Definitivamente Diane Van Deren no es una persona común y corriente. Entre las varias cosas que se pueden decir de esta norteamericana de 53 años, destaca que el año pasado corrió 1.600 kilómetros en menos de un mes. Sí, leyó bien, mil seiscientos kilómetros. En completar esa carrera, que consistía en recorrer todo el estado de Carolina del Norte, tardó 22 días, rompiendo el récord anterior de 24 días. Sin duda, dedicarle sólo dos horas a dormir fue un factor que influyó en el triunfo. Otra anécdota es la hazaña que logró el 2008: Se convirtió en la primera mujer en completar (y ganar) la competencia Yukon Arctic Ultra, también conocida como la carrera más dura del mundo. El recorrido era de 480 kilómetros, con una temperatura de 40° bajo cero, en medio de la nieve y con siete horas de luz solar. Se demoró ocho días. Por si todavía no logra asombrarse, Diane en esa carrera no tomó agua en dos días... "porque todo se congelaba". 

Por otra parte, también se puede decir de Diane, que cuando va al supermercado en auto, arroja palitos en el camino para luego poder encontrar dónde lo estacionó. No sabe leer mapas y su bolso está cubierto de post-it que le indican qué tiene que hacer después de entrenar. Tampoco cocina y más de alguna vez ha olvidado el nombre de uno de sus tres hijos. 

Sin duda, Diane es especial. Cuando tenía sólo seis meses de vida sufrió un desmayo con fiebres muy altas, mientras temblaba con convulsiones que duraron cerca de una hora. Este episodio le provocó daños cerebrales, desencadenando una epilepsia que pasó desapercibida hasta que cumplió 24 años. Desarrolló una carrera en el tenis profesional hasta que cuatro años más tarde, conoció a quien sería su marido, abandonó la raqueta y tuvo tres hijos. Luego de su último embarazo, volvieron las convulsiones y podía tener hasta cinco en una semana. Un video de ella en medio de un ataque la convenció de hacerse una cirugía, que era lo que le proponían los doctores. El riesgo: que pudiera afectar a las emociones y los recuerdos, ya que le quitarían la parte del lóbulo temporal derecho. 

¡Corre, Diane, corre!

Estando en su casa de campo jugando con los perros, previo a la operación, Diane sintió que iban a comenzar las convulsiones. Queriendo escapar de ellas, comenzó a correr como si pudiera dejarlas atrás. Para su sorpresa, descubrió que corriendo no le daban ataques, así que siguió haciéndolo con todas sus fuerzas y a medida que seguía sus pasos, más le gustaba correr, lo que sin saberlo, sería su llave al éxito. 

Tras la cirugía, Diane se olvidó de los ataques epilépticos y los medicamentos, pero también comenzó a olvidarse de otras cosas, sin quererlo. La principal secuela de su operación fue que perdió la concepción del tiempo y el espacio. Se desorienta constantemente y no sabe cuánto tiempo a transcurrido, lo que le permite no sentir cansancio sicológico, lo que para un atleta, es verdaderamente un plus, que Diane ha sabido aprovechar simplemente siguiendo el ritmo de sus pasos en cada carrera a la que se inscribe. 

Cuando Diane comenzó a correr (sin parar) los ojos del mundo se detuvieron en ella. Era ver a la versión femenina de Forest Gump recorriendo cerros, costas, montañas, sin detenerse. Fue entonces cuando The North Face le propuso apoyarla para que se convirtiera en una atleta profesional. Y así fue. Diane ha corrido en una serie de lugares exóticos que nunca en su vida pensó conocer, entre ellos, Chile. 

En su tercera visita a nuestro país, Diane participó de la The North Face Endurence Challenge, uno de los Trail Running (carreras fuera de pista por senderos de montañas, cerros y montes) más importante a nivel mundial. Junto a cerca de 2.000 competidores, Diane compitió en la precordillera de Santiago y nosotros hablamos previamente con ella. 

¿Cómo responde el cuerpo a las exigencias que presenta correr cientos de kilómetros? ¿Cuál es tu manera de llevar el control y no olvidarte de que puedes estar exigiéndote demasiado?

"Yo entreno como una atleta profesional, con estándares de alta exigencia. No tengo una ventaja sobre el resto. Tengo 53 años y más de 15 son los que llevo corriendo. No creas que no sufro las mismas lesiones o que no me canso como el resto de los atletas. Lo hago igual que ellos.

Soy una corredora que entrena para carreras de 200 kilómetros. Ése es mi estándar. Pero he tenido carreras de larguísimas distancias y claro que el cuerpo sufre, se fatiga, se desgasta y pide descansar. Pero la clave es el tema mental. Mi clave es que puedo concentrarme. O, en realidad, desconcentrarme. Cuando corro no pienso en nada. Simplemente sigo el ritmo de mis pasos y el ruido de la naturaleza. No me gusta escuchar música con audífonos.

La cirugía a mí me dio la posibilidad de vivir y el Trail Running la posibilidad de sanarme. Debido a el daño cerebral que sufro tengo dos secuelas importantes: la pérdida del sentido de orientación y la pérdida de memoria inmediata. Esto se traduce, por ejemplo, en que si alguien me da una lista de indicaciones de cómo llegar hacia algún lado, yo no voy a poder seguirlas. Siempre tengo que ir preguntando cómo llegar, paso por paso. Y en las carreras: deben estar bien demarcadas para que no pierda el rumbo. Si no están bien demarcadas, tengo que seguir las huellas del camino. Y si no veo las huellas, puedo seguir las linternas de los otros corredores y mantener el rumbo."

Pero sí hay algo distinto en Diane. Además de no sentir el cansancio sicológico, el año pasado, cuando subió a la cumbre de casi siete mil metros del Aconcagua, lo hizo acompañada de médicos. Los científicos querían medir qué le pasaba a ella, de 52 años, en un lugar donde el oxigeno disminuye hasta un 40% y donde se generan cambios fisiológicos en el organismo. Los resultados arrojaron algo sorprendente: Su ritmo cardíaco y su presión arterial era la de una persona de 20 años. 

¿Qué significa para ti correr?

"Correr para mí es todo. Es mi vida, es mi sanación, es lo que hago por ser feliz; y que me lleva a conocer a una familia The North Face alrededor del mundo y de Chile, un país maravilloso. Y es una familia de verdad porque todos creen, al igual que yo, que con el Trail Running se pueden mover montañas… y bueno, escalar montañas también."

¿Qué has aprendido en esos caminos de kilómetros y kilómetros recorridos?

"Uf, tengo un recuerdo durísimo de lo que fue el desafío Yukón a más de 50 grados bajo cero. Con ese tipo de cosas uno descubre que todos tienen límites, nadie es un súper humano."

¿Qué opinas de que se te compare con Forest Gump?

"Es algo divertido que inventaron los periodistas. En la película a él se le podía ver cansado, igual que a mí. Somos seres humanos ¡no súper héroes! Pero la coincidencia es que ambos tenemos gran poder mental." 

¿Cuál es el mensaje que le gustaría transmitir con su testimonio?

"Que no tengan límites.  Y no es que yo no los tenga, que no se malentienda ¡Y me tilden de nuevo de súper mujer! (risas)"

A pesar de que en esta ocasión Diane no se subió al podio, si valoró enormemente los paisajes de la carrera chilena, declarándola una de las mejores rutas que ha recorrido, "de fascinantes paisajes y con sectores muy técnicos. Me recuerda muchísimo Colorado, donde vivo actualmente".