistán y aumentado 700 mil millones de dólares en el presupuesto militar.

Al mismo tiempo está buscando recortar en un 28,65% el presupuesto del Departamento de Estado y despedir al 9% de su plantilla, es decir 2.300 empleados civiles y diplomáticos en sus misiones alrededor del mundo.

De esta manera, ha afectado la credibilidad y el posicionamiento mundial de EEUU, dándole espacio y roles de liderazgo a rivales como China y Rusia.

4. Economía con buenos números

Una de las preocupaciones primordiales de Trump era acelerar la economía estadounidense. Durante su primer año de gobierno los números han andado bastante bien, creciendo en un 3,2% en 2017, el doble del último año de Obama.

Las señales positivas han sido el auge del mercado de valores, un acelerado crecimiento del PIB, la tasa de desempleo del 4,1% y el creciente nivel de confianza de las empresas. Lo que se discute es si su administración es realmente responsable de estas buenas cifras y si las cosas seguirán bien. 

El economista Robert Scott cree que se trata de una tendencia que viene desde 2010, y que esto podría incluso estar amenazado por la presencia de Trump en la Casa Blanca.

Stephen Moore, analista de políticas económicas que trabajó con Trump en su campaña, señala: “Trump será juzgado en 2019 y 2020 para la reelección a partir de cómo marche la economía entonces, no hoy”. 

5. Divisionismo racial

En su campaña Trump se enfocó en impulsar un discurso populista que pregonaba la diferenciación entre el ciudadano común que no ha recibido los frutos de la prosperidad versus la elite empresarial y política que sí.

Pero una vez presidente, no ha empujado una retórica anti establishment, sino que se ha enfocado, de manera consciente o no, en profundizar la división social y racial que hace décadas padece el país. Esto, mediante el cumplimiento a cabalidad de su programa ultranacionalista y antinmigrante.

No por nada, una de sus primeras medias fue el bloqueo al ingreso de los ciudadanos de seis países de mayoría musulmana desatando protestas multitudinarias en su país y el mundo, norma que ha sufrido diversas modificaciones por las numerosas objeciones judiciales que recibió.

Y de allí en adelante esta lógica solo se profundizó. Durante su primer año de gobierno este ha impulsado el fin de las "ciudades santuario" (urbes que tienen como política no entregar a las autoridades de inmigración a las personas con residencia ilegal), y ha buscado, aún sin éxito, revertir los programas DACA y DAPA, que permiten, respectivamente, la residencia de hijos y sus padres, de quienes se establecieron ilegalmente al país cuando eran pequeños.

Este sesgo racial se ve también en la reciente polémica a cuando supuestamente llamó "agujeros de mierda" (shitholes) a naciones de África y el Caribe, la lentitud con la que condenó las manifestaciones y acciones violentas de los supremacionistas blancos en Charlottesville (Virginia) y la ausencia de políticas para mejorar las condiciones de vida de la población afroamericana.

Dato: Durante el gobierno de Trump aumentó en un 25% (de 65.332 a 81.603) el número de personas que ya llevaban viviendo mucho tiempo en EEUU y que fueron deportadas.

6. La resistencia californiana

Aunque son diversos los grupos que están impulsando iniciativas para detener, debilitar o contrarrestar las políticas impulsadas por Trump, ha sido el estado de California el que con más fuerza a impulsado la resistencia a las políticas de su administración.

Y es que con un 39% de población latina (el grupo mayoritario, por encima de los blancos), las máximas autoridades han impulsado el levantamiento de un auténtico muro jurídico para protegerse de la agenda de la Casa Blanca. En poco más de 10 meses, el fiscal general de California, Xavier Becerra, había presentado 21 demandas en los tribunales contra acciones de Trump, siendo su mayor éxito hasta el momento la orden de un juez de San Francisco de continuar con el programa DACA.

Además, California aprobó el pasado septiembre la ley SB54, llamada ley del Estado santuario que prohíbe a todas las administraciones del estado colaborar con la policía de inmigración federal.

Por otro lado, en la lucha contra el cambio climático, California ha ignorado completamente la retirada de Washington del Acuerdo de París y el no solo ha participado en todas las conferencias internacionales este año, sino que además está promoviendo su propio acuerdo de reducción de emisiones entre administraciones subnacionales.

Al parecer, será este estado el que será punta de lanza de una oposición que va mucho más allá de la política partidista, sino que involucra a sociedad civil, gobiernos locales e instituciones. Todos ellos buscan defender una serie de valores y una manera de entender EEUU que estaría bajo la amenaza de una administración que ha demostrado estar interesada en gobernar solo para el grupo electoral que le votó. Esa es la principal razón de por qué ha llegado hasta un 55% de desaprobación, el porcentaje más bajo desde que hay registros para un presidente a estas altura del primer mandato.

¿Qué otro eje agregarías? ¿Crees que Trump ha tenido un exitoso primer año de gobierno?

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Comentarios
Maria de los Angeles Espejo | 2018-01-19 | 08:10
1
Gracias por su profesionalismo, primera vez que leo en la prensa información objetiva sobre Trump sin matices odiosos o para ridiculizarlo como suele ocurrir con todos los medios.

Después de lo que ocurrió en su campaña, donde se burlaban de él porque era un payaso si pensaba en que podría ser presidente, donde los "eruditos" analistas políticos y sus encuentas lo daban por perdedor..... no creo a ninguna encuesta, ni a la prensa.

Estuve en USA el 2017 y si uno habla con el Americano típico de clase media (el "proud to be american") apoya a Trump y están ok con sus medidas, estilo y con encontrar que algunos países son una mierda. La prensa no muestra a esa gente (que no es un número menor). Es probable que vuelva a salir reelecto. El ser humano quiere plata y trabajo y Trump se los está dando.

Slds
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Julie Mejias | 2018-01-19 | 10:04
2
Osea que por que el estadounidense promedio (americano es todo aquel que resida en AMÉRICA) esta de acuerdo con un gobierno que promulga el odio, esta bien?
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Patricio Bajodepino | 2018-01-19 | 22:16
2
Al menos es sincero
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Maria de los Angeles Espejo | 2018-01-19 | 11:18
2
Para algunos si está bien, para otros no. Todo es relativo dependiendo de quien mire.
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